lunes, 16 de enero de 2023

La nueva guerra fría por el tesoro escondido del Polo Norte


Una foto símbolo del deshielo en Groenlandia: el trineo en el agua Steffen Olsen




El cambio climático y el choque de Rusia con Occidente abren un nuevo frente económico en el círculo polar

 


Los inversores se frotan las manos, el Ártico está que echa humo. Este océano polar se está calentando tres veces más rápido que el resto del planeta, porque, al fundirse el hielo, el agua absorbe la luz solar y los efectos se retroalimentan.

Se calcula que desde 1978 se ha perdido en el área una superficie de hielo equivalente a cinco veces el tamaño de España. Los siete años más cálidos del Ártico desde 1900 han sido... los últimos siete. La capa de Groenlandia perdió hielo en 2022 por 25º año consecutivo.

Pero si el hielo se derrite, nuevos negocios pueden emerger en el círculo polar. Rutas que parecían inaccesibles pasarán a serlo. Recursos que estaban escondidos bajo placas heladas saldrán a flote. Y ejércitos que se ignoraban atrapados por el frío tendrán ahora fronteras flotantes donde moverse y vigilarse.

Mientras en el trasfondo de la guerra de Ucrania se recrudece una guerra fría entre Occidente y Rusia (y China), las distintas potencias se mueven para defender sus intereses económicos y geoestratégicos en una región parcialmente inexplorada que ahora despierta el apetito inversor, ya que para el 2035 los veranos podrán ser completamente libres de hielo.

Actores clave

Dinamarca, Canadá y Rusia quieren ampliar su soberanía para explotar más recursos gracias al deshielo

Pero no existe, a diferencia de la Antártida, un régimen jurídico internacionalizado. Tampoco se ha establecido un organismo específico para resolver las controversias entre las partes. Solo está la Convención de Naciones Unidas para el Derecho del Mar de 1982 –no ratificada por cierto por EE.UU.– y la Organización Marítima Internacional (OMI). No existen normas jurisdiccionales claras y asumidas por todas las partes que sirvan para la definición de sus fronteras, pero sí muchos vacíos y zonas grises.

Sí existe el Consejo Ártico, pero no tiene competencia de seguridad, solo de cooperación. Desde la invasión de Ucrania, la gobernanza del área atraviesa una fase de impasse. Este organismo cuenta con siete países occidentales (EE.UU., Canadá, Noruega, Suecia, Finlandia, Dinamarca, Islandia). Todos ellos pertenecen (o pertenecerán) a la OTAN. Además de Rusia, que ostenta la presidencia rotatoria pero que por motivos políticos ha quedado aislada. “Después de la guerra la cooperación con Rusia en el Ártico es virtualmente imposible”, según se desprende de la National Strategy for the Artic Region de la Casa Blanca del pasado mes de octubre.

La ONU señala con carácter general a los estados que se asoman hacia el Polo Norte un mar territorial de 12 millas y una Zona Económica Exclusiva de 200 millas (370 km) que otorga derecho a pescar, construir infraestructuras y extraer recursos naturales.

Una región disputada

Dinamarca, EE.UU., Canadá y Rusia quieren ampliar su soberanía para explotar más recursos gracias al deshielo

Extensión media del hielo marino en verano 1981-2010

Océano

Pacífico

Norte

Extensión media del hielo marino en verano 2019

Mar de

Ojotsk

Golfo de

Alaska

Estrecho

de Bering

Territorios en disputa.

La línea discontinua marca el límite de 328 km donde la ONU debe determinar los reclamos territoriales

ESTADOS UNIDOS

Nueva

Siberia

CANADÁ

Isla de

Banks

Isla

Victoria

Océano

Ártico

RUSIA

Islas de la Reina Isabel

Tierra

del Norte

Polo

Norte

Isla de Ellesmere

Tierra de Francisco José

Isla de Baffin

Bahía

de Baffin

Nóvaya

Zemliá

Svalbard

Groenlandia

(Noruega)

(Dinamarca)

Mar de

Barents

Longyearbyen

Mar de Labrador

Mar de

Groenlandia

Nuuk

Estrecho

de Dinamarca

FINLANDIA

ISLANDIA

NORUEGA

Reikiavik

Moscú

SUECIA

Islas Feroe

ESTONIA

Oslo

(Dinamarca)

Océano

Atlántico Norte

DINAMARCA

500 km

El círculo polar ártico ofrece recursos energéticos y nuevas rutas comerciales

Bases militares de países pertenecientes a la OTAN, Finlandia y Suecia

Bases militares de países no pertenecientes a la OTAN

PRINCIPALES RUTAS ÁRTICAS

Océano

Pacífico

Norte

Noroeste

Transpolar

Mar del Norte/Noreste

Mar de

Ojotsk

Golfo de

Alaska

ESTADOS UNIDOS

Nueva

Siberia

CANADÁ

Isla de

Banks

Isla

Victoria

Océano

Ártico

RUSIA

Islas de la Reina Isabel

Tierra

del Norte

Polo

Norte

Isla de

Ellesmere

Tierra de Francisco José

Isla de

Baffin

Nóvaya

Zemliá

Svalbard

Groenlandia

(Noruega)

(Dinamarca)

Longyearbyen

Mar de Labrador

Nuuk

FINLANDIA

ISLANDIA

NORUEGA

Reikiavik

Moscú

SUECIA

ESTONIA

Islas Feroe

Oslo

Océano

Atlántico Norte

LETONIA

(Dinamarca)

BIELORRUSIA

DINAMARCA

500 km

IRLANDA

R. UNIDO

POLONIA

UCRANIA

FUENTE: Ministerio de Relaciones Exteriores de Dinamarca, The Artic Institute y CIDOB

Un espacio que puede ampliarse, siempre que se demuestre que la plataforma submarina es una extensión de la tierra continental. La dorsal de Lomonossov, de cerca de 2.000 km, es objeto de contienda entre Canadá, Dinamarca y Rusia. Todos han presentado su solicitud para ampliar soberanía amparándose en esta normativa. La batalla está solo en los comienzos. En 2007, los rusos hasta plantaron una bandera a 4.200 metros de profundidad a manera de reivindicación.

