domingo, 12 de marzo de 2023

Cómo un banco local sacude el sistema financiero mundial: el crash de SVB revela la otra cara de la subida de tipos

 



  • Las ondas sísmicas del crash de SVB han llegado hasta las pensiones de Suecia
  • Los bancos se enfrentan a grandes pérdidas latentes en sus carteras de bonos
  • Los depósitos de la banca compiten ahora con letras y bonos de altos intereses

El crash bursátil de Silicon Valley Bank (SVB), que ya ha sido liquidado por las autoridades de California, está demostrando que las subidas de los tipos de interés también dañan al propio sector financiero, e incluso al bancario. El desplome de un 60% de las acciones de SVB puede ser el comienzo de un movimiento con mayores implicaciones para los mercados y la economía. Así lo consideran algunos analistas que ven en la debacle de SVB el primer impacto visible que pueden tener las subidas de tipos de interés en las carteras de bonos de la banca y en las empresas emergentes o startups, cuyas valoraciones están basadas en el descuento de unos beneficios y un crecimiento que prometían ser descomunales en la era de los tipos bajos. Estas nuevas empresas se enfrentan a una realidad totalmente opuesta con el nuevo entorno de tipos de interés. La caída de SVB puede marcar el comienzo de un nuevo régimen, según Deutsche Bank.

Los analistas de Deutsche Bank (DB) creen que el crash de SVB no solo es producto de las pérdidas, hay algo más detrás. El desplome de un 60% de este banco ha arrastrado a todo el sector financiero en Wall Street y también a nivel global. Desde DB, por tanto, creen que también hay que "tener en cuenta que es probable que las salidas de clientes (depósitos de empresas y otros agentes) también estén impulsadas por unos tipos de interés más altos", aseguran los expertos del banco alemán. Los bancos europeos se están desplomando. El propio Deutsche Bank ha llegado a corregir más de un 7% en la sesión en una sesión teñida de rojo para las bolsas del Viejo Continente.

¿Nuevo paradigma?

"No es exagerado decir que este episodio puede ser paradigmático ante el nuevo régimen de tipos de interés más altos, por más tiempo, del que estamos solo al comienzo del mismo, así como de unas curvas de rendimientos invertidas, y una industria de capital riesgo tecnológico que ha estado experimentando tiempos mucho más difíciles últimamente. Es la tormenta perfecta de todas las cosas por las que nos hemos estado preocupando en este ciclo", advierten los economistas del banco alemán.

Desde Axios comentan que aunque la causa inmediata de las caídas en la banca y el sector financiero en general fue la noticia de SVB, "los mercados aplicaron la teoría de la cucaracha (nunca hay una sola) y vendieron todo en el sector". Hasta la fecha, la banca y el sector financiero han cotizado la parte buena de las subidas de tipos de interés, que es ni más ni menos que unos márgenes de intermediación mucho más amplios.

Mientras que las subidas de tipos no generen una recesión, los bancos se benefician de una mayor rentabilidad. Pero si los tipos altos terminan 'rompiendo' la economía, la banca se enfrentará a un incremento de la morosidad. Las primeras piezas en caer pueden ser estas empresas tecnológicas cuyos precios están basados en los beneficios futuros (castillos en el aire), frente a otras compañías mucho más consolidadas.

Por otro lado, también hay que tener en cuenta las pérdidas latentes que generan las subidas de tipos en las carteras de bonos de los bancos. Hay que recordar que le precio de los bonos es inverso al interés que ofrecen. En general, en el mercado preocupa, precisamente, el precio de esos millones de euros y dólares de bonos en poder de los bancos. Los bancos centrales de todo el mundo, incluida la Fed, el BCE o el Banco de Inglaterra han aumentado drásticamente los tipos de interés en un intento por frenar la inflación.

Los bancos tienden a tener grandes carteras de bonos y, como resultado, tienen pérdidas potenciales significativas. Las caídas en el valor de los bonos en poder de los bancos no es necesariamente un problema, a menos que se vean obligados a venderlos, puesto que la otra opción es mantenerlos hasta vencimiento y recibir el pago del principal. Pero, si al igual que Silicon Valley Bank, los bancos tienen que vender los bonos (liquidar activos para hacer frente a una salida de depósitos) en pérdidas, esto podría tener un impacto en sus resultados. Primero, SVB fue suspendida de cotización mientras que la entidad negociaba su propia compra con otras firmas que podrían estar interesadas. Finalmente, el banco ha sido liquidado por los reguladores.

