jueves, 23 de marzo de 2023

Las argucias de Rusia con ayuda de algunos traders y la fuerte caída del petróleo inutilizan las sanciones

 


  • Occidente se siente cómodo con la caída del petróleo y la moderación de precios
  • Algunos traders han reformulado su negocio para seguir transportando crudo ruso
  • Con todos estos factores, el tope de los 60 dólares ha perdido toda su validez



La fuerte caída del precio del petróleo, junto a las argucias de Moscú y de algunos traders de materias primas, han reducido la importancia del tope al precio del crudo ruso que impusieron la UE y el G7. Primero, la 'flota fantasma' de Rusia (que permite a Moscú seguir exportando el crudo sin restricciones), con la ayuda de las 'argucias' legales de algunos traders, y ahora la caída del precio del petróleo en los mercados globales, han esterilizado casi por completo una de las sanciones estrella de Occidente. Aunque algunos países han pedido su revisión, el G7 se ha negado a endurecer este tope por ahora.

Cuando se impuso el tope al precio del crudo ruso, el petróleo Brent (de referencia global) cotizaba en la zona de los 90 dólares, por lo que un 'techo' en los 60 dólares por barril restaba casi 30 dólares de ingresos por cada barril que vendía Rusia de crudo en el mercado. Siempre y cuando se cumpliese esta sanción (Rusia y algunos traders han encontrado vías para esquivar el tope, incluso antes de que cayese el precio del crudo comenzase a desplomarse)

¿Cómo funciona el tope al precio del petróleo y los derivados de Rusia? Ningún país tercero (fuera de la UE o el G7) que quiera comprar petróleo o derivados rusos podrá hacerlo por encima de los topes establecidos por la UE y el G7 (que es de 60 dólares para el barril de crudo y 100 dólares para el barril de diésel o gasolina) siempre que haya alguna naviera, aseguradora, avalista u otro tipo empresa occidental implicada en el proceso comercial y de transporte.

¿Por qué iban a aceptar este tope otros países? Porque la gran mayoría de empresas de estos mercados (navieras, aseguradoras, avalistas...) son empresas occidentales. Para esquivar estas sanciones, Rusia está intentando levantar una flota paralela de barcos y empresas para transportar sus productos sin depender de la poderosa red de transporte occidental.

¿Se está aplicando el tope?

Sin embargo, poco a poco se ha ido viendo cómo las empresas occidentales y otras firmas lograban esquivar estas sanciones con diferentes argucias. También Moscú, levantando una 'flota fantasma' de viejos petróleos, ha logrado sortear parte de este techo al petróleo ruso (si no hay empresas occidentales involucradas, el crudo ruso se puede vender a precio de mercado). Pero ahora, con el petróleo Brent en 73 dólares y cayendo, el tope en 60 dólares apenas tiene sentido, puesto que la diferencia entre el propio tope y el precio de mercado es mínimo. El breakevent point del petróleo ruso es de unos 30 dólares, lo que permite a Moscú seguir produciendo con beneficio. Sí, los ingresos de Rusia se han desplomado, pero más que el tope al precio del crudo, el causante es la propia debacle del precio del petróleo (que cae un 32% en un año).

Por ello, los líderes del G7 estuvieron estudiando la semana pasada reducir el tope al precio del crudo ruso (intentar forzar que el crudo ruso se venda incluso por debajo de los 60 dólares). El acuerdo ha sido imposible. Las democracias avanzadas del Grupo de los Siete han optado por mantener el precio máximo del crudo ruso en 60 dólares el barril, frustrando las esperanzas en algunos de los países europeos que pretendían endurecer las sanciones occidentales este mes.

La posición del G-7 podría generar nuevas tensiones dentro de la UE por el esquema de precios máximos. Los funcionarios occidentales acordaron en su día revisar el nivel de 60 dólares por barril, lo que ha llevado a que los países bálticos o Polonia presionen ahora para que este tope se endurezca y de este modo se erosionen aún más los ingresos petroleros de Rusia. Los funcionarios ucranianos también apoyaron la reducción del límite, pero el acuerdo fue imposible.

Los grandes países avanzados están cómodos con la caída del petróleo (que modera la inflación en Occidente), mientras que rebajar el tope al crudo ruso sería 'revivir' esta medida y recortar parte de la oferta global, lo que podría 'revivir' (también) a los propios precios del crudo, que desde noviembre a esta parte han caído en más de 20 dólares el barril.

Unos traders sin escrúpulos

Niels Troost, un veterano trader de petróleo con gran reconocimiento dentro este mundo, habló en una conferencia mundial sobre seguridad alimentaria, cuestionando si el tope al crudo ruso tenía sentido en un mundo como el actual, según recoge el diario británico Financial Times.

"Hay todo tipo de razones por las que los topes de precios pueden no ser necesariamente la solución", aseguraba en la reunión de noviembre, argumentando que las exportaciones de petróleo de Rusia eran necesarias para detener el aumento vertiginoso de los precios de los alimentos y de la inflación en general. 

