El colágeno, esencial en las articulaciones. (iStock)
Forma parte del organismo y es el responsable de mantener unidas las distintas estructuras del mismo, aunque los principales beneficiarios son la piel, los huesos y los músculos
Muchos relacionan el colágeno con la cirugía estética y reconstructiva, pues es uno de los compuestos más utilizados en dicha materia. Un tratamiento no permanente que se encarga de llenar espacios y zonas en la piel que con el tiempo han perdido tonicidad, provocando así la aparición de arrugas y líneas de expresión. Sin embargo, el colágeno también forma parte del cuerpo humano, de hecho, es una de las proteínas más abundantes, cuya función determina nuestra calidad de vida.
El colágeno es tan importante porque se encarga de la unión de los músculos a los huesos, el buen funcionamiento de las articulaciones, el mantenimiento de los tendones y los ligamentos, la elasticidad de la piel o la salud de nuestros ojos. Sin embargo, este gran compendio de cualidades se ve mermado con el paso del tiempo, al igual que la producción de dicha proteína. Una pérdida que forma parte del proceso natural de envejecimiento, pero que se puede ver adelantado por otros factores externos como el consumo de alcohol, el tabaco, el estrés, la falta de sueño o una mala alimentación.
Por eso, al igual que ocurre con un gran número de dolencias, nuestra dieta juega un papel fundamental a la hora de retrasar y aliviar los síntomas. Bajo esta premisa, ¿qué alimentos podemos incluir en nuestra dieta diaria para mantener estables los niveles de colágeno?
Pescado azul
Como es bien sabido, el pescado azul es rico en ácidos grasos omega 3, vitaminas D y E, minerales como el magnesio, el potasio o el hierro, y por supuesto, colágeno. Esta combinación de nutrientes no solo previene el envejecimiento prematuro de las células, también la oxidación celular, las enfermedades cardiovasculares o la inflamación. Sin olvidar que reduce el nivel de colesterol malo en la sangre. Según diversas fuentes, incluir dos piezas de pescado azul a vuestro menú semanal es más que suficiente para disponer de la cantidad adecuada de colágeno en el organismo.
Cebolla
Además de aportar sabor y aroma a nuestros platos, la cebolla aumenta la producción de colágeno. ¿El motivo? Es rica en azufre, un mineral que interviene directamente en la formación de dicha sustancia. Por esta razón, otros alimentos como el ajo o el apio son igual de adecuados si vuestro objetivo es seguir una dieta antienvejecimiento. Igualmente, la cebolla ayuda a mejorar la circulación sanguínea, previene la fermentación intestinal y la presencia de parásitos y hongos, reduce el nivel de azúcar en sangre y es muy eficaz frente a problemas respiratorios como resfriados o bronquitis.
Limón
Junto a su pariente más cercano, la naranja, este fruto es conocido por su alto aporte de vitamina C, un antioxidante natural que, además de cuidar el sistema inmunitario y luchar contra los radicales libres, es necesario para la síntesis del colágeno. Por lo tanto, todas aquellas frutas y verduras ricas en dicho nutriente también pueden ejercer el mismo efecto sobre el organismo. Hablamos del kiwi, las fresas, el melocotón y la ya mencionada naranja.
Carne magra
En este caso, el protagonismo recae sobre los aminoácidos, compuestos orgánicos que se combinan para formar proteínas con el objetivo de reparar los tejidos corporales, descomponer los alimentos u obtener una fuente de energía extra. No obstante, otra de sus funciones principales, al igual que ocurre con la vitamina C, es colaborar en la formación de colágeno. Para aportar vuestro granito de arena, podéis incluir a la dieta alimentos de origen animal como la leche, la carne magra o los huevos; legumbres, semillas y frutos secos.
Huevos
Son ricos en aminoácidos y, por tanto, estimulan la producción de colágeno. Dentro de este grupo, los huevos ocupan un puesto privilegiado, al contribuir también en la formación de tejido muscular, prevenir la degeneración ocular en la vejez y reducir el riesgo de sufrir enfermedades cardiacas y accidentes cerebrovasculares. Para aprovechar estos y otros beneficios, basta con incluir dos huevos a vuestra dieta semanal.
Té
El té es una bebida que rebosa salud gracias a sus múltiples propiedades nutricionales. Por ejemplo, reduce los niveles de colesterol, aporta sustancias antioxidantes y tiene un fuerte poder diurético, digestivo y antitumoral. Sin embargo, en lo que a colágeno se refiere, el té también incluye catequinas en su composición, una sustancia que combate la acción de los radicales libres, previene la artritis, comparte su efecto quemagrasas y, por supuesto, evita la disminución de colágenoen el organismo.
Frutos rojos
Si queréis aumentar la cantidad de colágeno que circula por vuestro cuerpo, debéis incorporar frutos rojos a la dieta. La mora, la frambuesa, los arándanos y la fresa son un grupo de alimentos ricos en licopeno, una sustancia química que se encuentra detrás del color rojo que les da nombre y que estimula la producción de colágeno, siendo así un fuerte aliado antienvejecimiento. Además, mantiene bajos los niveles de colesterol LDL, previene las enfermedades cardiovasculares, ayuda a combatir los radicales libres y comparte sus propiedades antiinflamatorias.
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https://www.alimente.elconfidencial.com/bienestar/2019-02-25/alimentos-ricos-colageno-envejecimiento_1841438/
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