Parece contradictorio, pero "los bancos están empezando a ser víctimas del aumento de los tipos de interés", asegura Ray Wang, fundador y director ejecutivo de la consultora Constellation Research, con sede en Silicon Valley, en declaraciones a la BBC. "Nadie en Silicon Valley Bank y en muchos lugares pensó que estas subidas de los tipos de interés habrían durado tanto. Y creo que eso es realmente lo que está sucediendo. Apostaron mal", agrega.

Las carteras de bonos

Tanto la repentina desgracia de SVB como el abrupto cierre de Silvergate Capital -el banco tradicional que 'vendió su alma' a las criptomonedas- evidencian el mismo problema para estos otrora prestamistas de altos vuelos: una base de depositantes inusualmente voluble que retiraba el dinero con rapidez. "SVB tiene una estructura de balance menos diversificada que muchos grandes bancos universales y está más expuesto a las salidas de depósitos debido a un tipo de cliente muy específico: los empresarios tecnológicos", resume Guy de Blonay, gestor de Jupiter AM, en un comentario.

Pero por debajo de eso hay una grieta que afecta a todas las finanzas: el aumento de los tipos de interés ha dejado a los bancos cargados de bonos (comprados a bajo interés) que no pueden venderse rápidamente sin sufrir pérdidas.

Así que si demasiados clientes recurren a sus depósitos a la vez, se corre el riesgo de crear un círculo vicioso. Además, los bancos se verían obligados a competir más duramente por ofrecer mayores pagos de intereses a los ahorradores, lo que erosionaría lo que los bancos ganan con los préstamos, reduciendo drásticamente sus beneficios.

"SVB Financial se ha visto sometido a tensiones tras registrar pérdidas en su cartera de bonos. Al parecer, el motivo de estas pérdidas fue la presión sobre su base de depósitos, ya que el aumento de los tipos en todo el sistema ha animado a los depositantes a cambiar de banco y ha obligado a los bancos a competir más duramente por los depósitos", sintetiza Chris Turner, analista de ING, para explicar por qué los titulares de las últimas 24 horas se han centrado en la evolución del sistema bancario estadounidense. Para el experto, los acontecimientos en SVB Financial han suscitado dudas sobre el tema de las pérdidas no realizadas en las carteras de bonos y lo que significa para los niveles de capitalización de los bancos. El sector financiero lideró ayer las caídas del índice S&P 500 y hoy vuelve a tambalearse.

El analista Andreas Steno Larsen, ex de Nordea, abunda en lo ocurrido con los depósitos y admite su preocupación.  "No dormí mucho la pasada noche debido al SVB-gate. Aunque el banco es aproximadamente el 18-20º banco más grande de EEUU, tiene una dependencia extrema de los depósitos en el modelo de financiación en relación con otros bancos (89% en los últimos datos disponibles públicamente)", expone en su newsletter de mercados.

"Podemos concluir que varias firmas de capital riesgo han estado diciendo a las empresas de cartera que retiren los depósitos, por lo que esto podría parecer a estas alturas un semi-pánico bancario en la superficie. Es probable que los bancos con un modelo de financiación muy inclinado hacia los depósitos sufran las actuales tendencias a retirar depósitos para aparcar el exceso de efectivo en letras de mayor rendimiento o similares", explica Steno Larsen.

El consenso entre los analistas apunta a que los bancos pequeños y medianos, cuya financiación suele estar menos diversificada, podrían verse especialmente presionados, lo que les obligaría a vender más acciones y diluir a los inversores actuales. "Silicon Valley Bank es sólo la punta del iceberg", avisa en Bloomberg Christopher Whalen, presidente de Whalen Global Advisors, una consultora financiera. "No me preocupan los grandes, pero muchos de los pequeños van a recibir una terrible paliza. Muchos de ellos tendrán que captar capital".

Para Steno Larsen, lo que está ocurriendo refleja la tendencia general de que cada vez más dólares se aparcan en letras y/o fondos del mercado monetario, lo que significa que se están poniendo a prueba los modelos típicos de financiación de depósitos. "A medida que huían los depósitos, SVB tuvo que vender parte de sus tenencias de bonos para cubrir el déficit de financiación. Esto también significa que tienen que realizar pérdidas de bonos que de otro modo se marcaron como mantenidos hasta su vencimiento en términos contables. Se trata de un posible efecto de bola de nieve", desarrolla.

