sábado, 3 de junio de 2023

Rusia oculta lo que está haciendo con el petróleo y pone al mercado en alerta de cara al verano

 



  • El verano será clave para determinar qué ocurre con el precio del petróleo


Rusia ha dejado de publicar datos oficiales sobre producción y envíos de petróleo, al menos, hasta abril de 2024. De la noche a la mañana, el mercado ha dejado de recibir información del segundo mayor productor de crudo del mundo. Rusia supone alrededor del 10% de la producción mundial de crudo. Ahora, los analistas y los gobiernos (controlan las reservas estratégicas de crudo) tienen que usar la imaginación con los datos que obtienen a través de los satélites para descifrar qué está haciendo Moscú con el petróleo y cuáles son sus planes.

Aunque las intenciones de Vladimir Putin y sus colaboradores son inescrutables, algunos analistas creen que Moscú podría estar jugando al despiste con su producción de crudo, y si su estrategia funciona, el mercado de petróleo y los consumidores podrían llevarse un susto con los precios del crudo este mismo verano, según advierten los economistas de UBS.

Julio y agosto serán meses clave para el consumo. Si el petróleo ruso deja de fluir, el precio podría subir con fuerza. El descenso de ventas al exterior quedaría compensado por una recuperación de los ingresos por barril a la par que Moscú echa una mano a sus socios de la OPEP (Riad cumpliría su amenaza sobre los bajistas). Occidente y sus consumidores serían los grandes damnificados al pagar un mayor precio por el combustible en plena épica de vacaciones.

Hace escasos días, el príncipe saudí Abdulaziz bin Salman lanzó una advertencia a los especuladores que apuestan a una caída del petróleo: "Sigo aconsejándoles que tengan cuidado", advirtió el que también es ministro de Energía de Arabia Saudí, en el Foro Económico de Qatar en Doha. "No tengo que mostrarles mis cartas y no soy un jugador de póquer. Pero yo les diría: 'Cuidado'". ¿Sabe algo bin Salman que el mercado desconoce?

La relación cada vez más estrecha en Rusia y Arabia Saudí parecía haberse encontrado con un escollo en las últimas semanas. Mientras que Moscú parece abogar por no hacer nada ante la reciente caída del petróleo en los mercados, Riad apuesta por recrudecer los recortes de producción en un intento por sostener el precio del crudo a través de una menor oferta. Sin embargo, no sería la primera vez que ambos países fingen un desencuentro para confundir al mercado y provocar más tarde un impacto mayor en los precios del crudo.

Los economistas de UBS Giovanni Staunovo y Dominic Schnider han publicado una nota en la que siembran la duda sobre los movimientos que está realizando Rusia en el mercado de petróleo. Hasta la fecha, Moscú parece no haber cumplido con su recorte de producción de crudo. Rusia está enviando petróleo en grandes cantidades a través del mar, guiando a sus exportaciones hasta máximos no vistos desde antes del ataque a Ucrania. Todo ello lo está logrando a través de ingeniosas estrategias para esquivar las sanciones impuestas por Occidente.

"Dado que Rusia ya no publica datos relacionados con el petróleo, los participantes del mercado han cambiado a otra métrica para medir el recorte de producción: las exportaciones de crudo a través de buques petroleros. Las exportaciones rusas de crudo transportado por agua se han mantenido elevadas en los últimos meses, lo que ha llevado a algunos participantes del mercado a creer que esto es el resultado de que Rusia no recortó su producción como prometió", escriben los expertos de UBS.

Algunos analistas creen que la caída del 18% (de máximos anuales a los niveles de hoy) del petróleo guarda cierta relación con este desconcertante movimiento de Rusia. El barril de Brent lucha por no perder los 70 dólares. Sin embargo, que Rusia esté exportando mucho petróleo no quiere decir que no haya recortado su producción interna, aseguran desde UBS.

Rusia podría estar 'tirando' de sus inventarios y reduciendo su consumo doméstico para exportar más petróleo. Esto un riesgo notable para el mercado, puesto que a medida que los inventarios rusos se vayan agotando -o si la demanda interna de crudo se recupera-, Moscú tendrá que reducir sus exportaciones de petróleo y derivados, generando un problema de oferta que puede coincidir con el verano (cuando todo el hemisferio norte usa su coche y aviones para ir de vacaciones). Todo ello coincidiría con unos inventarios globales -el petróleo acumulado en tanques a nivel global- llevan dos años de constantes caídas.

