lunes, 19 de septiembre de 2022

¿El fin de la edad dorada de Silicon Valley? Los despidos y la caída de las valoraciones hacen saltar las alarmas

Sede de Google en Silicon Valley, en California. Foto: Alamy


  • Las tecnológicas intentan hacer frente a la subida de tipos y la inflación



Los tambores de recesión suenan cada vez más cerca con la escasez de energía y la inflación haciendo mella en los hogares, las empresas y las economías de todo el mundo. Ni siquiera los gigantes tecnológicos se salvan de sus garras, lo que hace que muchos se pregunten si habrá llegado a su fin la época dorada de Silicon Valley.

La región, que engloba la zona al sur de San Francisco, lleva casi un siglo siendo un referente de la innovación, aunque fue con la llegada de los gigantes de las redes sociales -Facebook, LinkedIn, Whatsapp y Twitter, entre otros- en la década de los 2000 cuando alcanzó su máximo esplendor. En los años siguientes, la expansión de estas plataformas y los bajos tipos de interés propiciaron que éstas y otras compañías experimentaran un crecimiento casi constante, con unos ingresos astronómicos y unas perspectivas de futuro deslumbrantes. Durante ese tiempo, numerosas startups alcanzaron el estatus de unicornio -aquellas que superan los 1.000 millones de dólares de valoración-, otras tantas salieron a bolsa y se llevaron a cabo operaciones millonarias, como la compra de Tumblr por parte de Yahoo! por 1.100 millones de dólares.

Sin embargo, las cosas han cambiado tras el impulso experimentado a raíz de la pandemia. En los últimos meses, los gigantes tecnológicos se han visto obligados a abordar drásticas reducciones de plantilla, así como a congelar los sueldos y las nuevas contrataciones, para hacer frente a las subidas de tipos de interés y a la caída de sus valoraciones. Según Margaret O'Mara, profesora de la Universidad de Washington, a The Guardian, es "la vuelta a la normalidad después de una enorme carrera alcista durante la cual todo se ha sobredimensionado".

Cabe destacar que la energía y la escalada de precios no son las únicas responsables de la desaceleración que se ha instalado en Silicon Valley. A ello contribuyeron también el desplome de WeWork, que llegó a alcanzar una valoración estratosférica de 47.000 millones antes de que todo se viniera abajo en poco más de un mes, y el escándalo de Theranosla compañía valorada en más de 1.000 millones de dólares que resultó ser una estafa. Sin olvidar, las acusaciones contra Facebook por ocultar el impacto de Instagram en la salud mental de los adolescentes o el uso indebido de datos de sus usuarios por parte de la consultora Cambridge Analytica.

Otro factor determinante es el cambio de postura de los legisladores de EEUU respecto a estas empresas, su financiación y el poder que tienen sobre los ciudadanos. Entre estos últimos también ha aumentado la percepción de que los gigantes tecnológicos acumulan demasiada influencia en la economía. En 2018, el porcentaje apenas superaba el 50%, mientras que ahora se sitúa en el 68%.

A pesar de todo esto, hay quienes creen que es pronto para dar por muerto a Silicon Valley. Es el caso de Nicholas A. Bloom, profesor de economía de Stanford, quien considera que "sigue siendo increíblemente robusto". Además, ninguno de sus rivales "se acerque siquiera a su prominencia en la industria". Algo en lo que coincide O'Mara, señalando que es posible que su era dorada haya terminado, "pero es poco probable que sea su fin".