¿Por qué recordamos bien algunas cosas mientras que otras se
desvanecen? Investigadores sugieren que se debe a que los eventos positivos se
quedan durante más tiempo en la memoria que los malos, algo que ayuda a la raza
humana a mantenerse alegre y resistente.
De acuerdo con psicólogos, el aferrarnos a los buenos recuerdos -dejando
atrás los malos- nos ayuda a lidiar con situaciones desagradables y mantener una
actitud positiva ante la vida.
Fue hace 80 años que se propuso por primera vez la idea de que los recuerdos
malos se desvanecen más rápido.
En los años 30, los especialistas recogieron lo que quedaba en la memoria de
las personas después de las vacaciones, categorizándolas en agradables y
desagradables.
Semanas más tarde, los investigadores pidieron a los participantes que
recordaran las vacaciones. Casi el 60% olvidó las experiencias desagradables,
mientras que sólo el 42% de las agradables habían desaparecido.
Esto es algo que muchos de nosotros puede sentirse afín, tras un descanso
solemos acordarnos de los buenos días y de las personas que conocimos y
olvidarnos de los retrasos en los vuelos u otros inconvenientes.
Más tarde se hicieron otros estudios rigorosos del llamado fenómeno Fading
Affect Bias (FAB), que ocurre cuando la información de emociones consideradas
como negativas se borra de la mente más rápido que la positiva.
En un trabajo hecho en los años 70, en vez de preguntarle a la gente que
recuerden memorias aleatorias -pues las personas podrían preferir aquellas
positivas- a los participantes se les pidió que llevaran un diario, registrando
la intensidad emocional de esos recuerdos.
Pero debido a que el 80% de toda la investigación psicológica se hace con
estudiantes estadounidenses, no quedaba claro si esta preferencia a mantener en
la memoria los buenos recuerdos existiría en otras culturas.
Eventos aleatorios
Para ver si se trataba de un fenómeno universal, Timothy Ritchie, de la
Universidad de Limerick, en Irlanda, decidió analizar los datos de las muestras
recogidas por académicos de seis universidades en el mundo.
Estos investigadores tenían acceso a los participantes de muchos grupos
étnicos angloparlantes, incluido los afroamericanos, ghaneses, alemanes, nativos
estadounidenses y neozelandeses tanto de la descendencia europea como de la
aborigen.
En total, se incluyeron unas 2.400 memorias autobiográficas de 562 personas
de 10 países.
Si bien la metodología de recolección de eventos que se mantienen en la
memoria varió en muchas formas, el denominador común fue preguntarle a los
participantes que recordaran momentos positivos y negativos, incluyendo detalles
como la hora y lugar, así como información sensorial.
Los datos de Nueva Zelanda y Ghana sólo incluían a hombres y mujeres menores
de 30 años. Pero en otros estudios, como el alemán, había muestras de más
edad.
A la mayoría se le preguntó sobre eventos aleatorios de sus vidas, tanto
positivos como negativos.
Pero los investigadores de Alemania también le preguntaron a su muestra sobre
la respuesta emocional a un evento relevante: la caída del muro de Berlín en
1989.
A aquellos que recordaron su respuesta emocional, se les pidió que lo
volvieran a hacer en diferentes períodos de tiempo, y puntuaron cómo se sentían
al respecto.
Esto es conocido como el efecto inicial y el efecto actual, la diferencia
entre ellos fue medida.
Los investigadores pudieron determinar así el FAB ocurrido en cada estudio,
independientemente de los antecedentes culturales de los participantes.
Recuerdos fijos
Los autores creen que este estudio demuestra cómo la desaparición rápida de
memorias desagradables es un fenómeno que ocurre en todas las culturas y que
ayuda a las personas a procesar la negatividad y a adaptarse a los cambios de lo
que les rodea mientras retienen una actitud positiva ante la vida.
Un grupo de personas con grandes problemas para tener memoria positiva es
aquel de las personas con depresión severa.
El doctor Tim Dalgleish, psicólogo clínico de la Universidad de Cambridge,
intenta ayudar a las personas con depresión aguda a tener acceso a los recuerdos
positivos.
La técnica que usa se conoce como el método de ubicación. Se trata de una
técnica de miles de años que utiliza imágenes visuales que la persona imagina a
lo largo de una ruta o en un lugar como el hogar.
Todos los participantes en el estudio de Dalgleish tenían depresión aguda.
Debido a que les costaba tanto recuperar sus recuerdos, un investigador los
ayudó a materializarlos, con detalles como la información sensorial de olores,
colores y sonidos.
Una de las personas que participó en el trabajo, Emma Brinkley, tuvo muchas
dificultades para acordarse de eventos positivos.
"Incluso ahora, cuando me encuentro baja de ánimo es difícil pensar en algo
positivo para animarme. Es casi como si tu mente se rehusara a permitirte buscar
algo en tu conciencia", dijo.
Una vez decidido, las memorias se fijan a lo largo de una ruta como el viaje
al trabajo o la universidad, o incluso dentro de su propia casa.
Para el doctor Dalgleish esta es una parte vital del proceso. "Vamos a decir
que colocas 10 puntos en el camino -la puerta de entrada, el porche, la cocina y
la sala si se trata de la casa- y entonces eliges los recuerdos que quieres
poner en la maleta, el tipo de cosas en las que quieres pensar en momentos
difíciles. Y creas una imagen memorable y una rara que vincule ese recuerdo con
cada punto en la ruta".
"Puedes imaginarte la sala llena de arena, con el televisor encendido
mostrando el mar, el sonido de las gaviotas y de las olas. Y el hecho de que el
sonido estaba en la sala lo hace más extraño y fácil de recordar que si sólo
recuerdas la arena de una playa".
Ruta familiar
Es el tipo de técnica que los campeones de pruebas de memoria utilizan con
éxito para lograr las hazañas como recordar toda la secuencia de una baraja de
cartas.
Los expertos descubrieron que al crear este mapa mental o "palacio de la
memoria" mejoraba el recuerdo de los participantes, en comparación con otro
grupo que utilizó otra técnica, como la de fraccionar los recuerdos en distintos
conjuntos y ensayarlos.
También comprobaron que el método tiene efectos a largo plazo, vistos incluso
una semana después en algunas personas cuando se les llamó para repetir las
pruebas.
Emma Brinkley está sorprendida de cuánto duran esos recuerdos. "Hay días en
que sencillamente me traslado a esa ruta familiar e intento pensar en algunas de
esas memorias felices para subirme el ánimo".
"Algunos días me cuestan más que otros. Pero he descubierto que ha habido una
verdadera y profunda subida de ánimo", agrega.
Paula McGrath BBC Última actualización: Martes, 6 de mayo de 2014
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