martes, 19 de julio de 2011

La cara B de los Juegos Olímpicos: estadios vacíos y crisis económicas nacionales


Foto from planetacurioso.com

A cambio de 9.000 millones de euros, los Juegos Olímpicos de Barcelona en 1992 relanzaron la imagen de la Ciudad Condal a nivel internacional y constituyeron un foco de renovación y modernización, en materia de infraestructuras urbanas, para sus habitantes.
Ésta es la cara A del mayor evento polideportivo a nivel mundial, que figura en la mayoría de informes de las ciudades que han presentado sus respectivas candidaturas a acogerlos en los últimos años como una oportunidad de inversión única, cuyos beneficios directos e indirectos constituyen una fuente de crecimiento para las sedes que organizan una Olimpiada.
Así lo recogía la memoria que presentó Madrid cuando decidió optar, por primera vez, a organizar unos Juegos en 2012. Sólo en lo que respecta al capítulo turístico, preveía un aumento de 1,5 millones de turistas sobre el nivel habitual, con un gasto medio aproximado de 1.200 euros. Es decir: una inyección de 1.800 millones de euros para el comercio de la ciudad.
Además, el mismo informe aseveraba que las inversiones necesarias para acometer la organización de la cita olímpica tendría "un impacto en el empleo de la ciudad de Madrid que se concretaría en la creación de 174.460 ocupados equivalentes a tiempo completo acumulados".
Diversos estudios, como el elaborado por el Centro de Estudios Olímpicos de la Universidad Autónoma de Barcelona, recogen cómo unos Juegos Olímpicos pueden llegar a suponer un impacto económico de más de 15.000 millones para un país. Significa eso que la candidatura de Madrid 2020 (la tercera consecutiva) puede suponer una vía de salida a la crisis para la economía española?
El inicio de la crisis helena
La experiencia indica que los Juegos Olímpicos pueden convertirse en un arma de doble filo. Para muestra, los datos de evolución del PIB en los países que han acogido la cida: desde Atlanta 1996, todos han experimentado un descenso de la tasa de crecimiento de este indicador el año inmediatamente posterior a su celebración. Incluso China, que en 2008 creció al 11,9 por ciento, cayó casi tres puntos al situar la tasa de crecimiento real de su PIB en 2009 en el 9 por ciento.
El caso más sintomático es el de Grecia, cuya capital organizó las Olimpiadas de 2004 con unas consecuencias que aún hoy se hacen sentir en el bolsillo de sus ciudadanos. Un informe elaborado por el banco Alpha Bank calificaba el gasto ejecutado por el Gobierno heleno para acoger el evento como "la inversión pública más importante de la historia moderna de Grecia". Y es que la mayor parte del presupuesto, que terminó siendo el triple de lo previsto inicialmente, salió de las arcas estatales. Mientras, los ingresos obtenidos por la explotación de los Juegos apenas cubrieron el 15 por ciento de los gastos.
Como consecuencia, en 2004 la deuda acumulada del país superó el 110 por ciento del PIB, además de dejar en Atenas unas instalaciones deportivas infrautilizadas, cuyos gastos de mantemiento obligaron al Gobierno a sacarlas a subasta, o bien desmantelarlas en otros casos.
Un nuevo barrio en Londres
¿Merece la pena invertir tanto dinero en una cita que sólo dura 15 días y que puede deparar gigantescas infraestructuras deportivas vacías, como es también el caso del famoso estadio Nido de Pájaro de Pekín? Desde Londres, sede de los próximos Juegos, que tendrán lugar el verano que viene, consideran que la clave está en poner el foco de la inversión en obras de modernización que, con o sin cita olímpica, son demandadas por la propia ciudad.
"No nos podemos permitir el lujo de que parte de las obras se queden sin uso después de los Juegos. El desafío de Londres es el evento sirva de excusa para impulsar una serie de infraestructuras que van a necesitarse de cara a los próximos 10 años", afirma Carolina Arriagada, responsable de London & Partners, la agencia oficial de promoción de Londres, para la Península Ibérica y Latinoamérica.
"Se espera que Londres reciba a un millón de inmigrantes durante los próximos 10 años. "¿Dónde alojas a esa gente", se pregunta. La respuesta la da a través de uno de los proyectos de urbanización y rehabilitación de la zona este de la ciudad que integra la candidatura de Londres 2012. "Los Juegos Olímpicos generan un movimiento de ejecución de proyectos que ya de por sí son necesarios", indica.
Y ese movimiento constituye un foco de atracción de inversión extranjera. "Estamos hablando con empresas australianas que ocupen el centro acuático, y también hay contratos con algunas compañías españolas". Una de ellas es Everis, que ha aprovechado la oportunidad olímpica con el desarrollo de los túneles de Crossrail, la nueva línea londinense de ferrocarril. A diferencia de Atenas, Londres ha apostado por un modelo de financiación mixto, según el cual las infraestructuras urbanas corren a cargo del erario público, y las deportivas son a cuenta del capital privado.
En el caso de Madrid, cuya deuda supera los 7.000 millones, cabe preguntarse si el esfuerzo olímpico que pretende acometer servirá para estimular la inversión, como en Londres, o para incrementar su agujero económico, como en Atenas.

Por Ismael Labrador  from eleconomista.es  18/07/2011

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