El músico Pharrel Williams recorre la feria Untitled con su directora de desarrollo, la española Clara Andrade.
La feria Art Basel Miami celebra dos décadas de existencia consolidándose como el epicentro del arte contemporáneo mundial en una cita se ha convertido en un fenómeno de masas.
Si la edición de 2021 supuso una vuelta tímida al formato presencial tras la pandemia, este 2022 es el retorno del exceso, las fiestas y el reencuentro de las galerías con los coleccionistas de todas partes del planeta. Nadie quiere hablar bajo el sol de Florida de una recesión. El mercado del arte contemporáneo está más vivo que nunca.
"Hemos vuelto a lo grande", comenta Clara Andrade, directora de desarrollo y programación de Untitled Art, la feria de artistas emergentes que cada año instala su carpa en la playa frente al histórico distrito art déco de Ocean Drive. Esta gallega lleva un lustro sin faltar a esta cita imprescindible para encontrar a los artistas del momento. Esta vez han reunido a 143 galerías de 30 países diferentes con fuerte presencia española.
La inauguración del pasado lunes fue un ir y venir de gente sin descanso. "Se habla de crisis pero las ventas muestran lo contrario, muchas galerías vendieron todo el primer día", cuenta Andrade. Miami no puede competir todavía con Nueva York como epicentro del negocio, pero sí se ha convertido en "la capital de las ferias del arte contemporáneo".
El número de eventos que engloba es inabarcable. Desde la feria principal, Art Basel Miami, derivada de la original fundada en Basilea (Suiza) en 1970, dedicada a los artistas consolidados, pasando por Design Miami con las últimas tendencias en decoración, Scope con los proyectos visuales más innovadores, entre otras.
Hasta las numerosas fiestas organizadas por marcas como Fendi, Balenciaga, Bottega Veneta, Giorgio Armani, Christian Louboutin o Audi, que aprovechan el escaparate que ofrece la ciudad para promocionarse. "Este es un momento extraordinario. Hace 20 años el mundo veía el sur de Florida de forma muy escéptica. Era más bien la era de Miami Vice", dijo el director global de Art Basel Miami, Marc Spiegler, en la inauguración.
Miami epicentro del dinero
Los famosos han vuelto a los icónicos hoteles de los años treinta de la Avenida Collins, que discurre a lo largo de Miami Beach, que en su día alojaron a Frank Sinatra, los Kennedy, Diana Ross o Barbra Streisand. Lo único que han cambiado son las formas. Ahora no existe la etiqueta en el vestir. Mientras unos van ataviados con sus mejores galas, otros desfilan en chanclas y bañador.
Es fácil encontrarse con estrellas de fama mundial como el músico Pharrel Williams, que se paseó por Untitled con Andrade como guía, los raperos Travis Scott, 50 Cent y Cardy B, cabezas de cartel en varias fiestas. O el actor Sean Penn que organiza una de las cenas más exclusivas para recaudar fondos para su organización, Core Response, en el Soho Beach Hotel, con invitados como Leonardo Di Caprio, Marc Anthony o Serena Williams.
Este año, además, se han sumado los ricos de otros sectores. La pandemia ha propiciado el traslado a Miami de varios fondos de inversión, como el gigante Citadel, y profesionales del sector tecnológico, atraídos por el trabajo remoto, los beneficios fiscales y el buen tiempo. "Es un lugar muy importante en términos geográficos y culturales, tanto por su relación con Latinoamérica como por la nueva ola de profesionales que han llegado a la ciudad", explica Omar Lopez-Chahoud, director artístico de Untitled. Vienen con ganas de gastar.
"El arte es una buena inversión. No quieren poner su dinero en riesgo. Saben que no están comprando un objeto, sino una historia, un momento, un punto específico en quiénes somos", añade.
Galerías españolas en Miami
De esta euforia también salen ganado los galeristas españoles que han decidido apostar por estar presentes en Miami. Un esfuerzo que este año ha requerido una inversión adicional debido a la inflación y a la bajada de la paridad del euro con el dólar. "Todo es más caro para nosotros este año", comenta Fran Reus de la galería de su mismo nombre con sede en Palma de Mallorca, que ha traído a los artistas españoles Miquel Ponce y Abel Jaramillo.
El esfuerzo compensa por la presencia de coleccionistas de todo el mundo. "Se nota que hay gente joven dispuesta a invertir en arte", añade Reus, que acaba de volver de exponer por primera vez en Corea del Sur, donde colgó el cartel de "todo vendido" con la obra de la artista Bel Fullana.
También de Mallorca participa en Untitled por quinta vez la galería L21 con su propuesta por el arte figurativo de fuertes raíces en el street art tan demandado en los últimos años con los artistas españoles Fátima de Juan, Marc Badía, Jordi Rives y Edu Carrillo, entre otros. "La acogida ha sido muy buena, la gente de dinero tiene dinero", apunta Oscar Florit, director de L21. "No hemos parado, todo lo contrario, cada vez vamos a más", añade con la previsión de estar presente en siete ferias en EEUU, Asia y Europa en 2023.
Debuta por primera vez en Miami tras pasar por Chicago, la galería malagueña Bradr El Jundi, que se acaba de trasladar a Madrid, con la obra de la artista holandesa Marilyn Sonneveld. "Miami es un lugar donde todos queremos estar con un público muy especializado. Además, hace bueno y la gente esta motivada", señala su directora, María García de Pedro.
El parón de las criptomonedas
Un fenómeno que sí está afectando al mercado del arte contemporáneo es un cierto ralentizamiento de las compras de los últimos años procedentes del dinero de las criptomonedas. "Se notó mucho movimiento y ahora se ha relajado un poco", comenta De Pedro. "Estos clientes no están comprando", añade.
La reciente quiebra del gigante de las monedas digitales FTX, que ha arrastrado a otros generando la desconfianza en el sector, ha dejado a sus principales actores arruinados y a los inversores alejados. Los jóvenes que se enriquecieron con las criptomonedas comenzaron a invertir en arte generando un nuevo tipo de cliente.
"Gente bastante joven, del mundo tecnológico, menos enfocados a la cultura, acostumbrados a los movimientos de la Bolsa, que compraban para revender", explica De Pedro. La mayoría de ellos procedía de Asia y se acercaban a las galerías a través de Instagram, donde publicaban las obras que iban comprando, animando a otros a sumar a estos artistas a sus colecciones. "Ahora están en pausa y no sabemos qué va a pasar", concluye la galerista.
Cuando se acercan los aires de recesión, los coleccionistas clásicos "se vuelven cautos a la hora de comprar", explica Andrade, pero saben que el mercado del arte contemporáneo "no se ve afectado por las crisis" por lo que mantienen sus inversiones como complemento a otras en el mercado inmobiliario o la bolsa.
No solo es el interés económico. "Hay un retorno al arte, un interés por las cosas que emocionan. No se nota ninguna recesión, todo lo contrario, creo que hay una sensibilidad porque estos valores continúen", explica María Ángeles Sánchez, directora de la galería Art Nueve con sede en Murcia, presente en la feria con una de las pocas propuestas de arte conceptual de la feria con un diálogo de los artistas españoles, Manuel M. Romero y Pablo Capitán del Río.
"Siempre mantenemos nuestra línea al margen de las modas", comenta. Una apuesta por la calma colores suaves que marcaron el arte del siglo XX que asoma con volver. "Lo digo alto y claro, la abstracción está de vuelta", sentencia la directora de desarrollo de Untitled, después de recorrerse las últimas inauguraciones en Nueva York. Después de la tempestad, llega la euforia, y, quizás, más tarde, la tranquilidad.