El mercado de mariscos Huanan en Wuhan cerrado en una imagen de archivo del 21 de enero de 2020.DAKE KANGAP
La versión del origen zoonótico natural del Covid se antepone a la fuga en el laboratorio, versión que aún señalan algunas agencias estadounidenses
Son codiciados por su pelaje para hacer abrigos de invierno. También por su carne, considerada un sabroso y caro manjar que se sirve en un guiso o en una sopa con algas y tofu en algunas regiones interiores del norte de China. A los perros mapache los suelen matar con descargas eléctricas. Aunque hace un par de años, una ONG llamada Humane Society International, visitó más de una decena de granjas peleteras por todo el gigante asiático queriendo demostrar que, a muchos de los 14 millones de perros mapache que estiman que están en cautiverio, los despellejan estando aún con vida.
De las granjas, tanto vivos como muertos, algunos de estos perros mapache, los que no se sacrifican por sus pieles, terminan a la venta en mercados como el de Huanan, en Wuhan, señalado desde el principio de la pandemia como la zona cero de los contagios. Este animal estaba en el inventario de especies salvajes que se vendían en este lugar antes de que cerrara. Un kilo de su carne costaba 18 euros.
Los primeros estudios publicados que trataron de descifrar el origen del Covid, ya señalaban a los perros mapache como uno de los animales susceptibles de portar y transmitir el SARS-CoV-2.
Lejos de las teorías sobre una fuga en el laboratorio de Wuhan, los murciélagos de herradura son considerados por la mayoría de la comunidad científica como los principales candidatos a ser los anfitriones originales del virus, aunque antes de saltar a los humanos tuvo que pasar por algún huésped intermedio. Aquí es donde aparecen los perros mapache, que han ocupado el primer puesto de una quiniela que ya dejó hace tiempo el pangolín, el primer chivo expiatorio de la pandemia.
El año pasado, dos estudios dirigidos por Michael Worobey, biólogo evolutivo de la Universidad de Arizona, y Kristian Andersen, virólogo del Scripps Research Institute de California, volvían a poner el foco en el mercado de Huanan, culpando directamente a los perros mapache bajo la teoría de que estos animales podrían haberse infectado en la granja que los vendió al mercado entre noviembre y diciembre de 2019, y que el virus después habría saltado a los comerciantes y clientes, que fueron los primeros en reportar síntomas según la cronología oficial.
Worobey y Andersen, junto con Edward Holmes, biólogo de la Universidad de Sídney, han presentado un nuevo informe, adelantado el jueves por The Atlantic, en el que aseguran haber encontrado datos genéticos del mercado de Huanan que vinculan el coronavirus con los perros mapache que allí se vendían.
De ser así, la versión del origen zoonótico natural del Covid se antepondría a la fuga en el laboratorio, teoría que resucitó hace unas semanas el departamento de Energía de Estados Unidos cuando aseguró, sin aportar prueba alguna, que "una filtración de un laboratorio chino habría sido la causa del brote de Covid-19". Unos días después, el director del FBI, Christopher Wray, dijo que su agencia también apostaba por el incidente en el laboratorio. En ese centro de Wuhan se investigaban coronavirus de murciélagos, aunque no se ha probado que estuvieran experimentando con la cepa del virus que se propagó por todo el mundo a principios de 2020.
Ni siquiera en Estados Unidos hay unanimidad en señalar al culpable de la pandemia: cuatro de sus agencias de inteligencia siguen defendiendo que el Covid surgió por transmisión natural, como señala el último informe publicado por los investigadores internacionales.
"Los datos genéticos se extrajeron de hisopos tomados dentro y alrededor del mercado mayorista de Huanan a partir de enero de 2020, poco después de que las autoridades chinas cerraran el mercado debido a las sospechas de que estaba relacionado con el brote de un nuevo virus. Para entonces, los animales habían sido eliminados, pero los investigadores limpiaron paredes, pisos, jaulas de metal y carros que a menudo se usan para transportar jaulas de animales. En las muestras que dieron positivo para el coronavirus, el equipo de investigación internacional encontró material genético perteneciente a animales, incluidas grandes cantidades que coincidían con el perro mapache".
Esto es lo que señalan Worobey, Andersen y Holmes después de comenzar a profundizar la semana pasada en los datos sin procesar que habían soltado en el GISAID, un depósito internacional de secuencias genéticas de virus, los científicos chinos que tomaron las primeras muestras.
"Una muestra en particular llamó la atención de los investigadores. Había sido tomada de un puesto específico en el mercado de Huanan que el doctor Holmes había visitado en 2014. Ese puesto contenía perros mapaches enjaulados encima de una jaula con pájaros, exactamente el tipo de entorno propicio para la transmisión de nuevos virus. El hisopo tomado allí a principios de 2020 contenía material genético del virus y de un perro mapache", reza la investigación.
El mercado de Huanan continúa cerrado y sellado con altas láminas de acero que cubren todas sus entradas, como pudo comprobar este periódico el pasado enero, durante una visita a Wuhan en el tercer aniversario del comienzo de la pandemia. Esas láminas se levantaron después de que las autoridades desalojaran los 900 puestos que había, tomaran muestras ambientales y desinfectaran cada esquina de lo que era uno de los centros más grandes del comercio de mariscos y animales salvajes de las regiones centrales de China.
Muchos de estos animales que se vendían llegaban desde granjas en las montañas de Hubei, la provincia donde se encuentra Wuhan. En algunas de ellas se criaban perros mapache, animal que vuelve a ser el candidato a huésped intermedio, aunque incluso si hubiera sido infectado, no está claro, por falta de pruebas evidentes, que el animal haya transmitido el virus a los humanos.
Shanghai
Actualizado Sábado, 18 marzo 2023 - 18:29
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