martes, 28 de octubre de 2025

La bomba financiera en el corazón de Europa es mucho más grande de lo que parece: la deuda inunda toda Francia

 

La Torre Eiffel se iluminó con los colores de la bandera de la UE para conmemorar la presidencia francesa de la UE (Alamy)


  • Las empresas tienen una deuda superior al 200% de su PIB, ningún país lo iguala
  • El FMI y el Banco de Francia ven grandes peligros ante esta montaña de pasivos
  • Sumando deuda pública y privada sobre el PIB, solo Japón le supera


Los inversores tienen muy pocas dudas respecto a donde está la próxima gran bomba que puede estallar en Europa. Pese al dolor del pasado, el sur de la UE parece haber atado una trayectoria de deuda que mantiene ilusionados a los mercados. Sin embargo, Francia vive un ciclo autodestructivo de déficit y caos político que parece imparable. Ríos de tinta han corrido sobre cómo la falta de apoyo del gobierno de Macron impide unos presupuestos con claros recortes que impida una crisis de deuda. Ya se han tumbado varios presupuestos, varias agencias (como Fitch) han rebajado su calificación, sus bonos caen al nivel de los de Italia y el déficit se proyecta imparable (5,5% en 2025). Todo esto ha llevado a una deuda sobre el PIB del 115,6% del PIB según las estimaciones de la Comisión Europea y la dinámica es de que seguirá creciendo.

Si bien el endeudamiento de sus instituciones públicas ha sido el foco principal que ha puesto en alerta a todo un continente, provocando preguntas al mismo BCE de si intervendrían si hay temblores financieros, la otra cara de la crisis de deuda ha pasado bajo el radar. Si bien el Eliseo sigue una trayectoria imparable en lo que respecta a endeudamiento, la situación ha sido muy similar en el sector privado. Durante la última década Francia ha ido engordando una montaña de pasivos entre sus empresas como pocas economías del planeta.

Según el último informe de J. Safra Sarasin, el conjunto de su sector privado acumula una deuda superior al 276% de su PIB frente al 235% de hace una década, cuando ya se consideraba alto por los estragos de la crisis financiera. Para poner en contexto estas cifras, España tiene un 165%, EEUU un 216% y Japón, el país más endeudado del planeta, un 2019%.

Se trata de una combinación entre un alto endeudamiento de las familias… pero especialmente de las empresas no financieras. En el caso de este país las empresas acumulan pasivos por valor del 200% del PIB nacional frente, por ejemplo, al 115% en España, el 152% de EEUU (donde hay enormes empresas con grandes pasivos que operan en todo el planeta) , el 75% de Reino Unido o el 152% de Japón. Aunque en menor medida, las familias también tienen una importante carga, de hecho Francia es el país donde sus deudas tienen un mayor peso sobre el PIB (solo superado por Reino Unido), un 71,8% del mismo. EEUU, donde los créditos a las mismas están muy arraigados, apenas tienen un 67,5%.



Esto lleva a que el total de deuda pública y privada de Francia alcanza el 389% del PIB, más de 100 puntos por encima de España, Italia, 150 puntos más que Alemania y más que EEUU. Todavía está lejos del 456% de Japón pero se aproxima más que nadie. En definitiva, la crisis de la deuda de Francia, no es solo un problema de deuda pública, es algo que atraviesa toda la sociedad y que, en definitiva, puede tener un impacto en toda la región si no se gestiona adecuadamente.

Pero, ¿por qué ha llegado Francia a esta situación? En el caso de la deuda pública los motivos ya han sido muy comentados. Un cóctel de envejecimiento, productividad, crisis en sector clave como la industria y, especialmente, un gasto que ha ido 'in crescendo' y que ha resultado incontenible desde la política, sin recortes a la vista. Todas las iniciativas para ajustar ese gasto desde aumento de la edad de jubilación, subidas de impuestos y recortes en partidas han sido sistemáticamente bloqueados.

