La pantalla de 100 pulgadas del Spacetop.
(Sightful)
Spacetop es una máquina que demuestra que el portátil del futuro no debería tener pantalla física, sino un espacio virtual prácticamente ilimitado
Después de cuatro décadas de ordenadores portátiles con la misma forma y similar tamaño, todos limitados por una pantalla encorsetada por la propia naturaleza del dispositivo, quizá sea hora de cambiar de formato. Es precisamente lo que quiere hacer Spacetop, un laptop sin pantalla física con una pantalla virtual de 100 pulgadas tan nítida como el mejor monitor imaginable. A pesar de su pedestre diseño y problemas actuales, Spacetop marca el futuro de la informática de consumo, una nueva experiencia de usuario que nos liberará de las limitaciones de las pantallas físicas para siempre.
Tanto que no es difícil imaginar un dispositivo similar fabricado por Apple, Lenovo o Asus en un futuro cercano. Es lo que desea Tamir Berliner, CEO de Sightful, la compañía basada en Tel Aviv que lo ha diseñado, fundada por dos ingenieros de la fallida empresa de realidad aumentada Magic Leap. "Esperamos con ansias el día en que nos olvidemos de los portátiles que tenemos hoy", afirma. Berliner cree que esto es el futuro obvio de la informática: "Llegará un momento en el que todas las tareas, desde el diseño web hasta los juegos, se harán a través de las gafas de realidad aumentada".
No le falta razón. Es absurdo que sigamos dependiendo de ventanitas de 13 o 15 pulgadas al mundo virtual que se ha convertido en un pilar imprescindible de nuestro trabajo, ocio y vida social.
Qué es Spacetop
Pero, en vez de tomar la ruta del fallido metaverso —con Meta y sus gafas de realidad virtual—, Spacetop solo quiere quitarle la pantalla física al laptop para sustituirla por un par de gafas de realidad aumentada con suficiente definición como para crear un monitor virtual de 100 pulgadas frente de tus ojos.
La máquina está disponible en un programa de pruebas extremadamente limitado de 1.000 unidades por 2.000 dólares cada una. Cada uno de estos portátiles está prácticamente fabricado a mano. Su aspecto es exactamente el mismo que la mitad inferior de cualquier laptop, con una especie de estuche para las gafas que ocupa la parte superior fabricadas por la compañía Nreal, equipada con un sistema que ofrece 1.080 líneas de definición por ojo, suficiente para ver texto claramente y, según los periodistas que lo han probado, trabajar o jugar confortablemente.
En la tapa de ese estuche hay un sistema de seguimiento que sabe en todo momento dónde estás mirando, algo necesario para que la pantalla se mantengan fija en el espacio delante del usuario, como si alguien hubiera instalado una pantalla OLED de 100 pulgadas fija en medio del salón de tu casa, tu escritorio de oficina o la mesa de un café.
El camino hacia el futuro
El dispositivo tiene limitaciones. Una de ellas es que por ahora no usa Windows (obviamente, tampoco macOS), sino que depende de aplicaciones web. Suficiente para ser productivo con Google Docs, Microsoft Teams, Slack, WhatsApp y demás miembros de la constelación de aplicaciones infernales que torturan nuestra vida laboral.
La otra es que su campo de visión es limitado y no ofrece visión periférica. En otras palabras, la ilusión de la pantalla de 100 pulgadas se rompe porque la imagen proyectada en tus pupilas no llena todo lo que tus ojos pueden ver.
Aun así, el consenso parece ser que es una máquina beta que promete. Solo le falta un empujón tecnológico para cumplir una promesa que nos llevan vendiendo desde el (fracasado, por ahora) Metaverso de Zuckerberg. Quizás Apple nos dé la respuesta en unas semanas con sus gafas de realidad aumentada. Quizá sea otro fabricante, como Lenovo o Asus. Pero está claro que los días del laptop están contados. Es solo cuestión de tiempo que alguien dé con la clave tecnológica que rompa las limitaciones de las pantallas físicas para siempre.