El templo de Kailasa de las cuevas de Ellora, Maharashtra, India (mazzzur / Getty Images/iStockphoto)
Un rincón del país asiático que alberga templos y santuarios construidos directamente sobre la roca
El templo de Kailasa de las cuevas de Ellora, en el estado de Maharashtra, se considera la obra cumbre de la arquitectura religiosa india. Se trata de un conjunto labrado directamente sobre la roca, sin apartar bloques previamente, sino comenzando por la cumbre de la montaña y avanzando con el cincel y el martillo hacia abajo hasta modelar un oratorio que puede competir con cualquiera de estilo barroco occidental.
A lo largo de un escarpe gris de dos kilómetros de longitud cercano a Aurangabad, se localizan hasta 34 santuarios. Los más antiguos, elaborados entre los siglos VII y IX, son budistas; los 17 hinduistasse crearon entre los siglos VII y X; los últimos, incorporados por la comunidad jainista, entre los siglos IX y XI. Una demostración en roca de que, hasta la sinrazón más reciente, las diferentes religiones de la India convivían armónicamente.
El templo Kailasa obligó a cortar 200.000 toneladas de roca para ir dibujando los paneles
El trabajo que despierta más admiración es el templo de Kailasa, erigido por el rey Krishna I en el año 760. Representa al monte Kailas, situado en el Tíbet. Para los hinduistas es el trono en el que se sienta el dios Siva, de la misma manera que para los budistas es el centro del cosmos.
El templo obligó a cortar 200.000 toneladas de roca para ir dibujando los paneles en los que se relatan las partes del Mahabharata y del Ramayana –los textos que sirven de pilar para el hinduismo– en los que Krishna tiene especial protagonismo. También hay espacio dedicado a las andanzas de Visnú. Todo ello decorado con cúpulas, pilares y puertas que representan elefantes, leones, frisos, capillas…
Kaliasa tiene dos veces el tamaño del Partenón ateniense
Los escultores comenzaron a cincelar desde la cima de la montaña y tallaron, con detalle de orfebres, un templo que tiene dos veces el tamaño del Partenón ateniense. No había posibilidad de error, pues debían respetar en todo momento la escala y llegar a la base sin haber roto ni una sola roca equivocadamente.
Este templo tiene una entrada en la que destacan los pilares monolíticos que la flanquean y que dan aún mayor solemnidad al lugar.
El complejo de Ellora reúne un total de 34 cuevas en las que se apiñan esculturas de las diferentes religiones, en una pared rocosa que dibuja la forma de una serpiente. Por si la dificultad de la realización y la belleza del entorno no fueran suficientes, un curso de agua corre por la parte superior de las cavidades y genera una hermosa cascada en la estación monzónica que los visitantes deben salvar sin mojarse. Los viajeros más intrépidos pueden subir hasta ella por un sendero resbaladizo y empinado que hay al final del escarpe y que proporciona, como premio, una panorámica inmejorable del enclave.
A Ellora se llega fácilmente desde la cercana ciudad de Aurangabad, a unos 20 km de distancia. Los viajeros suelen completar la visita con las cuevas de Ajanta, localizadas a lo largo de un meandro del río Waghore. Menos espectaculares pero más antiguas que las de Ellora, se remontan a dos siglos antes de nuestra era. Fueron “descubiertas” entre la maleza por un oficial británico, en 1819, cuando se encontraba en una partida de caza. Hay 30 cavidades con símbolos budistas y pinturas hinduistas.
https://www.lavanguardia.com/ocio/viajes/20190225/46597372449/ellora-increible-hazana-escultores-indios.html
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