Satélites para el petróleo

"Varias empresas están usando satélites para rastrear el movimiento de los camiones cisterna a diario, es una herramienta buena pero imperfecta. Los cambios en las exportaciones a través de oleoductos, la demanda interna de petróleo, la utilización de refinerías y las exportaciones de productos refinados, y los cambios en los inventarios podrían explicar el desajuste entre lo que Rusia afirma haber recortado y las resistentes exportaciones de crudo transportado por agua", añaden Staunovo y Schnider.

El petróleo ruso sobre el mar aumenta

"Creemos que una explicación del desajuste es la menor demanda interna de petróleo y la caída de los inventarios nacionales de petróleo. Si la caída de los inventarios son finalmente el motor de este desajuste, en algún momento, las exportaciones de productos crudos y refinados deberían comenzar a estabilizarse", advierte la nota de UBS.

Con todos estos datos y escenarios en juego resulta casi imposible realizar una previsión certera sobre el futuro precio del petróleo. Incluso cuando los fundamentales del mercado (oferta y demanda) son claros, las previsiones pueden fallar. Aún así, desde UBS "reiteramos nuestras recomendaciones. Con varios países miembros de la OPEP+ retirando voluntariamente barriles del mercado, y en medio de la creciente demanda que se espera durante el verano en el hemisferio norte, esperamos que se materialice una mayor caída de los inventarios que respalden los precios".

Jeffrey Currie y su equipo en Goldman Sanchs han publicado también una nota en la que muestran su sorpresa por la caída del petróleo en medio de un descenso de los inventarios sin precedentes. Normalmente, cuando los inventarios (petróleo acumulado ya extraído) se reducen es porque la demanda supera a la oferta de crudo en tiempo real, lo que fuerza a tirar de esas reservas. A medida que los inventarios van cayendo, el precio del crudo debería mostrar una tendencia alcista, algo que no está sucediendo. El enigma de Rusia y el miedo a una recesión podrían estar detrás de este sentimiento bajista.

"Aunque es tentador culpar a los mercados de futuros de la gran venta masiva de petróleo, la venta física es casi igual de grande. Los alcistas, como nosotros, encontramos consuelo en el hecho de que la demanda de uso final en todo el complejo de productos básicos no ha mostrado signos de recesión y la inversión en la oferta sigue siendo esquiva... Sin embargo, los precios siguen moviéndose en contra de nuestras previsiones", admiten los expertos de Goldman Sachs.

Estos expertos creen que, en ausencia de una recesión, el precio del petróleo y otras materias primas debería subir. Es más, en este momento, el precio del crudo está infravalorado en unos 15 dólares por barril, según las estimaciones de Goldman Sachs. El verano será también la fecha clave, los meses en los que la amenaza de Arabia Saudí contra los bajistas podría hacerse realidad. Las exportaciones de Rusia podrían reducirse, mientras que la demanda suele aumente en los meses de julio y agosto con unos inventarios ya a la baja.

Viktor Katona, analista principal de crudo en Kpler, aseguraba hace unas semanas que "julio y agosto podrían ser los meses más ajustados de 2023 para el crudo, con una demanda que supera la oferta en unos 2 millones de barriles diarios".

"La reserva de petróleo estratégica de Francia, China y EEUU ha caído en unos 250 millones de barriles, y el reciente colapso de los fletes y la tan esperada disminución del petróleo flotante iraní es indicativo de que los gobiernos occidentales adoptan un enfoque menos perspicaz para sancionar el suministro de materias primas de Rusia, donde el suministro ha sorprendido al alza", sentencian los economistas de Goldman Sachs.

Este verano llega la prueba de fuego para los productores y los alcistas en el petróleo. El consenso del mercado apuntaba a que 2023 iba a ser un año de déficit de oferta de crudo y de precios al alza. Por ahora ha sido todo lo contrario. Si el verano no revierte esta situación, Arabia Saudí y la OPEP lo tendrán muy complicado para cumplir con su amenaza, mientras que los bajistas estarán más cerca de la victoria.