Logo de Credit Suisse junto a la 'app' de Silicon Valley Bank. (EFE/Jim Lo Scalzo)
Su cotización se desploma un 24% y su CDS, el seguro ante el riesgo de impago de deuda, se ha duplicado en solo tres días, lo que evidencia una delicada situación para la entidad suiza
El sector bancario se desploma con fuerza en bolsa a un lado y otro del Atlántico como consecuencia de la crisis del Silicon Valley Bank (SVB). Las grandes firmas de análisis y expertos financieros coinciden en que no hay riesgo de contagio a Europa, pero la realidad en bolsa es que los inversores temen que sí se produzca y han puesto su punto de mira en una: Credit Suisse.
La entidad suiza, que atraviesa por una delicada situación financiera, se desploma este miércoles un 24,24% y marca nuevos mínimos históricos al cotizar en los 1,6 francos suizos. Así, sufre un batacazo de casi el 70% en los últimos 12 meses y solo capitaliza 6.550 millones de francos suizos (6.730 millones de euros).
Su castigo bursátil evidencia los problemas a los que tiene que hacer frente la entidad, como también lo ponen de manifiesto sus CDS. Los seguros ante el riesgo de impago a un año han rebotado con fuerza desde que colapsara Silicon Valley Bank y ya alcanzan los 800 puntos básicos, duplicándose en apenas tres días. Por poner en perspectiva dicha cifra, los de su máximo rival (UBS) se sitúan sobre los 51 puntos básicos, mientras que los de países en situaciones delicadas, como Turquía o Argentina, están en los 520 y 1.200 puntos básicos, respectivamente.
Este temor a un colapso de Credit Suisse penaliza la cotización de todas las entidades europeas. El Stoxx Europe 600 Banks, que aglutina la cotización de los principales bancos europeos, se desploma este miércoles un 6%, con Société Générale (-9,8%), BNP Paribas (-9,7%) y Sabadell (-9%) como las principales damnificadas. Otras como las alemanas Deutsche Bank o Commerzbank se dejan en torno a un 8%. En España, BBVA retrocede un 7,3% y Santander cerca de un 6,5%.
Credit Suisse ha afrontado la salida de enormes volúmenes de dinero, cifrados en 123.200 millones de francos (124.800 millones de euros) en 2022, que ocurrieron principalmente en octubre y sobre todo en su actividad de gestión de grandes fortunas. Como consecuencia, los activos bajo su gestión bajaron un 19,8% hasta 1,29 billones de francos (1,31 billones de euros). Una situación que ha provocado que la entidad emprenda una reestructuración radical de su banca de negocios y una reducción de gastos que implicará el recorte de 9.000 empleos a nivel global. El plan completo se ejecutará en tres años durante los cuales redefinirá su portafolio. Sin ofrecer cifras concretas, el banco indicó que prevé "pérdidas antes de impuestos" para 2023, vinculadas igualmente al costo que tendrá su reestructuración.
Este mismo miércoles, el mazazo para Credit Suisse venía protagonizado por su principal accionista: el Banco Nacional Saudí. Su presidente, Ammar Al Khudairy, reconocía, en una entrevista con Bloomberg TV, que descarta invertir más dinero en el banco suizo si necesitara liquidez adicional. "La respuesta es absolutamente no, por muchas razones, más allá de las regulatorias y legales".
Jérémie Boudinet, responsable de Crédito de Grado de Inversión de La Française AM, destaca que Credit Suisse está en el ojo del huracán. "Ha estado sufriendo salidas de depósitos. Los próximos meses serán clave para la entidad, que necesita absolutamente estabilizar su base de depósitos, incluso a costa de su rentabilidad, que de todos modos ya se ve gravemente mermada. Nuestra hipótesis de base es que Credit Suisse puede acabar más o menos dividido, con la venta parcial o total de su franquicia de banca de inversión, conservando su rama minorista suiza y parte de su franquicia de gestión patrimonial en el extranjero. Sin embargo, esta hipótesis gira en torno a su capacidad para contrarrestar las salidas de depósitos a corto y medio plazo".
Así, sostiene que el marco suizo de regulación del capital para UBS y Credit Suisse se denomina régimen demasiado grande para quebrar. Como tal, "si Credit Suisse quebrara debido a una salida sostenida de depósitos, la FINMA estaría dispuesta a actuar muy rápidamente para salvaguardar los intereses de los depositantes, al tiempo que quebraría el resto del banco, a expensas de los accionistas y los tenedores de bonos subordinados. De nuevo, el caso más parecido que se ha dado últimamente fue el del Banco Popular en España, que se vendió por un euro al Santander para salvaguardar a los titulares de depósitos y a los tenedores de bonos sénior". Por tanto, y de cara a los inversores, "evitamos invertir en Credit Suisse. Aunque se trata de un riesgo de cola muy lejano, el miedo actual al contagio y la presión de los mercados son muy poco favorables para el banco suizo", concluye.
Marco Troiano, responsable de Calificación de Instituciones Financieras de Scope Ratings, ha señalado que "las quiebras bancarias de EEUU de los últimos días y el riesgo de contagios no alteran la perspectiva positiva que establecimos para los bancos europeos a principios de 2023. Sin embargo, el margen para resultados imprevistos en una situación volátil y cambiante exige cautela. Es posible que se produzcan más quiebras de bancos estadounidenses a corto plazo, que repercutirán en los mercados financieros durante algún tiempo".
Así, el experto de la agencia de calificación europea esgrime que "dependiendo de cómo y con qué rapidez se gestione esta situación, las turbulencias del mercado podrían ser señal de mayores fuerzas recesivas y de una suavización de la postura de endurecimiento monetario de los principales bancos centrales. No obstante, no creemos que los acontecimientos en EEUU planteen por sí mismos efectos de riesgo sistémico para Europa, por lo que no consideramos que exista una base fundamental para el contagio".
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15/03/2023 - 12:38 Actualizado: 15/03/2023 - 14:14
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