- Los ingresos por petróleo en febrero han caído un 40%
- La crisis bancaria ha provocado una caída del 13%
- Ya cae un 42% desde sus máximos al comenzar el conflicto
Rusia comienza a tener un problema de verdad en sus cuentas. El ministro de finanzas ruso , Anton Siluanov, ha reconocido que los ingresos procedentes del crudo se han desmoronado un 40% hasta ser solo de 11.600 millones de dólares frente a los más de 20.000 que lograron el año pasado y los 14.300 que facturaron en enero. Las sanciones y la fuerte caída del precio de la materia prima ya se han materializado con una seria amenaza que podría hundir el músculo económico del kremlin, pues un 28% de su PIB viene directamente de los ingresos del 'oro negro'.
Esta caída en los ingresos petroleros es especialmente llamativa teniendo en cuenta que Rusia "sigue enviando aproximadamente la misma cantidad de crudo al exterior" según afirma en último informe de la Agencia Internacional de Energía. Las exportaciones de petróleo se situaron en 7.5 millones de barriles diarios en febrero después de que la UE dejara de comprarle petróleo a gran escala y tuviera que centrar sus ventas en otros mercados como China o India.
Este agujero en las cuentas de Rusia que podría derivarse de una reducción tan drástica de su principal fuente de ingresos llega en un momento complicado. Ya han pasado un año y 19 días desde que Putin tomase la decisión de invadir Ucrania y la guerra está mucho más atascada de lo que Putin querría. La ofensiva de primavera rusa, con la que Moscú quería terminar de conquistar la provincia de Donetsk y recuperar los territorios perdidos ante la contraofensiva ucraniana el otoño pasado, sigue atascada en Bajmut, una ciudad que lleva tratando de capturar desde el pasado mes de agosto, y donde ha perdido cantidades ingentes de soldados.
Mientras tanto, Ucrania está esperando a que las tropas que se están entrenando en diversos países europeos -entre ellos España- con los nuevos tanques Leopard terminen su preparación. Su objetivo es lanzar una segunda contraofensiva en las próximas semanas, aprovechando el desgaste ruso y la escasez de municiones que dificulta las maniobras de los invasores, para demostrar que puede recuperar gran parte de su territorio perdido.
El petróleo ya está en mínimos 'pre-guerra'
El precio del barril a nivel mundial ha caído con fuerza desde sus máximos el año pasado y, particularmente, los últimos días. El precio del Brent se ha desplomado un 42,57% desde sus máximos de marzo a las pocas semanas de la declaración de guerra. De hecho con un precio por barril de 72 dólares, el valor del crudo ya cotiza un 24% por debajo del día en el que se anunció el inicio del conflicto.
Por su parte, el precio del petróleo ruso se sitúa ya en los 48 dólares tras haber estado en los 107 dólares el año pasado y en 81 dólares en sus máximos de noviembre de 2022. Desde entonces el precio del barril se han hundido de la mano de las sanciones y, recientemente, de la crisis bancaria que aqueja a Europa y EEUU.
El principal motivo para esta caída en el barril europeo es el entorno macroeconómico y las previsiones de subidas de tipos por parte de los bancos centrales (y el consecuente impacto en las economías de Occidente). A pesar de que el despertar de China tras años de medidas anti-covid como cierres y confinamientos, estos factores están pensando más en la materia prima.
Tras la última subida anunciada este jueves el BCE ya ha subido por sexta vez los tipos de interés hasta dejarlos en el entorno del 3,5%, su nivel más alto desde octubre de 2008. Por su parte, la Reserva Federal de EEUU está haciendo lo propio con subidas de 450 puntos básicos tras ocho alzas que han llevado el 'precio del dinero' hasta el entorno del 4,5%-4,75%.
Estas subidas se han realizado con el fin de atajar la fuerte inflación que ha surgido en las dos regiones derivada de la guerra de Ucrania, la crisis de suministros y las consecuencias del covid y las políticas expansivas para hacerle frente. El objetivo de ambos bancos centrales es devolver la inflación al 2% cuando, actualmente está en el 6% en EEUU (habiendo sido superior al 8,5%). Por su parte, la inflación armonizada de la Zona Euro se sitúa, según los datos de febrero, en el 8,5%.
Sin embargo, ha aparecido un nuevo elemento que ha acelerado de forma crítica la caída del precio del crudo: la crisis bancaria. Tras el colapso de Silicon Valley Bank el precio del barril se ha desplomado ya un 13%. Un shock en la banca en EEUU y de Europa sería un nuevo problema para la evolución económica de estas regiones. Así lo defendieron en su último informe los analistas de Citigroup, alegando que "es probable que los precios sigan siendo volátiles dadas las dimensiones de las incertidumbres sobre las acciones de la Fed y las turbulencias bancarias".
El golpe de la sanciones europeas
Uno de los motivos por el que el petróleo de los Urales está por debajo del Brent es, precisamente, las sanciones occidentales contra Rusia. La aprobación en diciembre de un tope al precio del crudo en 60 dólares por barril ha fijado un techo sobre el cual operar es mucho más difícil. Si el petróleo se vende por encima de este precio, las compañías occidentales no podrían asegurarlo ni transportarlo, lo que reduce en gran medida el número de firmas dispuestas a operar con él. La alternativa es mantener el precio por debajo de esa cifra, lo que ha ocurrido, con dos breves excepciones, desde el pasado mes de diciembre.
"Queda por ver si habrá suficiente apetito por los productos petroleros rusos ahora que el precio máximo está en vigor o si su producción comenzará a caer bajo el peso de las sanciones. Los ingresos ya están disminuyendo", dijo la AIE en su último informe sobre el mercado petrolero.
Por el momento, el país ha anunciado una reducción "voluntaria" de su producción de petróleo de 500.000 barriles al día, un recorte que no ayuda en absoluto a la situación financiera del país, dado que Putin ha aumentado enormemente los gastos militares, llevando a las cuentas públicas a registrar un fuerte déficit. Sus ingresos por petróleo, según la AIE, se han hundido un 55% interanual. Una cifra similar a la del hundimiento de su superávit por cuenta corriente, de un 58% en enero.
La gran pregunta es hasta qué punto puede Rusia gestionar este golpe a sus cuentas, o dar la vuelta a la situación a corto plazo. Si no, los efectos pueden ir más allá de la guerra, incluso una vez que esta termine.