Abandonar guantes usados es una acto incívico,que puede llegar a ser un peligro para la salud pública (Àlex Garcia)
El abandono de estos residuos en la calle nace del incivismo y la falta de políticas de prevención
¿Veremos guantes de plástico pronto en el mar? Su abandono masivo marca ese camino. La imagen de los guantes arrojados a suelo, adueñándose de aceras, parques o parterres ha empezado a aflorar… y a proliferar en las ciudades.
Un uso generalizado, un miedo atávico que ha acelerado su condición de elemento desechable y la falta de liderazgo y pedagogía ambiental de las autoridades han conducido a que los guantes se hayan convertido en el nuevo símbolo del insostenible usar y tirar.
El resultado es que ha aparecido un residuo que se escapa de control.
El abandono de los guantes (y en menor medida, de las mascarillas) define estos primeros días de desconfinamiento interruptus.
“Los guantes deben ir al contenedor gris por seguridad e higiene, y porque es el único contenedor posible, pues ni son envases, ni vidrio ni cartón, ni es un material compostable” (que va a la fracción orgánica), dice Josep Maria Tost, director de la Agència de Residus de Catalunya.
“Los guantes no deben ir al contenedor amarillo; están compuestos de diferentes materiales, y no pueden ser reciclados. Deben ir al contenedor gris, el de los residuos mezclados”, dice Víctor Mitjans, jefe del Servei de Programes i Estudis de l’Àrea Metropolitana de Barcelona, reconocido experto en gestión de los desechos.
Además, en las casas donde haya personas enfermas de Covid-19, todos los desechos que salgan de la habitación de la persona infectada tienen que ir al cubo de basura general (contenedor gris). Los demás ocupantes de la vivienda tienen que seguir haciendo la recogida separada por materiales, señala Víctor Mitjans.
La Agència de Residuos y la administración metropolitana dicen que los guantes deben ir al contenedor gris y no al amarillo
La reacción primaria ante lo desconocido y el miedo al contagio han conducido a que muchos ciudadanos hayan optado por desprenderse de ellos de manera tan expeditiva como incívica, sopesando en la balanza más un criterio de salud antes de evaluar el impacto ambiental de sus actos.Y muchos han optado por deshacerse por la vía más rápida, por considerarlos como algo potencialmente contaminante. Es una actitud parecida a la de cuando se arrojan envases o basura en cualquier lugar o se esconde simplemente porque molesta. Es lo pasa, en general, con cualquier residuo al que no se le da un valor.
Ante tantas informaciones contradictorias (amplificadas por la multiplicación de canales) sobre la conveniencia de usarlos o no, el mensaje del Ministerio de Sanidad se ha oído menos.
El Ministerio de Sanidad dice que es preferible no usarlos en el paseo
Sanidad dice que no es necesario utilizar guantes cuando se sale a la calle para protegerse frente al coronavirus; que es preferible no emplearlos. (Si se usan mucho tiempo pueden contaminarse; quien los lleva puede infectarse si se toca la cara; y, además, sacarlos sin contaminarse las manos “no es sencillo, requiere de una técnica específica”, señala). Sí se deben usar para escoger la fruta y verduras en el mercado.
Josep Maria Tost apela al civismo ciudadano para insistir en que los guantes se depositen en la papelera, en el contenedor gris o en el cubo de basura de casa, ¡pero nunca se tiren al suelo!”, recalca.
Tost dice que las mascarillas y guantes de un solo uso no son reutilizables, por razones de higiene y de seguridad; y, además, serían más caros; y si se plantea su desinfección se requerirían, por razones médicas, otros espesores y materiales. No obstante, no descarta que emerjan en el futuro las alternativas de reutilización, si cumplen los requisitos de protección que marque el Departament de Salut, si la Covid-19 se alarga en el tiempo.
Expertos como Alberto Vizcaíno critican que no haya incentivos ni infraestructuras para su recuperación y su aprovechamiento para obtener nueva materia prima
“La pandemia ha evidenciado las deficiencias de gestión de residuos, que no priorizan la prevención, dificultan la reutilización y mezclan materiales cuya separación en instalaciones de tratamiento es difícil y costosa”, señala Alberto Vizcaíno, autor de un blog (Productor de Sostenibilidad) y del libro Contenedor Amarillo, de próxima aparición.
Este experto indica que guantes y mascarillas no suponen en principio un riesgo sanitario por sí mismos (no son desechos peligrosos).
Y critica que no hay incentivos ni infraestructuras para su recuperación y su aprovechamiento como nueva materia prima.
Apunta que productos de un solo uso, como los guantes y las mascarillas, podrían ser recuperados si se recogiesen de forma separada, por ejemplo en los lugares donde se ponen a la venta.
Rosa García, directora de Rezero-Fundación para la Prevención de Residuos, coincide en gran medida con estas opiniones. Dice que es toda una paradoja de que “después de haber tomado conciencia sobre el infarto por plásticos que vive nuestro planeta, ahora nos lancemos al consumo masivo de otro producto plástico de un solo uso: los guantes”.
“Si antes del coronavirus encontrábamos envases de bebidas abandonados en calles ahora, vemos guantes tirados en las aceras, plazas, caminos, bosques y playas; y, desgraciadamente, pronto, empezaremos a recoger evidencias de su llegada a nuestros mares y océanos” vaticina.
García recuerda que varios estudios indican que el virus puede sobrevivir en las superficies de plástico durante días.
No debemos dar pasos atrás ni volver a un modelo de consumo que inunda nuestro medio ambiente de plástico
Por eso, sostiene que ni la pandemia ni los argumentos de la industria del plástico (sobre las bondades de los productos alimentarios envasados) pueden “hacernos dar pasos atrás ni volver a un modelo de consumo que inunda nuestro medio ambiente de plástico”; entre otras razones porque “este material tardará en desaparecer cientos de años y lleva asociados daños al medio ambiente y la salud de las personas”.
Su mensaje es claro: “los plásticos desechables no son en ningún caso una solución a la pandemia del coronoavirus, sino que están intrínsecamente relacionados con la crisis climática que ya vivimos. Perderemos una gran oportunidad si no somos capaces de impulsar ahora políticas de descarbonización y desmaterialización que aceleren la transición hacia el residuo cero”, dice.
En algunas playas de China, ya han aparecido este tipo de residuos
El Proyecto Libera (SEO/BirdLife en alianza con Ecoembes, gestor de envases) recuerda que los residuos nunca se deben abandonar en las calles de las ciudades ni de los pueblos, sino en el contenedor pertinente.
“Y en el caso de los guantes y mascarillas, deberán ir al contenedor gris (resto), señala.
Es por ello que los promotores del Proyecto Libera piden a la sociedad responsabilidad absoluta ante este nuevo residuo para que acabe en la papelera de la calle o en contenedor de resto de sus casas y no en el suelo de entornos urbanos, periurbanos o rurales, ya que podría contaminar los espacios naturales. De hecho, en algunas playas de China, ya han aparecido este tipo de residuos. “Hay que evitar, por tanto, que nuestras playas sigan la misma dinámica”.
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