¿Por qué se ha creado esta montaña de deuda?

En el lado de la actividad privada la realidad es algo más compleja. Según explicaba el Banco de Francia en su último informe, tras salir mejor parada que el sur de Europa de la crisis financiera y no tener una cultura como la alemana de austeridad (sumado a límites claros), el país se encontró en la pole position en la era del dinero 'ultra-barato' cuando el BCE llevó los tipos de interés a terreno neutro.

En ese contexto, la institución gala explica que se ha producido "una creciente dependencia de los grupos franceses por la deuda". Con mejores condiciones "los grandes grupos, desde 2014, han empezado a utilizar este mecanismo y renunciar a otros ante un entorno favorable". Advertía que "ya en 2018, la cobertura de intereses y gastos relacionados con los beneficios operativos alcanzó su nivel más alto en una década".

En su informe advertía que la estrategia, en general, fue la de utilizar deuda masivamente para aprovechar el momento y financiar enormes compras algo que, sin entrar la institución a medir cada operación, tiene una cara negativa evidente. "Ese dinero que se utiliza para financiar adquisiciones puede encontrarse con que obtiene un retorno menor de lo previsto en sus beneficios".

Los grandes peligros

El Banco de Francia explica que esto tiene un peligro claro que crea un tormenta perfecta en la crisis crediticia de Francia. Esta enorme carga empieza a asfixiar a sus firmas y estrangula a la economía, bloqueando la capacidad del Elíseo de obtener ingresos y frenar la espiral de déficit. "Esta situación expone a una serie de peligros. La rentabilidad sobre el capital empieza a estar determinada más por un efecto de apalancamiento que por mejoras en la rentabilidad operativa". También "su capacidad para pagar su deuda se deterioran notablemente si los tipos de interés subieran en el mediano plazo. Les resultaría más difícil reconstruir sus reservas de efectivo"

Desde el FMI también se han mostrado preocupados por el aumento de la deuda privada gala. "La deuda corporativa no financiera no consolidada en Francia aumentó un 20% del PIB entre 2010 y 2017, situándose en el 133 % del PIB, una de las más altas de los países avanzados" cuenta la institución. En su informe publicado en 2019, antes de la pandemia, el FMI alertaba de que esto podría generar una crisis bancaria si seguía aumentando, cosa que está sucediendo. "La exposición directa del sistema bancario a las empresas podría generar importantes efectos secundarios en caso de tensión. El riesgo de mercado indirecto acabaría siendo importante para bancos, aseguradoras y fondos".

FMI: "Debilitará la inversión, el empleo y la actividad económica en general, lo que genera dificultades en todos los sectores (de la economía)"

Además, el FMI alertaba que, incluso sin crisis financiera, los efectos "trascienden el sector financiero y alcanzan el macroeconómico". El motivo es que un sector privado más endeudado se vuelve más débil y menos dinámico. Esto "debilita la inversión, el empleo y la actividad económica en general, lo que genera dificultades en todos los sectores (de la economía)".

La tendencia no muestra síntomas de recuperarse. Pese a que el BCE ha bajado los tipos de interés viene un periodo en el que no habrá movimientos. Además, mientras esto ocurre el coste de la deuda para las empresas francesas no para de crecer, siguiendo la estela de los bonos del estado.

En definitiva, Francia será el gran desafío que tendrá que afrontar Europa y de donde puede emerger una 'crisis del euro'. Sin embargo ya no solo se trata de política, el terreno que domina el discurso. El país tiene que reorientar su déficit pero también sus empresas deben reconducir una resaca de deuda tras 10 años en los que, mientras el destrozado sur iba aligerando su carga, al norte de los pirineos se ha incrementado a pasos agigantados. Mientras en España las empresas han pasado de una deuda de casi el 180% del PIB en 2010 al 135% actual, en Francia se ha disparado de 160% a 205%. El primer paso tiene que ser impedir la espiral que arrastra al Elíseo y que encarece la deuda general del país.