Foto from spanish.china.org.cn
Los primeros datos sobre el estado de la economía china en agosto muestran que la producción de la mayor fábrica mundial se sigue contrayendo.
La lectura preliminar para agosto del índice de HSBC sobre sector industrial fue de 49,8, ligeramente más alta que el 49,3 de julio, pero todavía por debajo de 50, la marca que separa la expansión de la contracción.
Según los datos de producción, los nuevos pedidos tanto nacionales como extranjeros apuntaban a un deterioro en las condiciones desde julio. La baja lectura del índice de gestores de compras de HSBC (PMI por sus siglas en inglés) es especialmente llamativa debido a que gran parte de la muestra cubre a pequeños exportadores, un indicador del estado de la demanda externa y de las perspectivas para la economía global.
Las pequeñas empresas han sufrido un año difícil. En casa, el racionamiento del crédito les ha privado de financiación, los problemas con el suministro eléctrico, de energía, y el aumento de los salarios, de mano de obra barata. Un reciente informe del banco central de China apunta a que los costes laborales han aumentado en el segundo trimestre entre un 10% y un 30% con respecto al año pasado.
En el extranjero, la titubeante recuperación global ha reducido la demanda de exportaciones, y la última encuesta de HSBC evidencia que los nuevos pedidos de clientes extranjeros siguen cayendo.
Las bolsas de Shangai y Hong Kong se consolaron con el hecho de que los datos mostraban un deterioro más lento de la situación para los fabricantes que el mes anterior. Pero la situación real podría ser aún peor de lo que sugiere la lectura del PMI.
Paul Cavey, un economista de Macquarie, asegura que un gran número de pequeñas empresas se están viendo obligadas a aceptar pagarés pendientes de cobro como pago por sus productos, y este grupo está creciendo. Las pequeñas empresas aseguran que cada vez tardan más en cobrar, y que los pagarés como proporción de las ventas están creciendo a niveles preocupantes.
El aumento de los compromisos de pago frente al cobro directo no sólo indica que las pequeñas empresas tendrán problemas para mantener las líneas de producción. También sugiere que, de producirse quiebras, el impacto sistémico será mayor. Si una pequeña empresa se va a pique con meses de facturas sin pagar, todas las firmas en la cadena de suministro sufrirán el golpe.
Aún no hemos llegado a ese punto. La evidencia anecdótica de una oleada de quiebras de pequeñas empresas no se ha reflejado en los datos. En una economía que sigue creciendo a un ritmo anual del 9,1%, parece poco probable que se produzcan colapsos generalizados. Pero ante el creciente temor por la recuperación de la economía global, esta última evidencia del proceso de ralentización de la primera fábrica mundial supone otro dato perturbador.
Lea el artículo original publicado en The Wall Street Journal Europe At the World's Factory, Output Stalls
Por Tom Orlik / THE WALL STREET JOURNAL EUROPE from Expansion.com 24/08/2011
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