- Los expertos apuntan a que los bancos deberán rentabilizar los depósitos para evitar salidas
El Banco Central Europeo (BCE) teme que la llegada del euro digital y una buena acogida del mismo provoque una fuga de depósitos en la banca comercial. El organismo trabaja en la actualidad en el lanzamiento de esta divisa digital, al igual que lo hacen el 90% de los 81 bancos centrales existentes, ante el temor de perder la soberanía monetaria con el auge de las criptomonedas. En los trabajos de análisis, los expertos del BCE evalúan los riesgos y soluciones que podría suponer la buena acogida de la divisa por empresas y particulares y entre ellos está una fuga de depósitos en la banca.
El BCE se convertiría en el emisor directo de esta moneda y dado que el euro digital podría consolidarse como una alternativa a los depósitos bancarios para compañías y consumidores "es probable que afecte al lado del pasivo de los balances de los bancos", señala un informe del organismo al respecto. Como solución a que se produzca una fuga de depósitos en las entidades europeas, los trabajos de investigación apuntan a la opción de que los bancos retail mejoren la remuneración de los saldos de los clientes para que no se marchen. "Unos contratos de depósito más atractivos podrían contribuir a limitar el riesgo de corrida bancaria", señala el documento.
En España, los hogares tienen casi un billón de euros en depósitos, una cifra a la que ha llegado tras la tendencia al ahorro de las familias desde el inicio de la crisis del coronavirus. Tan solo desde marzo de 2020 hasta ahora, las familias han incrementado un 17% el ahorro hasta situarlo en 997.000 millones de euros. Una cifra, que en la actualidad se encuentra en el balance de la banca española y que, con la llegada del euro digital, podría moverse. Cabe recordar que España precisamente vio la caída de un banco por la salida masiva de depósitos. El Banco Popular cayó en junio de 2017 después de que un grueso de clientes, entre ellos empresas y Administraciones públicas, sacaran su dinero de la entidad en un breve plazo de dos meses y el banco se viera finalmente sin liquidez suficiente para poder operar con normalidad.
Asimismo, la investigación sobre el impacto de las divisas digitales emitidas por los bancos centrales aborda un segundo problema en el caso de que haya salida de liquidez por parte de los ciudadanos y empresas. Un trasvase de depósitos de la banca tradicional al organismo, las entidades podrían tener problemas de liquidez y restringir el crédito.
De momento, aunque estos análisis sean preliminares, los expertos apuntan a que, para solucionar un problema de restricción crediticia, existiría la posibilidad de que sea el banco central que cubra la brecha de financiación que surja de una sustitución a gran escala de depósitos bancarios por el euro digital. "Si las reservas de los bancos fueran insuficientes, tendrían que obtener reservas adicionales pidiendo prestado al banco central, lo que implicaría un alargamiento del balance del banco central. Para garantizar que la asignación de capital y los precios no se vean afectados por la introducción del CBDC (dinero eléctrico emitido por un banco central), los préstamos del banco central a los bancos tendrían que replicar las características de los depósitos perdidos por los bancos. En particular, tendrían que ser sin garantía", señala el informe.
De hecho, la investigación sobre la adopción de las monedas digitales incide en la posibilidad de que exista un fuga de depósitos ya que los clientes tienen "bajas expectativas sobre la salud de los bancos" y una moneda digital centralizada podría protegerles del riesgo asociado a la quiebra de una entidad. "Dado que el banco central siempre puede hacer frente a sus deudas imprimiendo moneda, ésta se percibe como una inversión segura y no como una inversión de riesgo", apuntan los expertos del BCE.
Facebook prendió la llama
El anuncio de Facebook (ahora Meta) en 2019 sobre la intención de lanzar la moneda digital Libra fue percibido por autoridades y supervisores como una llamada de atención a intensificar los esfuerzos para lanzar sus propias monedas digitales con el objetivo de mantener la soberanía monetaria. La soberanía monetaria es la supremacía de la moneda nacional para cumplir las tres funciones del dinero en una economía: unidad de cuenta, medio de cambio y depósito de valor. Cuando una moneda extranjera desempeña un papel importante en al menos una de estas funciones, la soberanía monetaria se ve limitada. De momento, el grueso de bancos centrales trabajan para emitir su propia moneda digital, aunque solo las Bahamas, con el dólar de arena, y Nigeria, con las nairas electrónicas, lo han hecho. El BCE va con más lentitud y prevé lanzarlo en 2025.