La peste bubónica ('Black Death') causó la muerte de un tercio de la pobación de Europa en el siglo XIV (iStockphoto)
- Un estudio revela que los piojos y pulgas que vivían en las personas y sus ropas fueron las que propagaron la enfermedad que devastó Europa en la Edad Media
Tantos años culpando a las pobres ratas y resulta que la causa de la propagación de la Peste Negra no fueron los roedores, sino los humanos. Así lo afirma un estudio de las Universidades de Oslo y Ferrara, que concluye que las virulentas epidemias medievales se transmitieron “a través de las pulgas y los piojos que residían en el cuerpo humano”.
La peste golpeó Europa en distintas oleadas en el siglo XIV. La conocida como Muerte Negra (o peste bubónica), que causó estragos entre 1347 y 1352, matando al menos un tercio de la población (unos 50 millones de personas), probablemente comenzó en el norte de la India o en las estepas de Asia Central y se habría dispersado a través de las rutas comerciales.
La Muerte Negra causó estragos entre 1347 y 1352, matando al menos un tercio de la población de Europa
Rápidamente se culpó a los judíos de envenenar los pozos para, siglos más adelante, convertir a las ratas en cabezas de turco. Nada más lejos de la realidad. Según la investigación publicada en Proceedings of the National Academy of Science (PNAS), que forma parte de un proyecto para reconstruir las rutas y las causas de las epidemias antiguas, el modelo que mejor encaja con los hechos ocurridos hace 670 años es el que se basa en los parásitos humanos.
Los científicos desarrollaron, con la ayuda de la tecnología y el Big Data, un patrón capaz de simular epidemias de peste. Para testear el arquetipo utilizaron el sistema de propagación de enfermedades más recientes, que tenían un origen conocido. Cuadraba a la perfección.
Según la Organización Mundial de la Salud, hay tres tipos de peste: la bubónica, la septicémica (bacterias en el torrente sanguíneo) y la neumónica (o pulmonar). “La pulmonar era la única para la que se consideraba la transmisión de persona a persona, transmitiéndose a través del aire al respirar”, explica la profesora Barbara Bramanti.
“Para las otras dos formas siempre se pensó que el portador eran las pulgas de animales. Después de la tercera pandemia de peste, que se originó en China en 1855, se descubrió una alta mortalidad de ratas antes de la epidemia. Así que se pensó que las pulgas de las ratas, buscando nuevos huéspedes, habían saltado sobre las personas, infectandolas. Pero existe un problema: en los informes de la época medieval no se menciona la muerte de ratas por ningún lugar“, añade.
En los informes de la época medieval no se menciona la muerte de ratas por ningún lugar
Las dudas llevaron a los investigadores a utilizar su modelo para simular los tres posibles escenarios causantes de la Muerte Negra: ratas, aire inhalado y, finalmente, piojos y pulgas que viven en los humanos y sus ropas. Lo aplicaron a nueve ciudades europeas que fueron devastadas en el siglo XIV. En siete de estas localidades, el patrón que presenta parásitos humanos “funcionó mejor para explicar la tendencia de la epidemia”, explica.
“Nuestro trabajo -concluye Bramanti- sugiere que la higiene personal es muy importante para evitar la futura difusión de la peste”, una enfermedad que dejó 3.248 nuevos enfermos entre 2010 y 2015, 584 de los cuales fallecieron. Teniendo en cuenta, además, que hoy en día esta afectación puede tratarse fácilmente con antibióticos si las precauciones para evitar la infección no funcionan.
El patrón que presenta parásitos humanos “funcionó mejor para explicar la tendencia de la epidemia”
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