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¿De verdad conocemos a este lado del Atlántico al movimiento político-ciudadano que está marcando la agenda política estadounidense durante los últimos meses? ¿Quieres saber más? Lainformacion.com hace una radiografía del Tea Party, el principal enemigo político de Barack Obama.
La presión del Tea Party durante la negociación del techo de deuda ha llevado a Estados Unidos al filo del abismo económico. En poco más de dos años, este movimiento que nación como una reunión de ciudadanos cabreados se ha convertido en uno de los lobbys más influyentes de Washington.
Con millones de seguidores a lo largo y ancho del país, el partido del té se ha convertido en el oscuro objeto de deseo de los políticos republicanos. Gracias al Tea Party, las nuevas estrellas conservadoras Rand Paul o Marco Rubio han llegado a Washington.
Todo el mundo habla del Tea Party, pero pocos conocen su origen, sus propuestas y por qué han conseguido sacar de quicio a Barack Obama, el hombre tranquilo de la Casa Blanca.
Se dice que son militantes republicanos, de extrema derecha y racistas, cabreados por tener a un presidente de color, pero detrás de los valores del Tea Party se esconden los verdaderos pilares del otrora venerado American way of life: libertad, individualismo y capitalismo, pero llevados al extremo. Estas son las claves del movimiento político de moda:
El germen
“¿Cuántos de vosotros queréis pagar por la hipoteca del perdedor de vuestro vecino que se ha comprado una casa con un baño extra que no puede pagar?”. Esta frase que el periodista económico de la cadena de televisión CNBC Rick Santelli pronunció sobre el parqué de la bolsa de Chicago removió las conciencias de miles de estadounidenses.
Sólo unas semanas después, un ama de casa de Seattle, Keli Carender, utilizó su blog personal, Redistributing Knowledge, y Facebook para convocar la primera movilización ciudadana. Más de un centenar de personas respondió al llamamiento, que se contagió a otras ciudades estadounidenses.
Nacimiento del Tea Party
El 15 de abril de 2009, coincidiendo con el Tax Day –el último día para presentar la declaración de la renta en Estados Unidos–, más de medio millón de ciudadanos se concentraron en distintos puntos del país para protestar contra los altos impuestos, el excesivo poder del gobierno federal y el plan de estímulo económico de la Administración Obama.
Los manifestantes llamaron a retomar el espíritu del Boston Tea Party, que el 16 de diciembre de 1773 se rebelaron contra Gran Bretaña en el llamado Motín del Té, considerado como uno de los precedentes de la Guerra de la Independencia.
De ahí que hayan adoptado como enseña la bandera de Gadsden, diseñada por el General Christopher Gadsden en 1775 para la marina independentista con el lema Don’t tread on me (No me pises, en inglés).
¿Quién dirige el Tea Party?
Hay hasta seis grandes organizaciones que se reparten la coordinación de los teabaggers, como popularmente se conoce a los simpatizantes del Tea Party: los Tea Party Patriots, la mayor y más poderosa; el FreedomWorks Tea Party; el 1776 Tea Party; ResistNet; el Tea Party Nation; y el Tea Party Express, amadrinado por Sarah Palin y Michele Bachmann.
Cuarenta de los 120 candidatos que el Tea Party presentó a las elecciones legislativas del pasado mes de noviembre salieron victoriosos. La llegada a Washington de nombres como Marco Rubio, Rand Paul o Jim DeMint ha contribuido a radicalizar la postura del partido republicano en todos los asuntos económicos.
Además, tras un inicio como movimiento ciudadano, el Tea Party se ha politizado hasta el punto de convertirse en una escisión a la derecha del partido republicano. El discurso de sus líderes se ha tornado cada vez más radical hasta el punto de defender en público leyes más permisivas con la posesión de armas o la expulsión de todos los inmigrantes ilegales del país.
¿Qué piden?
El Tea Party detesta todo lo grande. Luchan contra el creciente poder del Gobierno federal, la dictadura de las grandes compañías multinacionales y una gran deuda nacional. Pero, sobre todo, se oponen las subidas de impuestos.
En el llamado Contrato desde América, las principales organizaciones ligadas al movimiento de protesta recogen sus tres grandes pilares: responsabilidad fiscal, un gobierno limitado por la Constitución y la adopción del libre mercado.
La responsabilidad fiscal supone que el gobierno respete la libertad del individuo a gastar en lo que desee el dinero que es el fruto de su propio trabajo.
¿Por qué esa aversión al Gobierno?
En este punto es necesario entender que Estados Unidos no es un país, sino un país de países. Es una nación federal formado por la unión de 50 estados, cuya independencia está garantizada por la décima enmienda de la Constitución.
Este artículo de la Carta Magna afirma que cada estado “tiene soberanía, libertad e independencia”, y que los poderes que la Constitución no otorga al Gobierno federal “pertenecen a los estados y al pueblo”.
Una encuesta realizada por la compañía de sondeos Zogby International, afirma que casi una cuarta parte de los estadounidenses cree que “cualquier estado tiene derecho a la secesión”. Además, el 18% afirmó que “apoyaría la independencia de su región”.
Los movimientos secesionistas tienen presencia en 25 estados y hasta 37 regiones han introducido leyes a favor de su soberanía, lo que les ha permitido poner en jaque la reforma del sistema sanitario o la política migratoria federal.
Demografía: ¿quiénes son sus seguidores?
Un 12% de los estadounidenses son simpatizantes del Tea Party, según una investigación realizada por la Universidad de Quinnipiac. Seis de cada 10 miembros de este colectivo se declara votante republicano.
