- La única concesión será permitir la venta de vino en pintas
El ex primer ministro británico Boris Johnson lo había vendido como una de las grandes posibilidades del Brexit: recuperar el sistema de pesos y medidas imperial, con sus libras, onzas, stones, arrobas y galones. Pero el sueño de volver a las medidas anteriores a la implantación del sistema métrico internacional, en los años 70, ha acabado hoy después de que el Gobierno admitiera que su consulta pública sobre la posibilidad de abandonar los kilos y los litros ha recibido el rechazo de un 98,7% de los encuestados.
En el documento, el Ejecutivo británico acepta que ese cambio habría generado "confusión a los consumidores, un aumento de costes y supondría un obstáculo al comercio internacional". Y ni siquiera hay un clamor público que lo justifique: un 81,1% pide mantener el sistema actual, que obliga a rotular en medidas métricas con la posibilidad de añadir el equivalente en el sistema imperial en pequeño; mientras que un 17,6% preferiría eliminar directamente esa segunda línea opcional y dejar únicamente las medidas en kilos o litros. Apenas un 1,3% apuesta por recuperar las medidas imperiales como unidades principales.
Para compensar esta decepción, el Gobierno de Rishi Sunak ha anunciado que permitirá embotellar vino y cava en botellas de una pinta (568 mililitros) para todas aquellas empresas que no estén contentas con las medidas estándar actuales de 500 ml y 750 ml. Un "homenaje a Winston Churchill", el histórico primer ministro que afirmó que "era la medida perfecta para beber champán, dos pintas en la comida y una en la cena". Es poco probable que las empresas se apunten, eso sí, ya que no es muy rentable comprar nuevas máquinas y botellas para producir una medida que no es aceptada fuera del país.
La nostalgia por las antiguas medidas es parte del rechazo a la "europeización" que impulsó el Brexit. Reino Unido adoptó el sistema métrico internacional en 1995 como parte de la creación de la Unión Europea, aunque ya había dado pasos para enseñarlo en las escuelas desde 1970. En aquella década se había puesto en marcha la 'decimalización', cuando también modificó su complejísimo sistema monetario (12 peniques eran un chelín y 20 chelines hacían una libra) para simplificarlo pasando a tener solo 100 peniques como céntimos de una libra.
A principios de la década de los 2000, unos dueños de pequeñas tiendas protestaron por haber recibido multas por pesar frutas y verduras en libras en vez de kilos. Juntos formaron los "mártires métricos", un pequeño grupo de presión que fue acogido por la prensa euroescéptica. Johnson, uno de los líderes clave del Brexit, explicó que la marcha de la UE les permitiría recuperar las "libertades antiguas" de pesar en unidades imperiales. Pero la población moderna parece haber pasado página hace ya tiempo.