sábado, 23 de febrero de 2019

Civita di Bagnoregio, la ciudad italiana de 10 habitantes que todos quieren conocer

Civita di Bagnoregio, la ciudad italiana de 10 habitantes que todos quieren conocer
Vista del famoso pueblo. 
FOTO: GIOVANNI DE SANDRE DI STUDIO DE SANDRE

A medio camino entre Roma y Florencia se puede encontrar esta joya escondida que no deja indiferente al viajero.


Civita di Bagnoregio (candidata a Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO) es uno de esos secretos difíciles de contar. Por un lado, existe el miedo de que se convierta en un lugar de masificación turística perdiendo así el encanto que posee; pero por otro, es imposible no recomendar esta curiosa localidad de la provincia de Viterbo, en la región del Lacio.
Casi olvidada por muchas de las guías turísticas y costosa de ubicar en el mapa de la bota italiana, Civita di Bagnoregio es uno de esos enclaves que desde el primer momento en el que se posan los ojos sobre la alta colina en la que descansa la ciudad, el viajero sabe que difícilmente va a visitar un lugar igual. Por lo que no queda más remedio que dejarse cautivar por sus estrechas callejuelas, sus paisajes infinitos, su deliciosa gastronomía, su tranquilidad abrumadora y cómo no, por ese dolce far niente que tanto caracteriza al país de la pizza y de la pasta.
Apodada como il paese che muore (el ‘pueblo que muere’ sería su traducción al español), Civita di Bagnoregio, de orígenes etruscos y medievales, se localiza a mitad camino entre Roma y Florencia, concretamente a 120 km de la primera y a 180 km de la segunda, por lo que es el emplazamiento idóneo para hacer una pequeña escapada en la ruta por Italia y descansar durante un par de días del bullicio de las grandes capitales. Su apodo se debe a la continua erosión que recibe lel lugar por encontrarse sobre la cumbre de una montaña de toba que no puede esquivar el paso del tiempo y que, por triste que sea, está condenada a desaparecer. Con tan solo diez habitantes fijos y con un clima de lo más impredecible, en los últimos años se han puesto en marcha proyectos para fomentar el turismo de la localidad consiguiendo de esta manera incrementar unas cifras nunca antes vistas. Mientras que en el 2000 no llegaba a 40.000 visitas al año, en 2018 contaban con más de 700.000, según datos oficiales del Ayuntamiento. Y subiendo. Una apuesta por el turismo de calidad con el que se pretende resucitar, de una vez por todas, el enclave.
Detalle de uno de los coloridos rincones de la villa. FOTO: GETTY
Cómo llegar hasta Civita di Bagnoregio
Es una pequeña odisea que merece la pena superar. Lo más recomendable es alquilar un coche desde Florencia o Roma. El alto del camino se producirá en Bagnoregio, el pueblo colindante al burgo que será nuestro destino. Una vez aparcado el coche solo es cuestión de acercarse hasta el puente de 300 metros que une Bagnoregio con Civita di Bagnoregio y cruzarlo. Desde hace un tiempo a los turistas se les cobra 1,50 euros por persona para visitar la fortaleza por lo que si se desea cruzar el puente, se tendrá que abonar dicha cantidad. La ropa cómoda y el escaso equipaje jugarán a tu favor en el momento de ascender por la pasarela. Tampoco debe olvidarse la foto de rigor al principio de la subida, donde las vistas panorámicas son impresionantes.
Por el contrario, si se viaja en tren habrá que desplazarse hasta las estaciones de Orvieto o Viterbo. Una vez ahí, se deberá coger un autobús que te acercará hasta este bello lugar. No tiene pérdida alguna.
¿Qué hacer en il paese che muore?
Civita di Bagnoregio es un reducto en el que se respira una atmósfera de paz y de tranquilidad que muchas veces cuesta encontrar en el ajetreado mundo del siglo XXI. Por lo que lo mejor que se puede hacer es el dolce far niente que tanto caracteriza a Italia. Un desayuno con vistas al jardín, un paseo al atardecer, apreciar el silencio en las tardes de verano, dormir una siesta al más puro estilo Call Me By Your Name, idear una boda íntima al borde de un acantilado, sentirse suspendido en el aire los días de niebla cuando ni siquiera se ve el puente de acceso a la ciudad, disfrutar de una deliciosa comida en alguno de los restaurantes o sentir que el mundo se va a caer ante nuestros pies con las tormentas en invierno. Todo esto y mucho más es Civita di Bagnoregio, donde los placeres residen en las pequeñas minucias.
