El fotógrafo Chris Jordan pisó en 2009 por primera vez el atolón de Midway -unos pequeños islotes en medio del Océano Pacífico- para documentar el creciente problema de la basura en el mar.
Entonces no se imaginaba que su impactante foto del cadáver de una cría de albatros se volvería viral y cambiaría la respuesta del planeta a la crisis de los plásticos.
Después de tomar algunas instantáneas de desechos amontonados, Jordan buscó una forma más personal de mostrar las consecuencias del consumismo.
Al escuchar que había una isla situada 2.100 km al noroeste de Honolulu en la que se hallaban miles de pájaros muertos con el estómago lleno de artículos de plástico como tapones y cepillos de dientes, "inmediatamente sentí esta magnética atracción para ir allí", confiesa.
Estaba decidido a encontrar una manera de fotografiar las aves "que reflejara la profundidad de esta tragedia ambiental".
Final de Recomendamos
Más profundidad
Jordan no fue el primer fotógrafo en capturar el impacto de la crisis de los plásticos en la población de albatros de Midway.
La primera imagen conocida la tomaron investigadores estadounidenses en 1966 y fue publicada en 1969, afirma Wayne Sentman, biólogo y presidente de la junta de la organización Amigos del Atolón de Midway.
Se cree que la ingestión de plástico afecta gravemente a los polluelos de albatros porque esos fragmentos pueden perforar la pared intestinal o causar deshidratación, mientras los metales pesados y otros químicos se pueden filtrar en concentraciones letales para estas aves, explica Sentman.
Jordan, que había visto fotos anteriores tomadas en Midway, intentó darles a sus propias instantáneas una dimensión más emocional. El fotógrafo compara la composición de imágenes de estos pájaros muertos con "un ritual de duelo".
"Cuando colocamos objetos sagrados en un altar lo hacemos de forma natural, con simetría y equilibrio, y podemos pasar mucho tiempo haciéndolo hasta que todo se mantiene unido", explica Jordan.
Eligió usar un difusor de luz para crear un brillo más suave "que contribuye a la sensación de una fotografía un poco más profunda".
Unas imágenes virales
Cuando Jordan regresó a Seattle, creyó que había completado este proyecto: "Me despedí de las islas y me fui a casa; luego procesé las imágenes y las subí".
No esperaba que sus fotografías se volvieran virales -aún no había llegado el auge de las redes sociales- pero rápidamente comenzaron a aparecer en revistas y periódicos de todo el mundo.
"Aparecía en todas partes al mismo tiempo", recuerda. Decenas de miles de correos electrónicos se acumulaban en su bandeja de entrada y tuvo que contratar a un asistente a tiempo completo solo para contestarlos todos.
"Muchas personas respondían traumatizadas", recuerda Jordan. "La gente quería ir a Midway y salvar a los albatros, pero el plástico no es algo de esas islas. Es un problema sistémico".
Un reciente informe de WWF proyecta que la producción de plástico se duplicará con creces para 2040 y, como resultado, los desechos de este material en el océano se cuadruplicarán para 2050.
Jenna Jambeck, ingeniera ambiental de la Universidad de Georgia y experta mundial en contaminación plástica, calculó que en 2010 llegaron al océano desde fuentes terrestres 8 millones de toneladas de desechos plásticos, equivalente al peso de unos 650.000 autobuses de dos pisos.
Documentales
Jordan decidió regresar a Midway. En julio de 2010 se encontró con una "cacofonía" de millones de albatros bailando, cantando y saludándose. Quedó cautivado.
"La cantidad de pájaros es increíble. Inmediatamente, comenzó a presentarse el otro lado de la historia y el tema se convirtió en el nombre de la isla: la mitad del camino entre el horror y la belleza; entre el infierno de ver nuestros plásticos aparecer de esta manera visceralmente horrible dentro de los estómagos de estos pajaritos y el paraíso de esta isla tropical que está siendo cuidada y protegida con amor como un santuario marino cubierto por millones de estos seres que no temen a los humanos", expone Jordan, que visitó Midway ocho veces en total.