Una encuesta encargada por el rotativo The New York Times y la cadena de televisión CBS afirma que los simpatizantes del Tea Party son más educados, y acaudalados, que el ciudadano medio. El simpatizante tipo es un hombre blanco de más de 45 años, casado y que se define como conservador.
Con millones de seguidores a lo largo y ancho del país, el partido del té se ha convertido en el oscuro objeto de deseo de los políticos republicanos. Gracias al Tea Party, las nuevas estrellas conservadoras Rand Paul o Marco Rubio han llegado a Washington.
Todo el mundo habla del Tea Party, pero pocos conocen su origen, sus propuestas y por qué han conseguido sacar de quicio a Barack Obama, el hombre tranquilo de la Casa Blanca.
Se dice que son militantes republicanos, de extrema derecha y racistas, cabreados por tener a un presidente de color, pero detrás de los valores del Tea Party se esconden los verdaderos pilares del otrora venerado American way of life: libertad, individualismo y capitalismo, pero llevados al extremo. Estas son las claves del movimiento político de moda:
El germen
“¿Cuántos de vosotros queréis pagar por la hipoteca del perdedor de vuestro vecino que se ha comprado una casa con un baño extra que no puede pagar?”. Esta frase que el periodista económico de la cadena de televisión CNBC Rick Santelli pronunció sobre el parqué de la bolsa de Chicago removió las conciencias de miles de estadounidenses.
Sólo unas semanas después, un ama de casa de Seattle, Keli Carender, utilizó su blog personal, Redistributing Knowledge, y Facebook para convocar la primera movilización ciudadana. Más de un centenar de personas respondió al llamamiento, que se contagió a otras ciudades estadounidenses.
Nacimiento del Tea Party
El 15 de abril de 2009, coincidiendo con el Tax Day –el último día para presentar la declaración de la renta en Estados Unidos–, más de medio millón de ciudadanos se concentraron en distintos puntos del país para protestar contra los altos impuestos, el excesivo poder del gobierno federal y el plan de estímulo económico de la Administración Obama.
Los manifestantes llamaron a retomar el espíritu del Boston Tea Party, que el 16 de diciembre de 1773 se rebelaron contra Gran Bretaña en el llamado Motín del Té, considerado como uno de los precedentes de la Guerra de la Independencia.
De ahí que hayan adoptado como enseña la bandera de Gadsden, diseñada por el General Christopher Gadsden en 1775 para la marina independentista con el lema Don’t tread on me (No me pises, en inglés).
¿Quién dirige el Tea Party?
Hay hasta seis grandes organizaciones que se reparten la coordinación de los teabaggers, como popularmente se conoce a los simpatizantes del Tea Party: los Tea Party Patriots, la mayor y más poderosa; el FreedomWorks Tea Party; el 1776 Tea Party; ResistNet; el Tea Party Nation; y el Tea Party Express, amadrinado por Sarah Palin y Michele Bachmann.
Cuarenta de los 120 candidatos que el Tea Party presentó a las elecciones legislativas del pasado mes de noviembre salieron victoriosos. La llegada a Washington de nombres como Marco Rubio, Rand Paul o Jim DeMint ha contribuido a radicalizar la postura del partido republicano en todos los asuntos económicos.
Además, tras un inicio como movimiento ciudadano, el Tea Party se ha politizado hasta el punto de convertirse en una escisión a la derecha del partido republicano. El discurso de sus líderes se ha tornado cada vez más radical hasta el punto de defender en público leyes más permisivas con la posesión de armas o la expulsión de todos los inmigrantes ilegales del país.
¿Qué piden?
El Tea Party detesta todo lo grande. Luchan contra el creciente poder del Gobierno federal, la dictadura de las grandes compañías multinacionales y una gran deuda nacional. Pero, sobre todo, se oponen las subidas de impuestos.
En el llamado Contrato desde América, las principales organizaciones ligadas al movimiento de protesta recogen sus tres grandes pilares: responsabilidad fiscal, un gobierno limitado por la Constitución y la adopción del libre mercado.
La responsabilidad fiscal supone que el gobierno respete la libertad del individuo a gastar en lo que desee el dinero que es el fruto de su propio trabajo.
¿Por qué esa aversión al Gobierno?
En este punto es necesario entender que Estados Unidos no es un país, sino un país de países. Es una nación federal formado por la unión de 50 estados, cuya independencia está garantizada por la décima enmienda de la Constitución.
Este artículo de la Carta Magna afirma que cada estado “tiene soberanía, libertad e independencia”, y que los poderes que la Constitución no otorga al Gobierno federal “pertenecen a los estados y al pueblo”.
Una encuesta realizada por la compañía de sondeos Zogby International, afirma que casi una cuarta parte de los estadounidenses cree que “cualquier estado tiene derecho a la secesión”. Además, el 18% afirmó que “apoyaría la independencia de su región”.
Los movimientos secesionistas tienen presencia en 25 estados y hasta 37 regiones han introducido leyes a favor de su soberanía, lo que les ha permitido poner en jaque la reforma del sistema sanitario o la política migratoria federal.
Demografía: ¿quiénes son sus seguidores?
Un 12% de los estadounidenses son simpatizantes del Tea Party, según una investigación realizada por la Universidad de Quinnipiac. Seis de cada 10 miembros de este colectivo se declara votante republicano.
Una encuesta encargada por el rotativo The New York Times y la cadena de televisión CBS afirma que los simpatizantes del Tea Party son más educados, y acaudalados, que el ciudadano medio. El simpatizante tipo es un hombre blanco de más de 45 años, casado y que se define como conservador.
Por Roberto Arnaz from lainformacion.com 2/08/2011
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