martes, 28 de mayo de 2024

Los propietarios de la casa donde murió Marilyn Monroe acuden a los tribunales para derribarla

 

La casa de Marilyn Monroe en el barrio de Brentwood en Los Ángeles.Getty Images.

La casa de Los Ángeles donde murió Marilyn Monroe el 4 de agosto de 1962 se ha salvado del derribo. Pero tan solo por el momento. Los tribunales decidirán si la declaran monumento nacional o permiten que desaparezca para siempre.

El conflicto se inició en julio cuando la pareja formada por el ex productor de reality shows Roy Bank y su esposa Brinah Milstein adquirió la histórica propiedad por 8,35 millones de dólares (7,74 millones de euros).

El matrimonio, vecinos puerta con puerta de la mansión, planeaban derribarla para ampliar el tamaño de su casa. Nada más adquirirla recibieron un permiso de demolición emitido por el ayuntamiento de Los Ángeles, un sencillo trámite que pasó desapercibido en un principio para los líderes de la ciudad.

Sin embargo, tras varias informaciones periodísticas sobre el derribo, tanto los fans de la actriz como los líderes de la ciudad se enteraron de sus intenciones e iniciaron el proceso para declarar la propiedad como Monumento Histórico-Cultural (HCM, por sus siglas en inglés).

La casa de estilo español fue construida en 1929 en el número 12305 de Fifth Helena Drive del tranquilo barrio de Brentwood. De una sola planta de 270 metros cuadrados cuenta con cuatro dormitorios, tres cuartos de baño y un jardín con una piscina en forma de riñón típica de las construcciones de la llamada era dorada de Hollywood, donde, se rumorea, la actriz nunca llegó a bañarse.

El lugar cuenta con un gran valor sentimental para los fans y para la mitomanía de los aficionados al cine. Se trata de la primera casa en propiedad que tuvo la protagonista de Con faldas y a lo loco, tras su divorcio del escritor Arthur Miller, y donde fue hallada inconsciente en la cama por su ama de llaves, Eunice Murray y su psiquiatra, Ralph Greensom, en un aparente suicidio que ha hecho correr ríos de tinta desde entonces.

El conflicto ha abierto un nuevo debate sobre la conservación de edificios con interés histórico en la ciudad de Los Ángeles, cuya ordenanza de preservación se aprobó en 2015. Esto hizo que se perdieran construcciones como el excesivo Palacio Rosa de la actriz Jayne Mansfield, derribado en 2002, o el edificio comercial McKinley en pleno Wilshire Boulevard, una de las mejores interpretaciones del estilo churrigueresco del renacimiento español construido en 1927 y demolido en 1998.

Tan solo 24 horas después de que se conocieran las intenciones de los propietarios, el Departamento de Planificación Ciudadana de Los Ángeles emitió una orden para paralizar el derribo. Se hizo después de una ráìda votación del Consejo Ciudadano para iniciar los trámites para declarar la casa como Monumento Histórico-Cultural (HCM, por sus siglas en inglés), con lo que quedaría incorporada a la lista de bienes protegidos.

En ese listado hay más de 1.200 edificios diseminados por 35 áreas de la ciudad, más de 50 de ellos en Brentwood, pero no estaba la casa de la actriz. Siete meses más tarde, la pareja ha decidido presentar una demanda contra la ciudad para preservar su derecho a derribar la casa, según ha informado la televisión local KCAL-TV.

La solicitud para que quede declarada monumento nacional aún necesita la aprobación final del Ayuntamiento, lo que estaba previsto para mediados de junio. Pero Milstein y Bank tratan de ahora conseguir una orden judicial para bloquear el proceso de designación como lugar histórico. En la demanda acusan a la administración de "conducta ilegal e inconstitucional" y de utilizar "maquinaciones de puerta trasera" para salvar la casa.

La pareja considera que la conexión de Monroe con la casa ha sido exagerada, ya que la actriz tan solo vivió en ella durante seis meses antes de suicidarse hace 61 años. Razón más que suficiente para que "no cumpla" con los criterios de edificio histórico de la ciudad.

Además, el matrimonio mantiene que durante las últimas seis décadas, los 14 propietarios que han pasado por el lugar, entre ellos la malograda actriz Anna Nicole Smith, fan e imitadora del estilo de Monroe, han realizado numerosas remodelaciones con los consiguientes permisos de construcción emitidos por la ciudad sin que ésta haya tomado ninguna medida para preservar el supuesto estatus "histórico" o "cultural" de la casa.

Entre las modificaciones, la más destacable es una reforma integral de la cocina que cambió la distribución original y añadió una claraboya en el techo. El baño de la habitación donde murió la actriz se agrandó restándole metros al distribuidor que conduce a los dormitorios.

Lo que sí se ha mantenido son los detalles de decoración originales como los techos abovedados, los marcos de las puertas con forma de arco apuntado, la madera vista de las vigas y los azulejos artesanales que la actriz compró en México. Entre ellos, uno en la entrada con la premonitoria inscripción latina, "Cursum Perficio", que significa "Aquí acaba el viaje".

La actriz, cuyo nombre real era Norma Jeane, compró la casa con 35 años por recomendación de su psiquiatra, después de vivir en las colinas de Hollywood con el jugador de beisbol Joe DiMaggio y en la popular zona de Runyon Canyon, junto a Miller, y durante dos años en el Hotel Roosevelt de Los Ángeles.

Estaba en pleno proceso de decoración, tras viajar a México para comprar muebles y artesanía, cuando murió dejando cajas todavía sin abrir en los pasillos. Un juez decidirá ahora si el único hogar propio que tuvo Monroe sobrevivirá o si lo que quede de él en el imagnario colectivo son las imágenes del cuerpo cubierto de la actriz saliendo por la puerta de su dormitorio en una camilla.