El mayor potencial económico del Ártico está en las rutas comerciales. El Northern Sea Route (NSR), que une Asia con Europa sin tener que pasar por el canal de Suez, permite ahorrarse casi 10.000 km de recorrido. Por vía marítima, Europa y Oriente están quince días más cerca. Hoy la falta de asistencia y los icebergs representan todavía incógnitas, pero en los próximos años estos obstáculos podrían desaparecer.

Otro eje es el Transpolar Sea Route (TSR), que permitiría pasar por el centro del Polo Norte y que servirá para que los contenedores transporten energía. Y por último, la Noroeste, que se ubica en aguas canadienses, une Atlántico y Pacífico y permitirá reducir la distancia entre EE.UU. y Asia un 15%.

Según el organismo The Arctic Institute, la NSR ya es operativa hoy. Unos 309 millones de toneladas que se transportan cada año, que podrían triplicarse a finales de la década si se abren nuevos proyectos energéticos. Con el deshielo la ruta será también más conveniente porque se necesitarán menos buques rompehielo y asistencia.

Luego están los recursos energéticos (además de la pesca: las capturas en el área suponen un 4% de las mundiales.) El Ártico custodia el 30% de las reservas de gas y el 16% de las de petróleo en un territorio que es el 8% de la superficie terrestre. Noruega, Rusia y EE.UU. ya están operando con explotaciones en la zona. Sin contar el potencial económico de minerales como la bauxita, diamantes, hierro, oro y posiblemente también las tan deseadas tierras raras, indispensables para la transición energética.

Para Rusia, el Ártico es una prioridad. Se estima que el 20% de sus exportaciones y el 10% de su PIB proceden de esta región. La mitad de los recursos petroleros y el 70% del gas del círculo polar están en territorio ruso. Rusia controla más de la mitad de las costas polares y cuenta con la mitad de la población que reside en esta región ( cinco millones de habitantes). En su informe del año pasado sobre la doctrina naval rusa, Vladímir Putin recuerda que el “Ártico se está trasformando en una región de competencia internacional” y que hay que reforzar la exploración de sus recursos minerales. La palabra “ártico” sale 66 veces en 55 páginas.

Intereses estratégicos

Moscú tiene la voz cantante en la región, porque le sirve para comercializar con Asia y eludir sanciones

El objetivo de Putin es explotar el Ártico para mirar de cerca hacia Asia. “Hay que liberar el potencial exportador y logístico de Rusia hacia el Sudeste asiático”, dijo el mandatario. Antes de la guerra de Ucrania, el tráfico marítimo del Ártico era esencialmente de Asia hacia Europa (en los últimos cinco años ha habido cinco veces más cargueros de Oriente hacia Occidente que al revés). En el futuro la tendencia será opuesta, porque Rusia girará hacia Asia. “El transporte durante todo el año será la mejor manera de eludir las sanciones”, reconocía el diario económico Kommersant.

Moscú está proyectando una central nuclear flotante para 100.000 hogares y en la península de Yamal ya cuenta con una terminal gasista de GNL. “En realidad no hay una carrera hacia el Ártico. En realidad, Rusia es la única que avanza en el Ártico, aunque Noruega también está desarrollando petróleo y gas en la región. China tiene ambiciones a largo plazo en la región y utiliza a Rusia como proveedor de petróleo y gas para contratos a largo plazo”, comenta a este diario Malte Humpert, director ejecutivo y fundador de The Artic Institute.

“Rusia es claramente el país mejor posicionado para explotar los recursos del Ártico. Pero es que realmente no tiene muchas o ninguna alternativa. Esta zona tiene una importancia económica significativa para Rusia, mucho más que para Estados Unidos o Canadá. Así que Rusia ha invertido mucho más en el desarrollo y las infraestructuras del Ártico que otros estados. La actividad rusa será el principal motor del desarrollo económico y la inversión en la región”, sostiene Humpert.

Pero, en su opinión, los proyectos de expansión rusa están en entredicho. “El problema no son los conflictos entre estados, sino las sanciones. Varias compañías occidentales han dejado abandonada a Rusia y ahora son las firmas como Novatek o Zvezda las que deben encontrar socios financieros o tecnológicos. Esto ralentizará los proyectos, a no ser que lleguen nuevas empresas de China o de otros países orientales”. El hielo, nuevo campo de batalla de la Guerra Fría del siglo XXI.

Movimientos militares

Bases de la guerra fría
​En los últimos ocho años Moscú ha reabierto o puesto al día 50 bases militares de la época de la Guerra Fría y cuenta con 50 buques rompehielo. EE.UU. solo tiene cinco bases militares y dos buques. Los rusos tienen previsto poner en marcha una nave nuclear capaz de romper hielo de hasta cuatro metros de espesor para el 2027. Según los analistas del Egmont Institute, “mandar militares a una zona es una manera de llevar personas, infraestructuras y tecnologías”.

​Occidente, con retraso
​Occidente va con retraso. Pero algo se mueve: Washington acaba de crear el cargo de Embajador del Ártico. Y Canadá ha anunciado una modernización de su sistema de defensa área en el área con un presupuesto de 3.600 millones.​



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