sábado, 2 de julio de 2011

Cataluña: Les duele la lengua


Foto from linguashop.com

La desigualdad, como lenguas oficiales, entre el castellano y el catalán en Cataluña es palmaria, evidente y sangrante: toda la escuela es en catalán, toda la administración pública, todos los carteles. Pero el castellano es la primera lengua materna de los catalanes (el 55 por ciento), y la primera lengua de consumo privado (libros, cine, televisión: un 70 por ciento). Entonces, ¿a qué se debe esa marginación del castellano? ¿No les parece raro? De hecho, le parece raro a todo el mundo, desde Madrid a Canberra, pero aquí no nos enteramos. El caso de Cataluña es único en el mundo. Ni en el Quebec (los angloparlantes, sin llegar al 20 por ciente, tienen escuela en inglés), ni en Finlandia (la minoría suecoparlante tiene todos los derechos lingüísticos como lengua oficial), etcétera. Pero aún es más raro que en Cataluña nadie impugne esa desigualdad, que todos los partidos del poder la aplaudan como cosa justa y necesaria. ¿Cómo es posible? ¿Hay alguna razón oculta que dé coherencia a esa postura tan poco coherente?
¿La persecución franquista? No cuela: una persecución no autoriza a otra persecución. ¿El peligro de desaparición en el inmediato futuro? Tampoco cuela: hay miles de lenguas más amenazadas que el catalán, y no por eso son incompatibles con la libertad. ¿La cohesión social? Si de eso se trata, el castellano es mucho más cohesionante, de hecho es la lengua común de los catalanes. Hay otras razones poderosas, pero me temo que no son compatibles con la decencia democrática: que es la lengua de la tierra, que expresa la supremacía necesaria de los catalanohablantes, que garantiza la perpetuación de la estructura social (catalanes arriba, castellanos abajo). Hasta ahora la argumentación más tontaina -en especial, entre la izquierda- se solía refugiar en la definición de 'lengua propia' que da el Estatut. Pero la estocada del TC fue certera: la cualidad de 'lengua propia' no puede significar ninguna prioridad de una lengua oficial sobre la otra. Pero eso es inaceptable para el consenso catalán actual.
¿Por qué? Pongámonos en su lugar. ¿Por qué los catalanohablantes -o al menos sus mentores ideológicos- piensan que no se puede escoger la lengua de la escuela, no debe haber carteles en castellano, la administración pública debe ser solo en catalán? Hay una razón irracional, si se me permite la paradoja: el miedo. Si las dos lenguas estuvieran en igualdad de condiciones, el catalán sería barrido del uso público. Si en el régimen actual de fuerte presión a favor del catalán su uso es minoritario, ¿qué pasaría si no hubiera esa presión? Si hablar catalán no significara una ventaja, ni un mérito, si sólo fuera una lengua, una hermosa lengua, sin duda, pero nada más, entonces se transformaría en una rémora, un peso muerto, una pesada herencia que sería mejor abandonar. El catalanohablante ve alarmado que él debe ser bilingüe para sobrevivir, pero el castellanohablante puede sobrevivir perfectamente sólo con el castellano. Los catalanohablantes son bilingües al cien por cien, pero los castellanohablantes no lo son todos ni totalmente.
Mi pregunta es: ¿y qué? Eso es lo normal cuando se encuentran una lengua digamos internacional con una lengua de ámbito reducido. Es un proceso que siempre ha sucedido desde que el mundo es mundo, y está sucediendo ahora mismo en todos los sitios bilingües del planeta. ¿Eso justifica las políticas de desigualdad -es decir, racistas- entre los ciudadanos? En el caso de una sociedad bilingüe, como es Cataluña, el bilingüismo oficial ya es un correctivo de las leyes del mercado, que favorecen a la lengua más poderosa. La cooficialidad ya es una discriminación positiva. Comprendo que algunos tengan ese 'dolor de lengua' instalado en su corazón, que entonen elegías por la muerte de su amada lengua. Pero no puedo entender que nadie lamente aún más la pérdida de derechos de los castellanohablantes, y con ello la libertad de todos los catalanes. La lengua no es un valor supremo. La libertad, sí.
Por Jesús Royo Arpón  from lavozlibre.com 23/06/2011

El nacionalismo catalán capa lengua y teléfonos
Frena el avance tecnológico, que permite el uso multilingüe de los sistemas de comunicación, con la esperanza de incrementar sus aspiraciones independentistas.
Aprovechar las posibilidades que ofrece la tecnología para que los idiomas no sean una barrera, no forma parte de los pilares de los nacionalistas. Por el contrario, amputan, destruyen y manipulan los avances para impedir que la lengua que habla toda la población de Cataluña -el español- sea utilizada en los servicios públicos.
TELÉFONOS ‘CAPADOS’
El Ayuntamiento de Barcelona ha reprogramado los teléfonos de los funcionarios para que no usen el idioma español y sólo puedan emplear el catalán cuando quieren usar las opciones del teclado. La empresa distribuidora de dichos aparatos ofrece la opción de elegir entre catalán y español. Sin embargo, recibieron órdenes del Ayuntamiento de Barcelona para ‘capar’ los teléfonos.
Antonio-Francisco Ordóñez, un alto funcionario del Ayuntamiento, ha presentado un recurso contencioso administrativo contra el Instituto Municipal de Hacienda, ya que considera que esta decisión del Consistorio es irregular y contradice la sentencia del Tribunal Constitucional que ponía freno a la imposición lingüística del catalán. Por primera vez en la historia de la democracia, un funcionario en Cataluña pone en jaque a la administración local por motivos lingüísticos.
… Y LUEGO, LAS ENCUESTAS
Se empieza por la lengua, su imposición en colegios, comercio, instituciones y medios subvencionados generosamente desde la administración autonómica… y luego se pregunta para ver qué tal va el caldo de cultivo:
El Barómetro del Centro de Estudios de Opinión, de la Generalitat de Cataluña, ha elaborado una encuesta de la que se deduce que si ahora se celebrara un referéndum sobre la autodeterminación, el 43% de los catalanes votaría a favor de la independencia, mientras que 28% lo haría en contra y un 23% se abstendría o no votaría.
Precisamente, en cuanto a la independencia de Cataluña, Artur Mas, el presidente de la Generalitat, hizo las siguientes declaración el pasado martes en el Ateneo Barcelonés: “Si la vía estatutaria quedó aparcada hace un año [con la sentencia del Constitucional], la opción de futuro no puede ser otra que nuestro derecho a decidir como pueblo y como nación. [...] El hecho de que Cataluña pueda tener un Estado propio lo veo como una solución. El tema es si se está en el momento en que poner esto en el calendario inmediato nos lo resuelve o lo estropea”.
EN VALENCIA, SIEMBRAN
En Valencia también cuecen habas. El recién reelegido presidente de la Generalidad Valenciana ha gastado 2,4 millones de euros a través del Instituto Valenciano del Audiovisual y la Cinematografía para subvencionar el cine en valenciano. Ese importe ha ido a parar a manos de los productores de 9 películas rodadas en la Comunidad Valenciana. La condición fundamental para otorgar dichas ayudas ha sido que se estrenen dobladas en el idioma valenciano y se mantengan en cartel durante ocho días con, al menos, un pase diario. Teniendo en cuenta que la pensión media en España es 875 euros, con los 2,4 millones se podrían haber realizado 2.742 pagos a personas jubiladas.
Por PEPE GIMÉNEZ  from lavozlibre.com   01 de julio de 2011

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