- El acuerdo establece una revisión de este límite cada dos meses
- Incluye una condición que garantice que se sitúa al menos un 5% por debajo del nivel medio del mercado
Tras largas negociaciones, la Unión Europea ha fijado, finalmente, este viernes un precio máximo para las exportaciones de petróleo de Rusia transportado por mar. Un límite de precios que se establecerá en los 60 dólares por barril, según han confirmado fuentes diplomáticas.
El acuerdo alcanzado a nivel comunitario contempla que se realice una revisión de ese tope de precio cada dos meses, con una salvaguarda que garantice que ese límite se sitúa al menos un 5% por debajo del nivel medio del mercado.
La cifra no ha dejado satisfechos a todos los Estados miembro ya que algunos abogaban por que este tope fuera más bajo para limitar los beneficios del Kremlin derivados de la comercialización de petróleo, considerando que, además, este precio supera el de los costes de producción de crudo de Rusia, que ronda los 20 dólares el barril. Por lo que los beneficios estimados de las exportaciones de crudo para Rusia todavía serían elevados.
La decisión, que se adoptará por procedimiento escrito esta misma noche y entrara en vigor tras la publicación en el Diario Oficial de la UE, abre el camino para una extensión de tal límite a los países del G7.
El diálogo ha estado divido entre los países de la UE sobre los umbrales de precios para el petróleo ruso. Los niveles propuestos para este tope podrían tener un impacto mínimo en la exportación de crudo de Moscú, según manifestaron las voces críticas en las últimas semanas.
Países como Lituania, Estonia o Polonia los defensores de que unos niveles de precios de entre 60 y 70 dólares el barril eran demasiado elevados. Mientras Grecia, Chipre o Malta han sostenido que la cifra es muy baja, ya que estos países cuentan con una importante industria de transporte marítimo que se vería afectada.
Y en todo este tira y afloja, Polonia ha tensado para que esta medida forme parte de un nuevo paquete de sanciones contra Rusia. Una propuesta también respaldada por los países bálticos. Al otro lado, Hungría que se ha opuesto a este tope al petróleo ruso porque considera que no contribuirá a rebajar el conflicto en Ucrania.
La medida, que debía contar con la unanimidad de todos los Estados miembros, ha sido discutida en una reunión a nivel de embajadores este viernes. Se trata de un acuerdo de los países del G7, entre los que se incluyen Estados Unidos y Australia, y cuyo punto de partida era un rango de precios de entre 40 y 60 dólares el barril.
Un cómputo en el que cabe tener en cuenta que los futuros del barril de Brent, la referencia para el mercado europeo, cotizan a unos 87 euros el barril, en torno a 81 euros en el caso de la referencia estadounidense, West Texas.
Los embajadores de la UE han negociado a contrarreloj con el foco puesto en la fecha límite del próximo lunes 5 de diciembre, cuando se harán efectivas las sanciones a la exportación marítima de crudo de Moscú que supone cerca del 80% de las ventas de petróleo de Rusia, frente a la comercialización vía oleoducto.
Con este límite de precios, los países del G7 tratan de dificultar al Kremlin la venta de crudo al resto del mundo y que pueda utilizar los beneficios para financiar la guerra contra Ucrania. Todo ello teniendo en cuenta que el grueso de las compañías de transporte marítimo y aseguradoras tienen su sede en países del G7.
Las implicaciones de este tope al precio del gas pasan por que las compañías de transporte marítimo o las aseguradoras no podrán operar con petróleo ruso que no se comercialice a un nivel inferior al que determina este tope.
Este límite a las exportaciones del petróleo ruso se complementa con el sexto paquete de sanciones de la Unión Europea adoptado en junio. Una tanda de sanciones que prohíbe las importaciones del petróleo ruso desde el próximo 5 de diciembre y la adquisición de productos refinados del petróleo de Moscú desde el 5 de febrero de 2023.
Este paquete, no obstante, fue resultado de largas negociaciones y fuertes tensiones entre los Estados miembro, lo que dio lugar a que contemple excepciones. Entre ellas la de Hungría, atendiendo a su dificultad para diversificar el suministro de Rusia, o para la República Checa y Eslovaquia.
Bulgaria y Croacia también esquivaron parcialmente las obligaciones de este sexto paquete de sanciones de tal manera que el de ellos, tendrá de margen hasta el 31 de diciembre de 2024 para seguir comprando petróleo a Rusia y el segundo podrá abastecerse de gasóleo de vacío ruso para su refinería hasta el 31 de diciembre de 2023.