En la mañana del 13 de noviembre de 2003, el poeta rastafari Benjamin Zephaniah, recibió una carta más que inesperada que rezaba lo siguiente: "El primer ministro [por aquel entonces Tony Blair] me ha pedido que le informe, en estricta confidencialidad, de que tiene en mente, con motivo de la próxima lista de honores, de recomendar su nombre a Su Majestad la Reina para que reciba la Orden del Imperio Británico".
El escritor inglés, hijo de un cartero barbadense y una enfermera jamaicana, no dudó en rechazarlo. "Me enojo cuando escucho esa palabra 'imperio'; me recuerda a la esclavitud, me recuerda a miles de años de brutalidad, me recuerda cómo mis antepasados fueron violados y brutalizados. Es por este concepto de imperio que mi educación británica me llevó a creer que la historia de los negros comenzó con la esclavitud y que nacimos esclavos y, por lo tanto, debería estar agradecido de que nuestros amados amos blancos nos dieran la libertad. Es por esta idea de imperio que la gente negra como yo ni siquiera conoce nuestros verdaderos nombres o nuestra verdadera cultura histórica", explicó.
Muchas otras figuras también habían rechazado la distinción, entre ellas, el cantante David Bowie o Howard Gayle, el primer futbolista negro en jugar en el Liverpool. Pero el poeta fue el primero en exponer sus explicaciones de manera pública, criticando la medalla como un legado del colonialismo.
Pues bien, los miembros del Comité de Honores ahora parecen estar de acuerdo con el escritor porque han propuesto una revisión del sistema que podría eliminar la palabra "imperio" de unos títulos que la realeza comenzó a otorgar en la Edad Media, en gratitud con aquellos que consideraban habían realizado un gran servicio por el país.
Una incómoda revisión del pasado
De momento, la discusión no es oficial. Pero, según filtraciones a la prensa, se trata de una cuestión que lleva tiempo estudiándose y ha tomado ahora más relevancia, desde las manifestaciones por el Black Lives Matter, un movimiento que cruzó el Atlántico y se ha extendido por diferentes países europeos. En el caso concreto del Reino Unido, además de las numerosas protestas por la muerte del afroamericano George Floyd, ha desencadenado en una incómoda revisión del pasado que está llevando a retirar estatuas de diferentes protagonistas de la historia del país.
El Comité de Honores es el encargado de gestionar estas distinciones —que tienen diferentes rangos— y que se otorgan dos veces al año de la mano de Isabel II (u otro miembro de la Familia Real en su nombre) en una pomposa ceremonia en el Palacio de Buckingham.
En el Reino Unido, la tradición se lleva a raja tabla. Se trata de un país donde la soberana sigue siendo la que protagoniza las sesiones de apertura del Parlamento en una ceremonia cargada de boato. Sale del Palacio de Buckingham en una carroza dorada tirada por seis caballos blancos y, una vez llega a Westminster con un traje de raso blanco, capa forrada de armiño y corona, presenta el programa legislativo de su Gobierno.
Asimismo, no son pocos los que consideran que la sociedad británica es extremadamente clasista. Para muchos, aunque sea meramente simbólico, convertirse en "Caballeros" o "Damas" es el culmen a sus carreras y fortalece su estatus. En 2017, la escritora JK Rowling, autora de la exitosa saga de Harry Potter, aceptó el 'Companion of Honour', que se entrega a aquellos que han realizado una contribución significativa a las artes, ciencia, medicina o el gobierno. Sir Winston Churchill también lo recibió en su momento. Por su parte, David Beckham obtuvo en 2003 la 'Orden del Imperio Británico' por su carrera futbolística.
Sin embargo, para otros, estas distinciones se tratan de una reliquia manchada por el colonialismo y la esclavitud, razón por la cual han decidido rechazarla. En 2003, el autor Patrick French, que ha escrito 'bestsellers' sobre la India y el Tíbet, no la aceptó pero dijo que apoyaría el cambio de títulos a una 'Orden de Excelencia Británica'.
Para otros, estas distinciones se tratan de una reliquia manchada por el colonialismo"El Imperio Británico es lo más interesante que ha hecho este país en los últimos 300 años, por lo que absolutamente debería enseñarse en las escuelas. Pero el hecho es que se acabó, y al seguir utilizándose en las medallas que el gobierno está dando no se reconoce por completo la forma en que el imperio es percibido por otras personas en otros países, en particular las antiguas colonias", explica.
Mientras que ahora algunos miembros del Comité de Honores se muestran a favor de eliminar la palabra "imperio", otros prefieren la introducción de una nueva medalla "que refleje mejor el Reino Unido más diverso del siglo XXI". En última instancia, en cualquier caso, el encargado de realizar una revisión al respecto sería el Gobierno de Boris Johnson, en cuyas filas, la idea de "revivir simbólicamente el imperio británico", ha sido utilizada en los últimos años del Brexit en multitud de ocasiones por los diputados conservadores más euroescépticos.
Un exmiembro del Comité de Honores de Artes y Medios explicaba recientemente en confidencialidad a 'The Sunday Times' que "el sistema no tiene la intención de ser político y hace mucho bien a las personas que no están en el ojo público, pero creo que todo cambia con el tiempo y creo que esto cambiará". "El imperio [la terminología] es ridícula... nadie pensaría jamás que tenemos un imperio ahora, pero creo que la palabra imperio probablemente está condenada al fracaso", destaca.
¿Respuesta oficial? No habrá cambios
En cualquier caso, un portavoz de la Oficina del Gabinete de Downing Street asegura que "no hay planes para realizar ningún cambio". "Ha habido una reforma considerable al sistema de honores en los últimos 25 años para asegurar que sea inclusivo. El compromiso también se realiza durante todo el año para asegurarnos de que las personas merecedoras de todos los orígenes sean nominadas y mantenemos nuestro compromiso de garantizar que el sistema de honores represente a la sociedad del Reino Unido", señala.
Esta no es, sin embargo, la primera vez que el debate se pone encima de la mesa. En 2012, tres de los Lord Lugartenientes de Isabel II, quienes le aconsejaron sobre quién debería recibir los honores, señalaron que se traban de distinciones "inapropiadas" y "anacrónicas". Aquel año fue el elegido por el entonces 'premier' David Cameron para instaurar de nuevo la Medalla del Imperio Británico [para héroes locales] con motivo de los 60 años de reinado de Isabel II.
Fundada en 1917, la medalla a veces se consideraba un honor para la "clase trabajadora". De hecho, la distinción no la otorgaba la monarca sino el lugarteniente de la autoridad local. El ex primer ministro conservador John Major puso fin a la concesión en 1993. Consideraba que "se había vuelto cada vez más tenue" y quería que los héroes locales también recibieran sus reconocimientos de la mano de la propia soberana.
Pero los que la reciben a día de hoy se tienen que conformar con asistir en verano a las recepciones que se realizan en los jardines del Palacio de Buckingham, junto con otras personalidades cuyo trabajo ha sido reconocido.
AUTOR
CELIA MAZA. LONDRES 27/09/2020