miércoles, 31 de agosto de 2011

La fortaleza del yen procede de la situación de debilidad de Japón


Foto from saladeinversion.com

Desafortunado y un tanto impotente. Este es el aspecto que da Japón mientras intenta controlar el alto valor del yen, que se aproxima al máximo histórico que marcó recientemente frente al dólar.
Tokio se equivoca al culpar a los especuladores de la fortaleza del yen, pese a los débiles fundamentales económicos del país. Son precisamente estos los que dan atractivo a la divisa en épocas turbulentas.
Las bajas importaciones ayudan a mantener un alto superávit por cuenta corriente, lo que garantiza una alta demanda de la divisa. Las caídas de los precios –Japón lucha con la deflación desde los años 90– amplían su poder adquisitivo.
Es cierto que cuando las bolsas mundiales se desploman, los hedge fund invierten en yenes. El inmenso mercado de dólares ofrece seguridad en liquidez, pero el yen se impone, ya que el superávit por cuenta corriente de Japón aporta seguridad adicional.
Siempre hay exportadores e inversores institucionales japoneses con divisas extranjeras que cambiar por yenes para repatriar fondos. Debido a ello, la divisa suele subir más de lo que cae, afianzando su imagen de valor seguro.
Tokio está en lo cierto al apuntar que no ha sido la reciente compra de acciones o bonos japoneses la que ha hecho que el yen marcase máximos históricos frente al dólar recientemente.
Pero el yen está ganando la lucha menos desagradable de las divisas. Es cierto que Japón tiene una inmensa deuda gubernamental y un caótico escenario político, y que su ráting crediticio ha caído. Pero lleva años capeando estas presiones.
Otros países tienen problemas más nuevos. Europa no ha logrado hacerse con el control de la crisis de su deuda, y EEUU afronta sus propios problemas presupuestarios, lo que resta atractivo a los activos en euros y dólares.
La respuesta a la fortaleza del yen no ha sido convincente. La intervención unilateral más reciente el 4 de agosto, que según sugieren los datos del Banco de Japón fue la mayor de la historia en un sólo día al situarse en torno a los 4,6 billones de yenes (41.350 millones de euros), sólo sirvió para dar un breve respiro.
Luego está la idea del ministerio de Finanzas de ofrecer 100.000 millones de dólares (68.950 millones de euros) de créditos baratos para financiar fusiones y adquisiciones extranjeras, y por lo tanto la venta de yenes, por parte de compañías japonesas. Pero las empresas cuentan con abundante liquidez, ya que la financiación comercial es muy barata, y lo último que necesita Tokio es promover acuerdos mal planificados.
A largo plazo, podría ser incluso contraproducente al aumentar el ya alto superávit de ingresos extranjeros incrementando los activos exteriores que generan liquidez. Es suficiente para que los especuladores se sientan envalentonados.
De hecho, los hedge fund y otros inversores no comerciales han incrementado sus apuestas sobre el yen un 12% después de la intervención, según los datos de la Bolsa Mercantil de Chicago. Dadas las fuerzas desplegadas contra ellas, es poco probable que las autoridades japonesas puedan contener la fortaleza de su divisa por sí solas.

 Lea el artículo original publicado en The Wall Street Journal Europe From a Position of Weakness Comes Yen's Strength Más información en www.europe.wsj.com ©2011 Dow Jones & Company, Inc. All Rights Reserved
Por Andrew Monahan y James Simms publicado en Expansion.com  29/08/2011

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