La iglesia románica de San Donato, la Puerta de Santa María, los edificios renacentistas de los Colesanti, Bocca y de los Alemanni, la capilla de la Virgen del Carcere, el Museo Geológico, la Casa Greco o la iglesia de Santa Bonaventura son algunas de las propuestas imposibles de pasar por alto en la visita. Lugares de gran interés que te ayudarán a comprender en primera persona el origen de este mágico lugar y la importancia que existe en mantenerlo y cuidarlo.
Además, la zona también permite añadir una gran cantidad de actividades complementarias si eso es lo que apetece. Montar a caballo, aprender a cocinar pasta, hacer barranquismo, disfrutar de una cata de vinos o practicar trekking son algunas de las propuestas más demandadas. Si la estancia se alarga en el tiempo durante varios días, hay posibilidad de hacer alguna excursión a cualquiera de los atractivos alrededores como el Lago de Bolsena, el Parque de los Monstruos(también conocido como el ‘Bosque sagrado’), el castillo de Bolsena o la bella ciudad de Perugia, capital de Umbria y ubicada a poco más de una hora en coche.
Tomar una copa de vino es solo una de las relajantes actividades que pueden hacerse en el pueblo. 
FOTO: GIOVANNI DE SANDRE DI STUDIO DE SANDRE
Mangiare e dormire en Civita di Bagnoregio
Al evocar Italia enseguida nos viene a la mente su apetitosa y deliciosa gastronomía. Y no solo nos referimos a sus afamados platos de pasta y pizza (que también), sino a las tradicionales propuestas culinarias que convierten al país en uno de los mejores del mundo (al menos gastronómicamente hablando). La porchetta, el cordero, los quesos, el vino o los dulces elaborados con castañas y miel, son solo el principio de una lista de productos que recorre los mejores platos de Lacio.
En las calles principales de Civita di Bagnoregio se encuentran diversas propuestas que harán las delicias de los paladares más exigentes. Además, muchos de ellos son alojamientos donde pasar la noche que cuentan con excelentes restaurantes. Alma Civita Corte della Maestà son dos de ellos. Tanto sus habitaciones como los platos que tienen para ofrecer son absolutamente inmejorables. Nadie puede resistirse a unos deliciosos raviolis de ricotta y espinacas o a un cordero al horno con hortalizas de la temporada de acompañamiento. Si quieres degustar los mejores panini de la zona, solo tendrás que preguntar por L’ Arco del Gusto donde su focaccia es famosa en toda la localidad. Más de 20 opciones para todos los gustos y paladares, toda una delicatessen ideal para reponer fuerzas a mitad del día. Otro enclave perfecto pero esta vez para dormir es la Casa del Artista, reformado en 2017 por Airbnb en colaboración con el Ayuntamiento de Civita, donde los ingresos recaudados van destinados al mantenimiento y activación de la urbe.
Proyectos de activación en ‘la ciudad que no debe morir’
Desde hace unos años se está trabajando encarecidamente en el desarrollo, mantenimiento y crecimiento de Civita di Bagnoregio. Iniciativas promovidas por el Ayuntamiento y por organizaciones externas que consideran que este enclave remoto, histórico y mágico debe permanecer con nosotros el mayor tiempo posible, luchando así para evitar su desaparición. Tal y como se comentaba unas líneas más arriba, Airbnb puso el foco sobre esta localidad italiana en el año 2017 al reformar el primer alojamiento público de todo el mundo (Casa del Artista) en colaboración con el Consistorio.
Tal y como nos indican desde Airbnb esta acción formaba parte de un plan más ambicioso por parte de la empresa californiana en la que en los últimos años han llevado a cabo diversos proyectos por toda Italia, revalorizando pequeños pueblos del país, construyendo casas de artistas como la de Civita pero en otros enclaves como Lavenone o Sambuca di Sicilia; o fomentando las experiencias culinarias italianas: “Son las más reservadas en Italia y representan el 37% de la oferta de experiencias en todo mundo”. Sin lugar a dudas, un éxito rotundo. Además, por parte de la Comuna di Civita di Bagnoregio, este 2019 se está trabajando en que sea el primer lugar del país libre de plásticos, una iniciativa más que indica el empeño de esta ciudad en resurgir entre sus cenizas.
El pueblo tiene un encanto especial durante todo el año. 
FOTO: GIOVANNI DE SANDRE DI STUDIO DE SANDRE




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