sábado, 19 de septiembre de 2020

La pobreza en el mundo aumentará por primera vez en veinte años

 


Unos niños juegan a orillas del Ganges en Calcuta, durante este mes de septiembre (EP)

El Banco Mundial estima que la recuperación completa llegará en el 2025


Mientras tanto la Reserva Federal como la OCDE esta semana revisaron al alza sus previsiones catastróficas sobre el impacto de la pandemia, hay otra institución que ayer volvió a echar un jarro de agua fría sobre las secuelas de la Covid. La economista jefa del Banco Mundial, Carmen Reinhart –de paso por Madrid–, alertó de que la recuperación económica mundial de la crisis originada por el coronavirus puede tardar en completarse hasta llegar al 2025, en términos de PIB per cápita.

“Probablemente habrá un repunte rápido a medida que se levanten todas las medidas de restricción vinculadas a los bloqueos, pero una recuperación completa llevará hasta cinco años”, dijo. La economista de origen cubano explicó que la recesión causada por la pandemia durará más en algunos países que en otros y exacerbará las desigualdades, ya que los más pobres serán los más afectados por la crisis en los países ricos y los países más pobres se verán mucho más afectados que los países más ricos.

Este año puede haber 100 millones de pobres más, con una caída del PIB del 5,2%, la mayor en ocho décadas

Y aquí emerge otro dato llamativo. Del informe del Banco Mundial de este miércoles titulado Covid-19 and human capital se deprende que, por primera vez desde 1998, la tasa de pobreza extrema global aumentará a raíz de la crisis. En cifras, habrá 100 millones de pobres más, una población que representa la suma de los habitantes de España e Italia juntos (y, según Reinhart, es un cálculo “conservador”).

El Banco Mundial trabaja con el escenario de una contracción del PIB alrededor mundial del 5,2%, lo que constituye la peor recesión en ocho décadas, un porcentaje que supera incluso el impacto de la gripe española de 1918, el otro acontecimiento vírico al que muchos economistas se refieren para comparar lo que está ocurriendo.

Un dato que hace palidecer el desplome sufrido durante la crisis financiera del 2008-2009. “En el 2008 y el 2009 los países emergentes rebotaron y se recuperaron. En eso tuvo que ver el papel desempeñado por la locomotora china, que entonces estaba creciendo más del 10% y eso fue una enorme fuente de apoyo para los países emergentes, sobre todo América Latina”, apuntó Reinhart. ¿Por qué esta vez es diferente? El mecanismo descrito por la institución que dirige el estadounidense David Malpass que ha llevado a esta situación es una combinación del efecto de las medidas restrictivas y del miedo psicológico. “Las restricciones voluntarias de movilidad combinadas con los bloqueos impulsados por los gobiernos causan una caída de la actividad y la demanda agregada que está provocando una reducción considerable de los ingresos. Sin embargo, los mayores impactos en la economía se espera que provengan de un consumo reducido debido a que las personas evitan la interacción social debido al miedo a la infección”, sostiene el estudio.“El confinamiento forzó el cierre de negocios no esenciales y destruirá más cadenas de valor. Esto hará que las personas reduzcan sus gastos, lo que hará aumentar las pérdidas de empleo”, advierten.

“La pandemia pone en riesgo el progreso de la década en la creación de capital humano, incluidas las mejoras en la salud, las tasas de supervivencia, la matriculación escolar y la reducción del retraso en el crecimiento. El impacto económico de la pandemia ha sido particularmente profundo para las mujeres y las familias más desfavorecidas, dejando muchos son vulnerables a la inseguridad alimentaria y la pobreza”, dijo el presidente del Banco Mundial, David Malpass, que invitó a “proteger e invertir en las personas a medida que los países trabajan para sentar las bases de una recuperación sostenible e inclusiva y un crecimiento futuro”.

En este sentido, Reinhart, que indicó que “habrá negocios que no van a regresar”, volvió a incidir en una de sus recetas que la hicieron célebre: aliviar el endeudamiento. En su opinión, “hacer quita de deudas” evitaría un “apretón crediticio” para los países a la hora de fomentar el empleo y el emprendimiento.