sábado, 2 de julio de 2011

Labios y orgasmos


Foto from elmundo.es

Yo no tengo labios. Tengo una ranura en la cabeza. Eso es mi boca. Una pena, pero cuando la naturaleza te ha colmado con múltiples imperfecciones, ya no viene de una. Te haces a la idea y le intentas sacar todo el partido posible a tu hándicap facial. Yo sonrío mucho y se me nota menos. Es más barato que implantarme unas salchichitas de cóctel en los morros.
Aún así, la moda absurda de las bocas de pato sigue causando furor. Hasta hace cuatro días, hincharse los labios de la cara artificialmente siguiendo discutibles criterios estéticos ha sido una manera de desgraciarse el rostro exclusivamente femenina, aunque en los últimos años algunos hombres (vinculados sobre todo al mundo del espectáculo o de la televisión) han empezado a lucir unos morritos que ya los quisiera Mick Jagger. El problema de estos apéndices labiales de nuevo cuño es que le dan a sus portadores un aire a lo ‘Jocker’ (uno de los malos de Batman) que da más risa que otra cosa. Pero bueno, si ellos se ven guapos…
En cualquier caso, se sea macho o hembra, unos labios voluminosos y carnosos siempre incrementan el potencial erótico de su dueño. Que se lo digan si no a Angelina Jolie, lo bien que le va en la vida gracias a su aparatosa boca… aunque jure y perjure que siempre ha tenido esa apariencia, desde niña. Mentira, pero bueno. Otros ejemplos, como Chuck Norris o Parada (cada día más clónicos) no consiguen excitar tanto a las masas, la verdad. Digo yo que dependerá mucho de la pasta que te dejes en el proceso de engorde o del material utilizado para conseguir tan prodigioso efecto.
Si la semana pasada comentábamos la publicación de un estudio científico que asegura que las mujeres en plena fase de ovulación detectan gays con más precisión que los vigilantes de los urinarios públicos de las estaciones de tren, esta semana ha visto la luz otro fascinante experimento con sensuales y sorprendentes conclusiones. Ahora resulta que el tamaño de los labios y la forma de la boca dicen mucho de las prestaciones sexuales de una persona. Bueno, de una mujer, porque el estudio se ha realizado centrándose única y exclusivamente en el género femenino. El autor de la investigación es un profesor universitario escocés que hace un tiempo ya dejó al mundo patidifuso al demostrar que la forma de andar de una mujer da muchas pistas sobre la calidad y cantidad de sus orgasmos. Un día de estos os hablo del tema, pero hoy vamos a centrarnos en los labios. Por cierto, pelín obsesionado el hombre con encontrar relaciones causa-efecto por todas partes, aunque siempre acaben en el mismo punto, ¿no creéis?
Volviendo al asunto de la boca, un labio superior prominente indica una mayor capacidad orgásmica en una mujer. Para llegar a tal conclusión, Stuart Brody, que es como se llama el profesor de psicología especializado en conducta sexual que ha realizado el estudio, ha analizado a más de 250 mujeres (con una edad media de 27 años) y, además de copar titulares en la prensa, se ha metido en un berenjenal al hablar sólo de orgasmos vaginales. Teniendo en cuenta que para gran parte de la comunidad científica el orgasmo sólo es uno y la distinción entre orgasmos clitoridianos y vaginales es un argumento ya superado, la insistencia en relacionar el tamaño de los labios con una presunta clase de orgasmos ha provocado que la noticia no haya sido muy valorada. Por mucho que se haya publicado en el ‘Journal of Sexual Medicine’.
Yendo al meollo: ¿cómo pueden relacionarse los orgasmos y el tamaño del labio superior? Pues bien, todo parece indicar que la clave está en un pequeño punto que se encuentra en la línea media del labio superior que se forma en la semana 17 del proceso de gestación. Las mismas fuerzas que generan su formación afectan a los circuitos neuronales. Vamos, que ya siendo fetos se determina cómo vamos a funcionar sexualmente en un futuro. Otra conclusión del estudio: para asegurar un rendimiento sexual óptimo, los labios generosos deben ser naturales. A mí personalmente me cuesta horrores entender todo esto. En cualquier caso, si alguna lectora de esta ‘Cama redonda’ posee unos labios naturales prominentes, puede comentarnos si el estudio va bien encaminado o se trata de una simple especulación. Uno ya no sabe qué creerse.
Por Josep Tomás / Cama redonda  from elmundo.es 01/07/2011

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