También pasó cuatro años trabajando en su documental "Albatross", estrenado en 2018, solo un año después de que otras dos importantes películas destacaran los impactos de la contaminación en la vida silvestre marina: la serie de la BBC de David Attenborough "Blue Planet 2" y la galardonada producción de Netflix "A Plastic Ocean" de la cineasta Jo Ruxton.
Ruxton, fundadora de la organización benéfica de conservación marina Ocean Generation, incluyó en su película una secuencia sobre el plástico que amenaza a los albatros de Midway.
"Lo que hace que las fotos de Jordan causen impacto es que la gente reconoce objetos que sin duda ha tirado alguna vez", alega. "Puedes ver pequeños fragmentos de plástico en cosas tan pequeñas como mejillones, ostras e incluso zooplancton, pero lo que nos hace identificarnos es ver cosas que realmente usamos, que han pasado por nuestras manos".
Ruxton sostiene un gran frasco de vidrio con coloridos objetos de plástico cotidianos (un cartucho de impresora, una pelota de golf, un cepillo de dientes y cuatro encendedores) que provienen del estómago de un albatros. "Eso ha cambiado los corazones y las mentes de las personas en las charlas que doy", asegura Ruxton. "Entender el océano debería estar en nuestro ADN".
Jordan sostiene que la fotografía contribuyó a crear conciencia sobre la contaminación plástica. "Hubo una gran cantidad de activismo oceánico que apareció en todo el mundo al mismo tiempo: organizaciones sin fines de lucro que limpiaban playas y defendían regulaciones sobre plásticos, educación en las escuelas o legislaciones sobre la toxicidad. Ha sido increíble verlo".
Impacto en las leyes
En mayo de 2023, científicos del Museo de Historia Natural de Londres identificaron una nueva enfermedad en las aves marinas causada por la ingestión de plástico: la plasticosis daña los tractos digestivos de las aves marinas y les deja cicatrices. En casos severos esto conduce a infecciones y parásitos, al tiempo que restringe su capacidad para digerir de manera efectiva los alimentos.
"No hay duda de que las cosas están mejorando; antes había muy poca legislación", afirma Ruxton. En los últimos años han entrado en vigor en varios países todo tipo de prohibiciones, desde microesferas de plástico en la pasta de dientes hasta bastoncillos de algodón y bolsas de la compra.
Esta semana continuaron las negociaciones entre 175 naciones para desarrollar un Tratado Global de Plásticos que sea legalmente vinculante en 2024. Este nuevo acuerdo internacional anunciará un enfoque mucho más coordinado e integral para reducir la contaminación plástica global al tomar medidas como gravar el plástico virgen o prohibir todos los plásticos innecesarios de un solo uso. Los países acordaron crear un primer borrador del tratado para noviembre de 2023.
Pero, cuando se trata de encontrar soluciones, Jordan todavía siente que falta algo. Cree que abordar con éxito el problema de la contaminación plástica pasa por reconstruir una relación sólida con la naturaleza.
"Millones de personas están despertando, pero sorprende que la gran mayoría de las personas que están en el poder en nuestro mundo, presidentes y jefes de empresas y grandes instituciones, sean los más desconectados".
"Cada vez que veía morir pájaros o los veía ya muertos, se me caían las lágrimas. El dolor era increíblemente intenso hasta que finalmente un día me di cuenta de que la razón por la que lo siento tanto es porque los amo", dice Jordan.
"Eso es el duelo: una experiencia directa de amor por algo que estamos perdiendo o por algo que está sufriendo. Me sentí liberado al sentirlo por completo. Es una puerta", afirma Jordan.
Para el fotógrafo, conectar con la naturaleza y apreciar de forma orgánica el mundo que nos rodea, en lugar de esperar a que las cosas mejoren algún día, es lo que realmente impulsa un cambio positivo.
- Anna Turns
- BBC Future