jueves, 22 de junio de 2023

¿A dónde irán a parar todas las armas que se envían a Ucrania cuando acabe la guerra?



Un nuevo obús blindado 2000 se ve en la producción de Rheinmetall AG en Unterluess. 
(EFE/Hannibal Hanschke)



Los aliados de Ucrania han mandado una gran cantidad de armamento al frente. Existe el miedo de que cuando acabe la guerra esas armas acaben en las manos equivocadas




Uno de los aspectos más importantes de la guerra en Ucrania, pero que más tienden a pasarse por alto, es la inmensa transferencia de armas hacia el país invadido: miles, decenas de miles de millones de dólares en sistemas de artillería, tanques, helicópteros, vehículos blindados, rifles de asalto y rifles semiautomáticos, mirillas, munición, pistolas, armas antitanque y un descomunal etcétera. Una operación logística sin precedentes en la que no solo participan los gobiernos aliados, sino también armamentistas privadas y fundaciones de apoyo. La demanda es extraordinaria y entraña riesgos. Ahora las armas se usan para combatir a los rusos. Pero ¿qué sucederá cuando acabe la guerra? ¿Existen mecanismos para registrarlas? ¿Qué ha pasado con las bandas mafiosas que solían venderlas?

Según Fedir Sydoruk, coordinador de campo del Observatorio Ucraniano, parte de la oenegé suiza Global Initiative Against Transnational Organized Crime (GI-TOC), las viejas armas soviéticas llevan décadas en el mercado negro. El desafío es cómo controlar las armas occidentales que llegan en masa desde febrero del año pasado. De momento, se trata de una operación secreta por motivos evidentes, aunque el investigador especial del Departamento de Defensa estadounidense advirtió la semana pasada de que muchos de los envíos "no implementaban completamente los procedimientos estándar de contabilidad de productos de defensa". En ocasiones, los responsables de recibir el material en Polonia para luego mandarlo a Ucrania tenían que abrir las cajas y contar las armas, sin saber cuántas tenía que haber.

"El Ejército controla el proceso", dice Sydoruk. "Nosotros, como organización, no podemos acceder, pero tampoco lo estamos intentando. Hacemos otras cosas. Intentamos evaluar la situación siguiendo las ventas de armas en Ucrania y en los países vecinos, y miramos las tendencias. Ahora mismo, básicamente, se está armando a Ucrania. Así que no hay armas saliendo de Ucrania. Todo está entrando. El mercado de las armas en Ucrania es gigantesco. La demanda es tan alta que creo que es más lucrativo vender a Ucrania que, por ejemplo, a otros países europeos".

Aunque los números reales son esquivos, GI-TOC estima que, antes de la invasión rusa a gran escala, había en Ucrania entre siete y nueve millones de armas de fuego adquiridas legalmente, otros nueve millones de forma ilegal y un millón más en los estados títere rusos de Donetsk y Luhansk. Estos elevados números se explican, sobre todo, por la confluencia de dos factores: uno, la guerra del Donbás y la consiguiente demanda de armas. Y dos, como dice el informe de GI-TOC, "las relativamente laxas leyes de armas y las dificultades de controlar las armas".

El 24 de febrero de 2022, el mercado nacional de las armas recibió una inyección de esteroides en forma de casi 200.000 soldados rusos. Según el Sipri (siglas en inglés de Instituto de Investigación de la Paz Internacional de Estocolmo), en 2022 Ucrania se convirtió en el tercer importador de armas del mundo, solo por detrás de la India y Arabia Saudí. Los cuatro años anteriores había sido el décimo cuarto.

Hay varias razones por las que a Sydoruk y a otros a observadores les preocupa el porvenir, o las ramificaciones, de este boyante mercado armamentístico. "Primero, Ucrania es el único país de Europa que no tiene una ley que regule el uso y la propiedad de las armas. El único documento que las regula es una orden del Ministerio del Interior, que es básicamente la Policía. Y este documento presenta un área gris. Ucrania necesita adoptar una ley que regule el uso y la propiedad de las armas. Segundo, el proceso para comprar un arma también necesita ser regulado. Uno puede comprar en Ucrania un arma que se considere 'arma deportiva', pero que no lo es. Es un arma completamente automática. Un arma de fuego".

El paisaje futuro que evoca el analista, para entender las potenciales dimensiones del problema, es un paisaje común a todos los escenarios de posguerra en cualquier lugar del mundo. "Dado que buena parte del país estará destruido por los rusos, habrá un problema de empleo. Digamos que un soldado vuelve del frente y encuentra su casa destrozada, y no puede encontrar trabajo, y tiene síndrome de estrés postraumático. Y se ha traído una granada. ¿Qué hace? Probablemente, la venderá en el mercado negro, o a un vecino, o a cualquiera. Y la venderá barata, porque necesita el dinero y porque no tiene nada más. Y no solo una granada, sino armas más grandes y más poderosas. Existe el peligro de que suceda eso".

Los dispositivos más susceptibles de circular ilegalmente, como es esperable, son las armas pequeñas y también los drones: una novedad en el campo de batalla. "Miles de drones han estado inundando Ucrania", dice Sydoruk. "Tenemos a miles de operadores de dron cuyo conocimiento podría ser usado en el futuro. Hablamos de una pieza de maquinaria que puede ser adaptada para acarrear una granada o un proyectil. Imagínate que en España, por ejemplo, un mafioso utiliza un dispositivo así para matar a un competidor, y cosas por el estilo".

El pasado marzo, GI-TOC organizó una conferencia digital en la que participaron, además de Fedir Sydoruk, el experto en crimen organizado y cuestiones militares rusas, Mark Galeotti, y la periodista Anna Arutunyan, residente en Rusia hasta 2022 y veterana corresponsal de la guerra del Donbás. Los ponentes destacaron la "corrupción endémica" del Estado ucraniano en los últimos años, y cómo esa corrupción, más que desaparecer, se ha adaptado a las circunstancias excepcionales de la guerra total. Un cascarón duro de romper, por ejemplo, va a ser el de las fuerzas armadas: una comunidad de sangre respetada en todo el país, pero que, al mismo tiempo, ocultó casos de corrupción que afloran en estas investigaciones. Las mafias, según Sydoruk, tampoco se han evaporado. Pero sí han tenido que transformar su modus operandi, a veces de manera sorprendente.

"Los mafiosos siguen ahí. Algunos se están estableciendo en Europa", dice Sydoruk. "Es interesante que ya no cooperan con la mafia rusa. Ha habido una gran ruptura. Un detalle interesante es que algunas bandas criminales han adoptado una posición patriótica. Son proucranianas y algunas están luchando, en grupos, en el frente. Así que, cuando vuelvan, básicamente serán unidades militarizadas y equipadas, con sus comandantes, sus soldados, sus oficiales y probablemente sus armas, lo cual las convierte en un animal distinto para las fuerzas del orden. Estamos hablando de grupos más peligrosos, más sofisticados y más difíciles de manejar".

Otras bandas se estarían preparando, simplemente, para cuando las armas callen y se vuelvan ociosas. Pese a la prioridad de la lucha contra Rusia, Mark Galeotti asegura que ya hay algunas evidencias de "almacenamiento" de armas en Ucrania. En los puertos del sur, en Odesa y Mykolaiv, habría mafiosos pensando en el momento de hacer negocio: cuando llegue la paz. Tan ansiada y tan compleja.



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