Rafael Santandreu plantea por qué hay que amigarse con la muerte. (Redacción)
- Desde hace poco tiempo, nuestra sociedad esconde este hecho natural y fundamental
Desde hace poco, a nuestra sociedad no le gusta la muerte. Antes no era así; enterrábamos a nuestros muertos, cazábamos los animales que nos comíamos. No escondíamos este hecho natural y fundamental.
Y el resultado es que mucha gente tiene miedo a la muerte y a la enfermedad, de manera exagerada. Y los duelos por las muertes de los seres queridos duran demasiado.
La solución está amigarse con la muerte de nuevo. Aprender que la muerte es “necesaria”, “buena” y “bonita”. ¿Por qué?
En primer lugar, la muerte es necesaria porque, de no morirnos, tendríamos un problema brutal: ¡no cabríamos en el planeta! Por eso es esencial palmarla.
De no morirnos, tendríamos un problema brutal: ¡no cabríamos en el planeta!
En segundo lugar, es buena porque todo lo natural es “bueno”, aunque no lo entendamos. Nosotros no comprendemos casi nada de la Naturaleza o del Cosmos, porque nuestra inteligencia es muy limitada. Pero la muerte forma parte de ese designio brutal del universo, en lo que todas las leyes naturales cuadran.
En tercer lugar, la muerte es bonita porque es un hecho natural. Como un nacimiento, como un ancho río de color esmeralda, los bosques y demás. Hemos de recuperar nuestra visión ecológica puesto que somos hijos de la naturaleza.
Mientras viva me lo voy a pasar genial
Hay un concepto que emplea mucho la gente religiosa que mola. Y es el que la muerte es voluntad y designio de Alá o Dios. Claro. Yo no sé cuándo voy a palmar pero no es asunto mío: ahora si: mientras viva me lo voy a pasar genial.
Cuando muera un ser querido, lo mejor es pensar con realismo y ver que esa persona no estará lejos de nosotros mucho tiempo. La vida pasa súper rápido y dentro de nada, nosotros iremos detrás. Así que hay que aprovechar el poco tiempo que nos queda y punto. Pronto nos reuniremos. Muy, muy pronto. Así que nada, a pasarlo en grande.
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