Una amenaza manejable

¿Pero hasta dónde llega la amenaza? "En primer lugar, el tamaño de SVB es manejable. En segundo lugar, el empleo en las industrias relacionadas de los clientes del SVB (en su mayoría tecnológicas) no es significativo en un entorno económico más amplio... Pero la pregunta es si esto es relevante como canario en la mina de carbón", explica Steno Larson.

Más allá de permitirse licencias como bromear con que "si un banco quiebra, siempre ocurre un viernes a última hora de la tarde, después del cierre", el economista tira de cifras: "SVB ya tiene un préstamo de 15.000 millones de dólares en el Banco local de la Reserva Federal (que es el 20% de la exposición total de préstamos del FHLB -cooperativa bancaria mayorista para apoyar a prestamistas locales- de San Francisco), lo que limita la posibilidad de nuevos 'rescates', a menos que se coordine algo desde Washington. El volumen total de depósitos no asegurados se sitúa en torno a los 150.000 millones de dólares, una cifra obviamente elevada, pero con un potencial de contagio relativamente limitado".

Turner, de ING, rescata las declaraciones a principios de esta semana del presidente de la Corporación Federal de Seguros de Depósitos (FDIC), Martin Gruenberg, declarando que los bancos estadounidenses tenían alrededor de 620.000 millones de dólares de pérdidas no realizadas en valores mantenidos hasta su vencimiento o en cuentas disponibles para la venta. Aunque parece una cifra importante, Turner la contrapone el capital propio de los bancos estadounidenses, que se situaba en 2,2 billones de dólares a finales de 2022. Con todo, no se atreve a descartar peligros. "Es difícil saber hasta dónde llegará esta historia", admite.

Es Steno Larsen el que se atreve a mencionar los tabús aún recientes: "¿Es esto un Bear Stearns 2.0? Hay algunas similitudes en cuanto al tamaño (aunque Bearn Stearns fue más significativo). Recordemos que a Bearn Stearns el Banco de la Reserva Federal de Nueva York le ofreció inicialmente un rescate/préstamo de 25.000 millones de dólares. La Fed de Nueva York poco después retiró la oferta de préstamo hasta que JP Morgan compró Bear Stearns en un acuerdo que incluyó la creación de Maiden Lane, que la propia Fed de Nueva York acordó rescatar".

Pero descartar la gran 'bestia': "Es tentador interpretar esto como una señal de que el ciclo económico se está agotando, pero debo recordar que el mercado de renta variable en realidad capeó bien la tormenta de Bear Stearns, hasta el enfrentamiento final en torno a Lehman. En este caso, es de esperar que se produzca algún tipo de rescate. Nadie está dispuesto a permitir un Lehman 2.0 bajo su vigilancia".

Las ondas sísmicas llegan a Suecia

¿Llegará a Europa el 'terremoto'? "Creemos que el riesgo de una gran salida de depósitos y las consiguientes desinversiones de bonos y emisiones de capital es bajo para los bancos europeos diversificados. Aun así, este acontecimiento dirige la atención hacia la cambiante política monetaria y su posible impacto en los bancos", expone de Blonay, de Jupiter AM, lo que explicaría la corrección experimentada este viernes por los bancos europeos.

"El aumento de los tipos y el endurecimiento cuantitativo que eliminan liquidez del sistema financiero pueden presionar el valor de los activos y los depósitos, alterando las estructuras de los balances y afectando a los ingresos netos por intereses", añade el analista.

De hecho, las consecuencias del crash de SVB se han extendido al grupo de pensiones más grande de Suecia, que había duplicado su participación en este banco con sede en California durante el año pasado.

Alecta, con sede en Estocolmo, que supervisa más de 104.000 de dólares millones en activos, era el cuarto mayor accionista de SVB a finales del año pasado, con una participación por valor de 605 millones dólares, según datos recopilados por Bloomberg.

"La participación representa menos del 1% de nuestros activos y no afectará nuestras métricas de solvencia", asegura el jefe de comunicaciones de Alecta, Jacob Lapidus, quien confirmó que el fondo de pensiones se ha ha ido incrementando su participación en SVB desde que se convirtió en accionista en 2019.