miércoles, 20 de julio de 2011

Los test de estrés europeos sólo reflejan a medias la realidad


Foto from eleconomista.com.mx

Esto es lo que no dijeron los resultados de los test de estrés: 27 bancos europeos necesitarían recaudar la suma combinada de 82.000 millones de euros de nuevo capital para mantener sus ratios de capital Tier 1 por encima del 7% si los bonos gubernamentales griegos, irlandeses, portugueses, españoles e italianos se valoraran a los precios del mercado, según Credit Suisse.
Esta cifra es muy superior a las necesidades de 2.500 millones, repartidas entre ocho bancos, anunciadas el viernes.
Pese a ello, algunos políticos podrían consolarse con esta cifra, ya que supone un incremento aparentemente aceptable del 8% sobre el billón de euros de capital del sector. Esto supondría un grave error. Los 82.000 millones de euros no dicen toda la realidad.
Primero, los políticos deberían darse cuenta de que los mayores problemas de liquidez los sufren los países con menos acceso a nueva financiación. Los bancos griegos, por ejemplo, necesitarían 27.000 millones de euros de capital adicional.
Si Grecia quiere permanecer en el bloque de las naciones del euro, ese dinero sólo puede salir de nuevos préstamos de rescate. Los bancos portugueses e irlandeses necesitarían 16.400 millones y 6.000 millones de euros, respectivamente, según los cálculos de Credit Suisse.
Segundo, al centrarse en la deuda soberana se ignora la exposición a través de los créditos comerciales a los países con presiones fiscales. Los test de estrés mostraron la verdadera magnitud de los préstamos transfronterizos. Los bancos alemanes y franceses se encuentran entre los más expuestos. La exposición de Crédit Agricole, BNP Paribas, Deutsche Bank y Commerzbank a Portugal, Irlanda, Grecia, Italia y España asciende a más del 200% de su capital básico, según Barclays Capital.
Tercero, los test de estrés no decían nada sobre la liquidez, la fuente más importante de contagio. Nadie sabe cuál será el impacto de la amortización de la deuda soberana sobre los costes de financiación de los bancos. Unos balances más débiles implican unos costes más altos para los créditos, y el aumento del riesgo soberano reduce el valor del colateral para la financiación mayorista y del banco central.
Las rebajas de los ráting soberanos también pueden derivar en rebajas de la calificación de los bancos, lo que eleva aún más los costes de financiación. Finalmente, las rebajas de los ráting soberanos debilitan el apoyo implícito de los gobiernos a las entidades de crédito.
Estas presiones han alimentado la actual crisis. Los bancos griegos sufrieron fugas de depósitos por 18.000 millones de euros en los primeros cinco meses de 2011. Los bancos irlandeses y portugueses dependen en exceso de la financiación del Banco Central Europeo.
Las entidades españolas e italianas están, a efectos prácticos, fuera de los mercados de financiación mayorista. En consecuencia, gran parte de Europa afronta una crisis crediticia, lo que mina aún más el crecimiento económico y debilita las posiciones fiscales.
Los políticos de la eurozona han tardado en apreciar la importancia del papel de la financiación de los bancos a la hora de alimentar la crisis de la deuda soberana.
A la hora de sopesar sus opciones antes de la cumbre de emergencia prevista para el jueves, no deberían imaginar que bastará con cubrir las necesidades de capital reveladas por los test de estrés para poner fin a la crisis. Mientras la crisis de la deuda soberana de Europa siga sin solucionarse, el coste de la resolución de la crisis bancaria seguirá aumentando.

Lea el artículo original publicado en The Wall Street Journal Europe Euro Stress Tests Tell Only Half the Story
Por Simon Nixon  from Expansion.com  18/07/2011

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