Troost ha sido uno de los traders que han mantenido vivos los flujos de petróleo ruso: Paramount Energy & Commodities, con sede en Suiza, la compañía que fundó Troost, era uno de los traders de petróleo ruso y de Oriente Medio más importantes en la escena internacional. No obstante, el endurecimiento de las sanciones de la UE a las exportaciones energéticas rusas en mayo plantearon obstáculos que dificultaron el comercio.

Contradicciones y argucias de los interesados

Lo que ha ocurrido después de las sanciones deja al aire las contradicciones de un régimen de sanciones diseñado para privar a Putin de fondos para su guerra, mientras que intentan mantener las exportaciones de petróleo rusas para proteger la economía global. También ilustra cómo algunos traders de petróleo han estado dispuestos a asumir los riesgos legales y de reputación para continuar con el lucrativo negocio con Rusia cuando las empresas más conocidas se han apartado rápidamente, según publican desde el Financial Times.

Barcos de China y la India

Para mantener el acceso a los servicios bancarios y mantenerse en el lado correcto de las restricciones occidentales, la actividad comercial rusa de Paramount se congeló casi por completo en junio. Sin embargo, la actividad fue retomada por una empresa con un nombre casi idéntico en Dubai poco después. Ese negocio, Paramount Energy and Commodities DMCC (el nuevo negocio de Dubai), ha utilizado a prestamistas de los Emiratos Árabes Unidos para ayudar a realizar los intercambios, mientras que los barcos registrados para transportar el petróleo estaban a nombre de empresas de países como la India y China.

Troost, de nacionalidad holandesa, se ha distanciado de las operaciones que tiene esa rama de la empresa con Rusia, que han involucrado una mezcla de crudo que, según sugieren las agencias de precios, se ha mantenido cotizando muy por encima del tope de precio de 60 dólares por barril impuesto por el G7 en diciembre.

Paramount (la firma holandesa) y Paramount DMCC (la firma de Dubai) dicen que las dos entidades son operadas y administradas "totalmente de forma independiente", y que Troost no tiene participación "directa" en la Paramount con sede en Dubai.

¿Se cumplen las sanciones?

En ocasiones, los envíos rusos de Paramount DMCC utilizan los servicios de seguros occidentales, una posible infracción de las sanciones si alguno de los cargamentos se ha vendido a precios de mercado, lo que los colocaría por encima del límite del G7.

Paramount DMCC se ha negado a comentar si vendió cargamentos de crudo ruso por encima o por debajo del límite 60 dólares, asegurando que sus contratos son confidenciales para preservar la privacidad de sus clientes. No obstante, la firma niega haber violado cualquier sanción occidental y asegura que sus operaciones cumplían con todas las "leyes y regulaciones" aplicables.

Troost es un veterano con más de 25 años de experiencia en el comercio de petróleo ruso. Su empresa compraba y vendía el crudo que llega a través del oleoducto Siberia Oriental-Océano Pacífico con 4.857 kilómetros, del que deriva su nombre, ESPO-blend (nombre de ese tipo de petróleo ruso). Este crudo se carga más tarde en camiones cisterna y se envía, principalmente, a refinerías en China.

Paramount venía vendiendo regularmente múltiples cargamentos de crudo ESPO desde Kozmino (un puerto en Rusia). Ahora, Paramount DMCC ha continuado ese negocio, adquiriendo crudo de productores rusos privados y empaquetándolo en envíos individuales. Paramount DMCC ha sido responsable de una buena parte de los envíos de ese tipo de crudo en los últimos meses desde el puerto ruso de Kozmino.

Las únicas otras empresas que venden cargamentos de crudo ESPO desde Kozmino son los productores rusos Rosneft, Gazpromneft y Surgutneftegas, según muestran los datos de envío. Estas empresas utilizan sus propios buques, empresas aseguradoras y demás infraestructura. Moscú ha levantado un mercado paralelo de petróleo para mantener su flujo constante de petróleo hacia el resto del mundo.

El petróleo ESPO-blend ha cotizado por encima de los 70 dólares el barril desde diciembre, según la agencia de precios Argus, lo que sugiere que cualquier empresa occidental involucrada en su comercio estaría violando las sanciones. Por el contrario, el principal petróleo de referencia en Rusia, la mezcla de los Urales, lleva meses negociándose por debajo de los 60 dólares. Es más, tras el desplome del precio del crudo durante las últimas turbulencias financieras, este tipo de petróleo ha caído incluso por debajo de los 50 dólares el barril.

Es difícil explicar lo que está ocurriendo, pero lo cierto es que el tope al precio del petróleo se ha esquivado (por Rusia y otros jugadores del mercado) de una forma relativamente sencilla. Esto evidencia, por un lado, el interés de las grandes potencias occidentales de mantener el flujo de petróleo y evitar una crisis energética mayor. Por otro lado, esta situación también evidencia que el poder Occidente a nivel global (para hacer cumplir su 'ley') es limitado, sobre todo cuando China y la India están del otro lado.