viernes, 4 de agosto de 2023

Por qué no podemos fiarnos del Pentágono para saber la verdad sobre los restos de naves 'alien'



(Midjourney - Novaceno - OK)



El astrofísico Avi Loeb analiza en su columna semanal las declaraciones al Congreso de EEUU sobre la ocultación por parte del Pentágono de restos de naves y material orgánico de origen alienígena




El presentador de "Morning in America" de NewsNation, Markie Martin, me preguntó ayer: "Avi, tú eres astrofísico de Harvard y la mayoría de nosotros no tenemos esa formación. ¿Cómo nos aconsejas que interpretemos la audiencia en la Cámara de Representantes de EEUU sobre los Fenómenos Anómalos No Identificados (FANI)?". Mi respuesta fue sencilla: "Presten atención a la información objetiva presentada por los testigos. Piense que es un jurado en un tribunal y decida si cree a los testigos".


Tener compañeros sintientes daría un nuevo sentido a nuestra existencia en el vasto cosmos que hasta ahora parecía oscuro y solitario


Markie también me preguntó por la reacción de algunos colegas ante mi reciente expedición al océano Pacífico, de la que informó el New York Times. Le expliqué que las 537 esférulas [los últimos datos aumentan esta cifra hasta 717 esférulas. N del T] que hemos recuperado hasta ahora están siendo analizadas por los mejores instrumentos del mundo en tres laboratorios: en la Universidad de Harvard, en la Bruker Corporation y en la UC Berkeley. Los científicos citados en el reportaje del New York Times no tienen acceso a estas esférulas ni a los datos de nuestros instrumentos, y sin embargo expresan opiniones muy firmes sobre la naturaleza de las esférulas. Esto contradice el método científico, según el cual los científicos deben guiarse por pruebas experimentales. Algunos están ansiosos por impugnar una carta formal del Comando Espacial de EEUU a la NASA alegando que se basa en datos erróneos, sólo porque los datos del meteorito USG 2014-0108 no podían ser descritos por su modelo para las rocas espaciales. Yo llamo a este pensamiento "la edad de piedra de la ciencia". Nunca aprenderíamos algo nuevo si insistiéramos en que todo lo que hay en el cielo deben ser rocas.

Además del Proyecto Galileo que dirijo en la Universidad de Harvard, los legisladores y políticos están considerando seriamente a los extraterrestres. Dado el interés público y gubernamental por los objetos tecnológicos extraterrestres cercanos a la Tierra, los científicos tienen la obligación de resolver la naturaleza de los FANI y los meteoritos interestelares anómalos, en lugar de centrarse en nociones matemáticas abstractas de otras dimensiones o el multiverso de las que no existen pruebas. Robert Oppenheimer se sentía atraído por la física matemática abstracta y consideraba la astrofísica como ciencia aplicada, pero su principal legado científico fue la astrofísica a través de los estudios de las enanas blancas y las estrellas de neutrones y el colapso de una estrella hasta convertirse en un agujero negro.

En un esfuerzo poco habitual, republicanos y demócratas iniciaron juntos la audiencia de los FANI en la Cámara de Representantes de Estados Unidos el 26 de julio de 2023. Los tres testigos presenciales hablaron bajo juramento, lo que les hace legalmente responsables de cualquier cosa que digan y facilita a los legisladores la búsqueda de información adicional. Entre los tres se encontraban David Grusch, antiguo representante de los oficiales de reconocimiento nacional en el grupo de trabajo de la UAP en el Departamento de Defensa, y dos pilotos militares, Ryan Graves y David Fravor. El serio debate en torno a sus deliberaciones sugiere que el contexto extraterrestre de los FANI está perdiendo su estigma. Si los científicos, el Congreso de EEUU y el público quieren saber más, el Departamento de Defensa debería revelar todo lo que sabe sobre los FANI que no sean de origen humano y potencialmente extraterrestres.


placeholderDe izquierda a derecha: Ryan Graves, David Grusch y David Fravor en su declaración en la Cámara de Representantes de EEUU. (Reuters)
De izquierda a derecha: Ryan Graves, David Grusch y David Fravor en su declaración en la Cámara de Representantes de EEUU. (Reuters)

Los objetos procedentes del espacio interestelar no respetan las fronteras nacionales y su naturaleza no es una cuestión de seguridad nacional. Desde una distancia de miles de años luz, no importa cómo los terrícolas se repartan la tierra en la superficie de esta diminuta roca, sobrante del proceso de formación del Sol. Descubrir la naturaleza de los objetos interestelares de fuera del sistema solar representa un conocimiento que debería ser compartido por todos los humanos de la Tierra, en el espíritu del conocimiento científico. Todos merecemos saber si tenemos vecinos. Las pruebas de las pelotas de tenis lanzadas por los vecinos a nuestro patio trasero no deberían ocultarse a la vista del público.

En las declaraciones iniciales, Graves señaló que "los FANI están en nuestro espacio aéreo, pero se informa muy poco de ellos. Estos avistamientos no son raros ni aislados; son rutinarios... Si se trata de algo más, es una cuestión para la ciencia", y Fravor añadió: "Esta cuestión no tiene que ver con la divulgación pública total que podría socavar la seguridad nacional... Lo que me preocupa es que no haya supervisión por parte de nuestros cargos electos".


placeholderUna de las 717 esférulas encontradas hasta ahora por Loeb, vista en el microscopio. (Avi Loeb)
Una de las 717 esférulas encontradas hasta ahora por Loeb, vista en el microscopio. (Avi Loeb)

Durante la sesión de preguntas y respuestas, Fravor señaló que se había encontrado con un comportamiento que va mucho más allá de nuestras tecnologías pasadas y actuales. Grusch señaló que ha facilitado al Inspector General de la Comunidad de Inteligencia los nombres de testigos de primera mano, así como los lugares en los que se encuentran actualmente materiales de naves espaciales alienígenas no humanas. También insinuó que los datos de satélite indican información de apoyo. Prometió facilitar a los representantes información de contacto relacionada. El ex subsecretario adjunto de Defensa para Inteligencia, Chris Mellon, respaldó el testimonio de Grusch sobre un programa de varias décadas de recuperación e ingeniería inversa de naves espaciales extraterrestres, al declarar a principios de esta semana: "Me han dicho que hemos recuperado tecnología que no se originó en esta tierra funcionarios del Departamento de Defensa y antiguos funcionarios de inteligencia".

Los sensores gubernamentales serían naturalmente los primeros en registrar actividad inusual cerca de la Tierra porque vigilan el cielo por motivos de seguridad nacional, mientras que los astrónomos entrenan sus telescopios en fuentes de luz lejanas e ignoran los objetos de su entorno inmediato. El carácter anecdótico de los informes anteriores sobre FANI es la razón por la que el Proyecto Galileo que dirijo construye nuevos observatorios que vigilan sistemáticamente todo el cielo y calibran las estadísticas de FANI en relación con los objetos terrestres conocidos. El congresista Maxwell Frost (D-FL) reconoció en sus comentarios el esfuerzo del Proyecto Galileo en la Universidad de Harvard.

Esperemos que, al permitir a los científicos acceder a los datos del UAP que pueda tener el gobierno estadounidense, todos podamos hacernos una mejor idea de si hay pruebas de vecinos cósmicos en nuestro patio trasero. De ser así, podríamos aprovechar nuevas capacidades tecnológicas estudiando los lugares donde se estrellaron viajeros interestelares en tierra o en nuestros océanos. Tener compañeros sintientes daría un nuevo sentido a nuestra existencia en el vasto cosmos que hasta ahora parecía oscuro y solitario.