- El banco va a pedir a la plantilla volver a la oficina los cinco días de la semana
Entre los indicadores exóticos de la economía, hay uno que ha saltado a zona roja de peligro. Se trata del índice de la corbata. Y, más o menos, funciona de la siguiente manera. A más trajes y corbatas por la oficina, malas noticias para la compañía y para la economía. Por lo que sea, cuando los jefes temen que van a venir mal dadas, mandan a los empleados a vestir de uniforme. Traje y corbata, por lo que pueda pasar.
Coincidencias con el ciclo económico o por azar, el índice de la corbata suele pasar como un buen indicador. Tan bueno como el índice de los pintalabios. En 2010, cuando los bancos caían como fichas de dominó, el banco suizo UBS impuso código de vestimenta de 49 páginas. Llegaba a realizar recomendaciones sobre ropa interior, pero, sobre todo, insistían en llevar la corbata.
Hay que reconocer que el índice preciso no es, pero como indicador ha funcionado. Los banqueros antes de la crisis financiera de 2008 se dejaron llevar por el espíritu informal y desaliñado de las oficinas de las tecnológicas y los casual Fridays aparecieron en sus vidas. Hasta que hay crisis a la vista y toca ajustarse las corbatas.
Referencias al índice las hay hasta en la caída del mítico hedge funds LTCM en los noventa. Roger Lowenstein en su libro When Genius Failed, cuenta en su libro que las oficinas del fondo tenían un ambiente distendido en la vestimenta, pero los empleados empezaron a intuir problemas cuando los trajes y corbatas empezaron a aparecer.
Las reglas de vestimentas se han comenzado a relajar tras el covid y la vuelta de la oficina, pero para los banqueros casi hay un uniforme al que asistir a sus puestos de trabajo, con corbata. El índice ha enloquecido con la intención de JP Morgan de devolver a todo su personal, unos 300.000 empleados en todo el mundo, a la oficina los cinco días de la semana. Eso significa muchas y muchas más corbatas por día en la oficina. Mala señal, según el índice de la corbata.