- Laidler (eToro): "La composición de la deuda importa y varía mucho según el país"
La deuda global mide el endeudamiento de los Gobiernos (deuda pública), las empresas (corporativa) y las personas de todo el planeta y, según alertó el Foro Económico Mundial a principios de octubre, está en "niveles peligrosamente altos". En el segundo trimestre de este año alcanzó los 307 billones de dólares, un récord, impulsada en gran medida por países desarrollados: Estados Unidos, Japón, Reino Unido y Francia, según el Instituto de Finanzas Internacionales (IIF). Solo en la primera mitad del año aumentó 10 billones de dólares. Si se echa la vista una década atrás, el incremento ha sido de 100 billones de dólares.
Para hacerse una idea de la magnitud de la deuda, la principal referencia es compararla con lo que produce la economía de un país, región o, en este caso, de todo el mundo. Y como suele ser habitual, las comparaciones son odiosas: en 2022 la deuda total supuso el 238% del producto interior bruto (PIB) mundial, es decir, más del doble de lo que produjo la economía de toda la Tierra el año pasado. En términos absolutos, fue de 235 billones billones de dólares, 200.000 millones más que en 2021.
"La tendencia a largo plazo ha sido de un aumento inexorable de la deuda, impulsada por los déficits crónicamente elevados de los Gobiernos de los mercados desarrollados y las necesidades inmobiliarias de China", explica en un comentario de este lunes Ben Laidler, estratega de mercados globales de la plataforma de trading eToro.
"La deuda pública como proporción del PIB mundial se ha triplicado en las últimas décadas, mientras que China representa el 30% de toda la deuda mundial de las empresas, agrega este experto, quien también resalta que "a más corto plazo, los niveles de deuda se han estabilizado y han descendido bruscamente como proporción del PIB, a medida que el aumento de la inflación impulsaba el PIB nominal y diluía esta carga de deuda de coste fijo".
"Grandes diferencias"
En su análisis, Laidler admite que la deuda mundial se encuentra en niveles "sorprendentemente altos", pero resalta que "existen grandes diferencias entre los segmentos de Gobiernos, empresas u hogares, con una sensibilidad muy dispar a las variaciones de los tipos de interés, dada la duración y las diferencias entre tipos variables y fijos".
"También hay una gran línea divisoria para quienes piden prestado a los bancos o al mercado de bonos. Esto ayuda a explicar la brusca ralentización del crecimiento [económico] de Europa este año, frente a los buenos resultados de EEUU y los esfuerzos de China por frenar su sector inmobiliario, frente a la sorprendente resistencia macroeconómica de los mercados emergentes", continúa este estratega.
Además, el analista de eToro subraya que no solo importa el tamaño de la deuda, sino también su composición, y esta varía mucho entre los distintos países: "Los niveles de deuda de Japón (...) se centran en el Gobierno y se apoyan en un consumidor poco apalancado. Por el contrario, (...) sus empresas son las más endeudadas del mundo".
En cambios, en Estados Unidos y en Reino Unido "se encuentran entre los más endeudados del mundo y, como era de esperar, dominan la economía, mientras que los Gobiernos y las empresas de Europa están más endeudados que sus homólogos estadounidenses".
"Por último, gran parte de la reciente resistencia relativa de los mercados emergentes puede explicarse por sus bajos niveles de deuda, centrados en la moneda local" y no en el dólar estadounidense, concluye Ben Laidler.