viernes, 9 de agosto de 2013

Los cuatro obstáculos que enfrían la relación entre EE.UU. y Rusia

 
 
La decisión de la Casa Blanca de cancelar una reunión del presidente Barack Obama con su homólogo ruso, Vladimir Putin, volvió a poner en el primer plano las tensiones entre estos dos países.
 
En los últimos días, el principal asunto que ha generado un desacuerdo entre Washington y Moscú es la decisión de este último de ofrecerle asilo al informante Edward Snowden, pero este tema está lejos de ser la única espina en las relaciones bilaterales.
 
Entre otras cuestiones, hay divergencias profundas sobre la solución al conflicto en Siria, Estados Unidos ha criticado a Rusia en temas de derechos humanos, Rusia ha acusado a Estados Unidos de interferencia política y los dos países no se ponen de acuerdo sobre un sistema de defensa.
Parece que las relaciones están en el punto bajo de una montaña rusa, el término con el que frecuentemente se describen los vínculos entre los dos países.
Lo interesante es que hace unos años, éstas estaban en la otra punta de la montaña: durante el primer gobierno de Obama, él y su entonces homólogo, Dimitri Medvedev, anunciaron el "reinicio" de las relaciones, un evento que celebraron comiendo hamburguesas y papas fritas cerca de la capital estadounidense.
Y sí hubo ciertos progresos: Obama prometió apoyar a Rusia en su ingreso a la Organización Mundial del Comercio, que ocurrió tras 18 años de negociaciones; se forjó cierta cooperación en países como Afganistán y Corea del Norte; y los dos firmaron un tratado de armas nucleares para limitar el número de ojivas.
Pero en los últimos meses y ya con Putin de regreso en la presidencia rusa, las diferencias son las que han ocupado la mayoría de titulares y hay voces que indican que ese "reinicio" necesita un nuevo empuje.
 
 

El asilo a Edward Snowden

Desde que el informante Edward Snowden dejó Hong Kong para instalarse temporalmente en un aeropuerto de Moscú, su caso se convirtió en una piedra en el zapato para los vínculos bilaterales, a pesar de que ambos países indicaron que no querían que éstos se vieran afectados.
 
La divergencia es clara: mientras Washington ha buscado la extradición de Snowden para que enfrente a la justicia por la filtración de secretos de Estado, Rusia decidió otorgarle asilo por un año luego de varias semanas en que estuvo en el limbo.
La Casa Blanca dijo estar profundamente decepcionada por esa decisión de Moscú y desde entonces pensó en la conveniencia de llevar a cabo la reunión que finalmente se canceló este miércoles.
Así lo dejó claro en el comunicado en que anunció la cancelación: "La decisión decepcionante de Rusia de otorgarle asilo temporal a Edward Snowden también fue un factor que consideramos para evaluar el estado actual de nuestra relación bilateral".
La clave está en la palabra "también", pues deja entrever que si bien hay un claro desacuerdo sobre Snowden, no es el único asunto que preocupa a Washington.
Y, para algunos analistas, ni siquiera es el más importante. BBC Mundo conversó con David Kramer, quien fue subsecretario de Estado asistente para temas de Rusia y hoy dirige la organización Freedom House.
Kramer considera que Snowden es menos importante que otros dos asuntos: los problemas en temas de derechos humanos y las dificultades para ponerse de acuerdo sobre una solución en Siria.

Derechos humanos

En el comunicado, la Casa Blanca mencionó que una de las trabas al progreso bilateral son los temas relacionados con los derechos humanos y la sociedad civil y, en opinión de Kramer, este es el asunto clave.
En términos generales, los funcionarios estadounidenses han criticado con frecuencia a Rusia por sus supuestos abusos a los derechos humanos y por lo que consideran es un creciente autoritarismo del gobierno.
 
Rusia, por su parte, argumenta que Estados Unidos está interfiriendo en las políticas de Moscú para afectar al gobierno de Vladimir Putin.
Así, ha habido decisiones de parte y parte en los últimos meses que han generado más de un enfrentamiento.
El Congreso de Estados Unidos, por ejemplo, adoptó en diciembre del año pasado una ley que le permite al país retener las visas y congelar los activos financieros de funcionarios rusos que se cree pueden haber estado involucrados en violaciones de derechos humanos.
Rusia respondió prohibiéndoles a los estadounidenses adoptar huérfanos rusos. También anunció un veto a los estadounidenses que ellos consideran han violado los derechos humanos y suspendió las actividades de organizaciones sin ánimo de lucro que reciben dinero de Estados Unidos.
Otro tema de discordia fue la nueva ley rusa que prohíbe la publicidad de los derechos homosexuales en los eventos públicos, así como muestras públicas de afecto entre personas del mismo sexo.
Este martes, en una entrevista televisiva, el presidente Obama dejó clara su posición al respecto, al decir que no tiene "paciencia con los países que intentan tratar a los gays, lesbianas y transexuales en maneras que los intimidan o los hieren".
 
