Le siguen Noruega y Suecia. Así lo revela el índice para una vida mejor de la OCDE, fijándose en 11 parámetros, como la vivienda, la salud, la educación o la seguridad.
Lo que más valora España es la salud, que tiene un 8,7 sobre 10, aunque está por debajo de la media en el resto de indicadores.
Si nos preguntaran cuáles son los indicadores que hacen que un país sea perfecto, contestaríamos que una vivienda digna, facilidad para encontrar empleo, unos ingresos justos o un sistema de salud fiable. La Organización de Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE) lleva cuatro años recogiendo las opiniones de ciudadanos de 180 países que valoran cómo se vive en el suyo, puntuando, del 1 al 10, 11 parámetros: vivienda, ingresos, empleo, comunidad, educación, medio ambiente, compromiso cívico, salud, satisfacción, seguridad y balance entre trabajo y vida. Y así se crea el Índice para una vida mejor, que lleva cuatro años dando el mismo resultado: Australia es el mejor país para vivir, seguido de Noruega y Suecia.
Ninguno de los campos puntuados de estos tres países tiene una puntuación menor de 7. Y se entiende: en Australia, el ingreso familiar per cápita es de 31.197 dólares al año, más que el de la media de países (23.938 dólares) y más del 72% de las personas entre 15 y 64 años edad tienen un empleo remunerado, trabajando menos horas al año que la media (1.728 frente a 1765, según la OCDE). El nivel educativo también está por encima de la media. En el último informe del Programa para la Evaluación Internacional de Estudiantes (PISA), el estudiante australiano obtuvo 514 puntos en lectura, matemáticas y ciencias, mientras que el estudiante medio de OCDE sacó 497. En el compromiso cívico también ganan: el 93% de los australianos creen conocer a alguien en quien pueden confiar, y la participación electoral, una medida de la confianza pública en el gobierno, fue del 93% durante las recientes elecciones.
Los australianos están más satisfechos con su vida que la media de la OCDE: el 83% dicen tener más experiencias positivas en un día normal que negativas. La media está en 76%. Los australianos son felices, además de por todos estos indicadores, por las condiciones del país: un clima templado en gran parte del año, sol casi los 365 días (Australia es uno de los continentes más secos), y con algunos de los parajes naturales más impresionantes del mundo: la gran barrera de coral, el Uluru o el desierto de los Pináculos.
Bajando considerablemente la temperatura al termómetro, el segundo y tercer puesto lo ocupan Noruega y Suecia, cuyos indicadores no bajan del 6. Los noruegos están satisfechos con la vida en su país. En este aspecto, se puntúan en un 9,7 sobre 10, y valoran el empleo con un 9,2, lo que se apoya en los datos: el 83% de los noruegos entre 15 y 64 años tiene un empleo remunerado. En Suecia, la puntuación más alta la tiene el medio ambiente, con un 9,8 sobre 10. Y sí, el nivel de partículas contaminantes en el aire es mucho más bajo que el promedio de la OCDE (10,2 microgramos por metro cúbico frente a 20,1 de media de la OCDE).
España, orgullosa de su sistema de salud
Lo que más valoramos es la salud, que la puntuamos con un 8,7 sobre 10. En España, la esperanza de vida al nacer es de 82 años, dos años más que el promedio de la OCDE de 80. Y eso que registramos niveles de contaminación más altos que la media: en España tenemos 23,7 microgramos por metro cúbico de partículas contaminantes en el aire, frente al 20,1 que tiene la media de la OCDE.
Aunque el dinero no puede comprar la felicidad, es un medio importante para lograr estándares de vida más elevados. En España, el ingreso familiar disponible neto ajustado promedio per cápita es de 16.361 euros al año, cifra ligeramente menor que el promedio de la OCDE de 17.174 euros al año. Pero la brecha entre los más ricos y los más pobres es considerable; la población que ocupa el 20% superior de la escala de ingresos gana más de seis veces lo que percibe la población que ocupa el 20% inferior.
El empleo lo suspendemos con un 2,6, y no estamos equivocados: alrededor del 56% de las personas entre 15 y 64 años de edad en España tienen un empleo remunerado, cifra menor que el promedio de la OCDE de 65%.
El compromiso cívico lo aprobamos con un 5 raspado. En esto influye la poca confianza que tenemos en las instituciones políticas: la participación electoral en las pasadas elecciones fue de un 69%, por debajo de la media de la OCDE (76%).
Todo esto hace que estemos insatisfechos y que suspendamos en este campo, con un 4,7. Según los datos de la OCDE, el 65% de los españoles dicen tener más experiencias positivas en un día normal (sentimientos de paz, satisfacción por sus logros, gozo, etc.) que negativas (dolor, preocupación, tristeza, aburrimiento, etc.). Esta cifra es menor que el promedio de la OCDE de 76%.
Diferencias culturales
Los resultados del informe también revelan las diferencias culturales de cada país, qué campos son los más importantes para cada uno, y cómo, a pesar de la distancia geográfica y cultural, muchos países que aparentemente no tienen nada que ver, miden la calidad de vida de un país dando importancia a los mismos aspectos. Así, por ejemplo, sabemos que lo que más valoran los japoneses es la seguridad o que para los latinoamericanos es deseable vivir en un país con unos buenos niveles de educación. Los daneses, los alemanes, los sudafricanos y los suizos valoran la calidad de vida de un país según el nivel de felicidad de sus habitantes, y lo que más valoran en Alemania, Austria, Eslovenia, Estonia, Finlandia y Nueva Zelanda es el medio ambiente.
Inés Vila miércoles, 07/05/14 - 14:48
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