miércoles, 22 de enero de 2025

Cómo la casa de Carrie Bradshaw pasó de inesperado plató de televisión a la pesadilla turística de sus vecinos

 

Tres turistas se fotografían en las escaleras de la casa de Carrie Bradshaw.Alamy

La propietaria del edificio donde vivía la protagonista de Sexo en Nueva York en el West Village consigue el permiso para instalar una reja para evitar que los fans posen en la famosa escalera.

Que tu casa se convierta en un destino turístico mundial tiene sus inconvenientes. Que el fenómeno no pare de crecer casi tres décadas después puede llevarte a un estado de desesperación absoluta.

Es lo que le ha sucedido a la dueña de la casa donde vivía, escribía y soñaba con encontrar un novio Carrie Bradshaw, la protagonista de la exitosa serie Sexo en Nueva York, que emitió la productora HBO entre 1998 y 2004.

El día a día en la idílica casa de piedra rojiza en el número 66 de Perry Street en el West Village neoyorquino es un continuo ir y venir de fans que se hacen fotos, comentan la jugada a carcajadas y graban videos de TikTok sin descanso. Su propietaria, Barbara Lorber, ha dicho basta.

Para solucionar el problema ha planteado una sencilla solución. Instalar una puerta de hierro en la base de la escalera como elemento disuasorio.

"Esta casa no debería estar cerrada", declaró el martes resignada ante la Comisión de Preservación de Monumentos Históricos de la Ciudad de Nueva York. "Lo que era hermoso a fines del siglo XIX lamentablemente necesita más protección en nuestro siglo, en nuestra época", añadió.

La ciudad le ha dado su respaldo. Las famosas escaleras por las que subía y bajaba la Bradshaw tendrán una cancela. Lorber necesitaba el apoyo de la Comisión porque el edificio fue construido en 1866 y forma parte del distrito histórico de Greenwich Village, declarado así en 1969. El mismo año que comenzó la lucha por los derechos LGBTIQ+ después de una noche de disturbios en el vecino y mítico bar Stonewall.

Plató de televisión

El texto de la solicitud presentada por la propietaria revela tanto el calvario de las tres familias que viven en el edificio como la historia de cómo la casa llegó a convertirse por casualidad en uno de platós más famosos de la historia de la televisión. Y otro asunto adicional, cómo la irrupción de las redes sociales, las continuas reposiciones y las nuevas hordas de fans entre la Generación Z han provocado que la situación sea insostenible.

Lorber compró la casa en 1979 cuando Perry Street no era una de las calles más caras de la ciudad como es ahora. Los anteriores dueños habían hecho desaparecer los escalones y la mayoría de los detalles ornamentales del siglo XIX. Una práctica común antes de que el distrito fuera declarado monumento histórico. Ella lo volvió a reconstruir todo con una meticulosa recreación de la entrada original, tal y como figuraba en las fotografías antiguas.

Un día sin especificar de hace casi tres décadas, un joven localizador de escenarios llamó a su puerta para proponerle que la fachada se convirtiera en el hogar de la protagonista de una serie que se iba a llamar, en inglés, Sex and the City.

"Sentí pena por el joven que se acababa de graduar en la Escuela de Cine de la Universidad de Nueva York y me dijo que si no conseguía esta casa, perdería su primer trabajo real en el negocio", cuenta. Accedió de mala gana sin intuir que aquello duraría seis años y que las repercusiones serían incontrolables. "Mi culpa", reconoce la propietaria en el escrito.

El 6 de junio de 1998 se emitió el primer capítulo. Las andanzas de su inquilina, la columnista de sexo, interpretada por Sarah Jessica Parker, y sus tres amigas - Samantha, Charlotte y Miranda - en el Manhattan libre de aplicaciones para ligar impactaron por su descaro al hablar de relaciones. "En ese momento, nadie sabía que el programa sería algo duradero", cuenta la propietaria. "Y mucho menos que se convertiría en el icónico vehículo de fantasía y piedra de toque de la magia de Nueva York", añade.

Los primeros años transcurrieron con tranquilidad. Pero a medida que el programa acumulaba fama, surgían las primeras redes sociales e iba acaparando relevancia cultural, con dos películas posteriores y la serie derivada estrenada en 2021 bajo el título And Just Like That, la casa tomó el estatus de destino turístico imprescindible tan visitado como el Empire State.

"El programa se retransmite sin cesar en 34 idiomas diferentes, lo que aumenta una base de fans ya enorme que viene a mi puerta desde todo EEUU y todo el mundo", dice la propietaria. Tanto es así que Netflix se vio obligada a volverlo a subir a su plataforma el pasado mes de abril. Ahora comparte los derechos de emisión con HBO Max del fenómeno creado por Darren Star basado en los libros de Candace Bushnell.

La afectada no puede impedir la circulación de turistas frente al edificio ni tampoco que disfruten de su momento fan parados frente a la fachada. Solo pretende que no sobrepasen el límite que instaló hace varios años bajo el consejo del distrito 6 al que pertenece.

Se trata de una cadena metálica que no ha logrado su objetivo. "PROPIEDAD PRIVADA - PROHIBIDO EL PASO", reza el cartel que los fans ignoran posando, bailando o tumbándose en los escalones. Incluida, una vez, la propia Parker, vecina del barrio, para hacerse un par de fotos con motivo del estreno de la secuela.

Ha esperado más de 20 años a que la fascinación por el porche se desvaneciera. Misión fracasada. Para recuperar una calidad de vida razonable, la Comisión ha aprobado su propuesta de instalar una puerta doble de acero y hierro fundido que imita el estilo de los adornos del siglo XIX. El diseño es del arquitecto local Isidoro Cruz y la fabricación correrá a cargo de Handco Welding, una herrería del West Village especializada en restauraciones del barrio.

La discreta puerta, cuya altura de casi un metro es fácilmente saltable, contó con el respaldo de la Sociedad Victoriana de Nueva York, que suele ser muy estricta con este tipo de cambios. Así como con el testimonio de un vecino de Perry Street abrumado por el peregrinaje de fanáticos y la basura que dejan en el entorno. La sensata solución planteada por afectada contó con la simpatía de los comisarios. And just like that, aprobaron su propuesta por unanimidad.