 

El conflicto en Siria

La clara divergencia de posturas entre Estados Unidos y Rusia es uno de los temas que ha impedido a la comunidad internacional tener un rol más activo en las soluciones al conflicto sirio.
Rusia, por un lado, quiere mantener sus lazos históricos y económicos con Siria, una amistad que se remonta a los tiempos de la Unión Soviética y que incluye una relación comercial y militar en la que Siria se nutre de armas rusas y Rusia utiliza una base naval siria en Tartus.
 
Por el otro, Moscú no ha querido dejar pasar la oportunidad de demostrar que su posición privilegiada puede ayudar a solucionar lo que la comunidad internacional no ha podido resolver por otros medios.
Estados Unidos, por el contrario, se ha puesto claramente del lado de la oposición y en junio, la Casa Blanca anunció por primera vez la entrega de ayuda militar directa.
Obama tomó esa decisión después de que su administración concluyó que las fuerzas del presidente sirio Bashar al Asad estaban usando armas químicas, algo que Rusia dijo que no era "convincente".
Las diferencias entre Estados Unidos y Rusia han sido particularmente evidentes en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, donde ambos tienen un puesto.
Así, Rusia ha vetado en varias ocasiones resoluciones de este organismo para ayudar a poner fin al conflicto armado.
 
 
 

Sistemas de defensa y control de armas

Pero así como Kramer considera, al hablar con BBC Mundo, que los temas principales de disputa son los derechos humanos y el conflicto en Siria, otro analista, Kevin Ryan, cree que el tema de fondo se refiere a los sistemas de defensa y el control de armas.
Ryan es el director de los proyectos de defensa e inteligencia en el centro Belfer para la ciencia y los asuntos internacionales de la Universidad de Harvard, y argumenta en diálogo con BBC Mundo que este asunto es clave, sin demeritar a Snowden y Siria.
De hecho, la Casa Blanca, en su comunicado de este miércoles, mencionó el tema en un lugar destacado.
En 2011, el tratado New Start entró en vigor con el objetivo de limitar el número de ojivas atómicas que pueden tener Estados Unidos y Rusia, pero hace algunas semanas, en un discurso en Berlín, Obama pidió más esfuerzos para reducir los arsenales.
 
El presidente dijo que confiaba que su país podría mantener su seguridad y simultáneamente reducir su capacidad nuclear en un tercio, y también pidió que se redujera el número de ojivas tácticas en Europa.
Pero el viceprimer ministro de Rusia, Dimitri Rogozin, dijo que Moscú "no puede tomar esas garantías seriamente" mientras Estados Unidos toma decisiones sobre el desarrollo de sus sistemas de defensa militares.
En particular, hay un tema espinoso: la idea de vieja data de Estados Unidos de construir sistemas de defensa antimisiles en Europa Central para protegerse contra un eventual ataque de Irán o Corea del Norte, que Rusia considera están demasiado cerca de su territorio.
Hace un año, por ejemplo, Rusia dijo que estaba preparado para usar "fuerzas destructoras preventivas" si Washington seguía adelante con sus planes.
En marzo de este año, sin embargo, el secretario de Defensa de Estados Unidos, Chuck Hagel, canceló la fase final del sistema de defensa, con el argumento de que había problemas de desarrollo y recortes presupuestales.
Sin hacer referencia a las objeciones rusas, Hagel prometió que, más allá de la cancelación, los aliados de la OTAN en Europa no se verían afectados en su nivel de protección gracias a las las primeras tres fases del programa.
Rusia y Estados Unidos han tenido un conflicto por los sistemas antimisiles desde la época de George W. Bush. Obama canceló los planes de su antecesor de tener una red de bases en Polonia y la República Checa, pero presentó una nueva arquitectura de defensa en Europa, considerada más completa que la anterior y que originalmente tenía cuatro fases.
Rusia, por su parte, comisionó un sistema de radares en su enclave de Kaliningrado capaz de monitorear lanzamientos de misiles.

Thomas Sparrow   BBC Mundo, Washington (@bbc_sparrow)  actualización: Miércoles, 7 de agosto de 2013

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