Apple, Amazon, Microsoft, Google, Facebook, Twitter, Netflix, Uber, Alibaba, Samsung, Huawei, Xiaomi, Baidu... Ninguna de las grandes tecnológicas mundiales se ha gestado en Europa, salvo honrosas excepciones como el fabricante alemán de software corporativo SAP y el gigante sueco del streaming musical Spotify.
Para entender las razones de este considerable retraso digital de Europa frente a EEUU y China basta con analizar el recién creado proyecto europeo Gaia-X, que nace con el objetivo de "crear un ecosistema de computación en la nube que ayude a Europa a reducir su dependencia de Amazon, Microsoft y Google". Parece que las autoridades comunitarias se han enterado ahora de la gran relevancia tecnológica de la nube y han decidido que Europa tiene que intentar competir con los líderes de esta tecnología, que son Amazon (45% de cuota), Microsoft (15%), Alibaba (8%) y Google (4%). Estos gigantes llevan muchos años de ventaja.
El programa Gaia-X no surge de la iniciativa privada, sino que está impulsado por los gobiernos alemán y francés, y de hecho realizaron la presentación oficial los ministros de Economía de ambos países, Peter Altmaier y Bruno Le Maire. Gaia-X, domiciliada en Bélgica, arranca con un presupuesto de 1,5 millones de euros y "está abierta a que se unan empresas que quieran recuperar la soberanía tecnológica europea", dijo Altmaier.
Es cierto que el Viejo Continente sufre un gran retraso digital, pero eso no se va a solucionar a golpe de decreto ni creando programas gubernamentales como éste de Gaia-X, que terminará convirtiéndose en un organismo oficial dedicado a subvencionar planes empresariales de dudosa rentabilidad.
En Europa hay tanto talento como lo puede haber en EEUU o China, pero hay varias razones por las que no existen compañías tecnológicas europeas a la altura de Apple, Amazon, Google, Microsoft o Facebook.
1. Regulación
Las normas europeas son muy restrictivas y garantistas, lo que entorpece la creación y el desarrollo de nuevas empresas digitales, muchas de las cuales provocan disrupciones tecnológicas no contempladas en la legislación. Las dificultades legales que están teniendo en Europa compañías como Uber, Cabify o Airbnb son un buen ejemplo. Además, en EEUU existe una mayor flexibilidad laboral, que permite en la fase de arranque contratar y despedir más fácilmente que en Europa.
2. Mercado global
En EEUU o China es más fácil que una compañía crezca debido al gran tamaño de su mercado nativo, 330 millones en el caso americano y 1.400 millones en el país asiático. Hay 750 millones de europeos -incluidos los 100 millones de Rusia-, pero están repartidos por 50 países, cada uno con sus propias normas y particularidades que hace muy difícil la globalización para las empresas.
3. Asumir riesgos y miedo al fracaso
En la cultura europea, el fracaso de un proyecto se considera una tragedia y supone una mancha en el currículum del emprendedor afectado que le va a perseguir toda su vida. En EEUU, el fracaso se asocia a oportunidad y se considera un aprendizaje y una ventaja en el historial del emprendedor.
4. Financiación
Las start up europeas se enfrentan a lo que se conoce como "el valle de la muerte". Consiguen financiación inicial, pero no logran atraer capital suficientemente grande para completar su crecimiento y dar el salto a un nivel superior. En Europa resulta relativamente fácil recaudar hasta 5 millones de euros, pero si se necesitan 50 millones el emprendedor tiene que ir a Silicon Valley.
5. Retención del talento
Las grandes tecnológicas americanas ofrecen a todos sus trabajadores stock options e incentivos para fidelizarles y, si la compañía triunfa, pueden acabar siendo millonarios. Este tipo de retribución variable está poco extendido en Europa, y es uno de los factores que explican por qué las start up europeas se venden mucho antes que las de EEUU.
6. Universidad-empresa
En EEUU, el universo tecnológico está asociado al mundo universitario, y de hecho, Stanford es la cuna de muchas de las grandes compañías. Además, las universidades americanas desarrollan programas en colaboración con empresas que dan lugar a iniciativas emprendedoras. En Europa, por contra, la universidad funciona a espaldas de las empresas, e incluso las ven como enemigas que sólo quieren aprovecharse de sus proyectos.
7. Inversión en innovación
Estados Unidos destina medio billón de dólares al año a I+D+i (el 26% del total mundial), mientras China invierte 410.000 millones. Estos dos gigantes se ven favorecidos, además, por el gran apoyo de sus gobiernos para estimular y promocionar la innovación. En Europa no se llega ni a la mitad de esas cifras y, por ejemplo, un país como España invierte menos en I+D+i que Google.
En lugar de intentar competir con Amazon y Microsoft en la tecnología de la nube, los países europeos deberían centrar sus esfuerzos en las tecnologías del futuro: la inteligencia artificial, la ciberseguridad, el coche conectado, el 5G, el blockchain o el Internet de las Cosas. Si el objetivo tecnológico de Europa es frenar a los grandes grupos americanos el resultado será que los futuros Apple, Amazon, Microsoft o Google, que están naciendo ahora, tampoco serán europeos.
Manuel del Pozo 10/06/2020 | 20:29
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