- La política monetaria restrictiva de la Fed en 2022 ha espoleado al 'billete verde'
- Pese a ello, sus ganancias se han visto minoradas en el último trimestre
- Las previsiones apuntan a un 2023 con avances más tenues
El dólar estadounidense ha sido, sin duda, uno de los grandes vencedores de este año en el mercado. La divisa yankee se ha erigido como el activo por excelencia en el que más se han refugiado los inversores que querían escapar de las pérdidas que se veían tanto en la renta variable, como en la renta fija.
Desde enero, la moneda norteamericana se revaloriza más de un 8% de media frente a sus cruces más negociados según refleja el Índice Dólar, el selectivo que reúne su evolución frente a una cesta de las divisas más importantes del planeta. "La Fed subió los tipos de forma más agresiva que Europa, el Reino Unido y, en particular, Japón, lo que contribuyó a que la divisa estadounidense resultara más atractiva para los inversores. A medida que el valor del dólar caía frente a una cesta de bienes y servicios (el significado mismo de la inflación), subía frente a las divisas del G-10, lo que generó beneficios para quienes se expusieron al efectivo en dólares desde el extranjero".
Divisas como el como el yen, la libra o la corona sueca y noruega registran descensos de doble dígito frente a dólar desde enero (ver gráfico). Y el euro, la moneda que más pondera en la evolución del índice dólar, cae solo un 6% respecto a los niveles de enero gracias en parte al rebote que ha acumulado en los últimos meses.
Este porcentaje es muy inferior al que ha llegado a conseguir a lo largo del año. Y es que, a mediados de septiembre, el dólar llegó a acumular alzas superiores al 19% en el año frente a divisas como el euro, el yen o la libra. Un movimiento que hubiera convertido a 2022 en su año más alcista de la historia.
Su ascenso en el mercado de divisas, de hecho, ha sido comparado en momentos puntuales del año con el de la cápsula Orion, la principal protagonista del programa Artemisa de la NASA, que tiene el objetivo de volver a explorar la Luna y llevar a "la primera mujer y el próximo hombre", al satélite.
Ahora, una vez que la nave ha vuelto con éxito a nuestro planeta, el debate que se plantea en el mercado de divisas, es saber si el dólar regresará también a lo niveles en los que se movía antes de su despegue en 2022. Desde Jupiter AM, Ariel Bezalel, gestor de inversiones de renta fija y Harry Richards, gestor de fondos de renta fija consideran que sí y que esto podría deberse a que "nos acercamos al volantazo de los bancos centrales".
El consenso de mercado recogido desde Bloomberg sitúa al euro/dólar al cierre de 2023 solo un 1,5% por encima de los niveles en los que cotiza ahora, lo que demuestra que si bien los expertos no creen que haya tocado techo, si que es cierto que empiezan a ver que en 2023 no tendrá un comportamiento tan alcista como en 2022.
"Superar el máximo de inflación en EEUU ha sido fundamental para los mercados, ya que indicaba que el final del ciclo de subidas de la Reserva Federal podría estar cerca (en nuestra opinión, a mediados del próximo año)", destacan desde Janus Henderson, desde donde indican que los rendimientos del Tesoro estadounidense tienden a alcanzar máximos del ciclo cuando la Reserva Federal deja de subir los tipos, por lo que un máximo en los rendimientos también conlleva un menor riesgo de fortaleza del dólar en 2023.
"Esta fortaleza ha lastrado los resultados de los mercados emergentes, dada la exposición de las economías a la deuda denominada en dólares. Esto se debe a que un dólar más fuerte ha ido acompañado predominantemente de unos diferenciales más amplios de los EMD HC. Por lo tanto, el año que viene podría materializarse un entorno más constructivo para esta clase de activos, ya que el apetito por el riesgo tiende a aumentar una vez que finalizan las subidas y disminuye la incertidumbre", explican desde el grupo de gestión de activos global británico-estadounidense.
Sea como sea, lo que está claro es que la interacción entre la inflación y el crecimiento económico será clave para la percepción que tengan los inversores de un billete verde que, tal y como aseguraba Luc Luyet, economista de Pictet WM en su última tribuna en Ecotrader, "parece sobrevalorado históricamente".