sábado, 16 de marzo de 2024

Así nació el cajero automático: el invento que se creó gracias al chocolate y que hoy peligra por la era sin efectivo

 



  • 'Cashless' amenaza la vieja forma de hacer transacciones domésticas
  • John Shepherd-Barron inventó los cajeros automáticos y la clave PIN



Ya sea por Bizum, transferencias instantáneas, PayPal o la tecnología NFC, el mundo está apostando hacia una era sin efectivo. Un hito digital, y económico, que provocaría el adiós definitivo de los cajeros automáticos que han acompañado a millones de personas en sus transacciones diarias desde hace 60 años. A modo de homenaje, y antes de que empiecen a desaparecer como los teléfonos públicos, traemos su historia, que nace en Escocia, anecdóticamente, por el chocolate.

Varios países aspiran a convertirse en sociedades sin efectivo para 2030. Noruega, China y Australia, por ejemplo, ya apuntan a ese propósito. En Europa, el BCE plantea la idea de una divisa o el euro digital que augura las nuevas formas en que haremos transacciones en el comercio en el futuro. Un panorama tecnológico que genera un sentimiento entre los comerciantes españoles que "no es mayoritariamente positivo" debido al "desconocimiento" sobre estos desarrollos, según evidencian los resultados de un informe realizado por Prosegur Cash.



Aunque los cajeros automáticos siguen con vida, el móvil gana vez toma un mayor protagonismo y pareciera que con su indispensable funcionalidad hará que desaparezca el dinero en efectivo, las tarjetas físicas de débito o crédito, y detrás los cajeros automáticos.

Y es que, con el surgimiento de tecnologías como la comunicación por campo cercano (NFC), que llegan de la mano del fenómeno 'Cashless' (sin efectivo) se está gestando una revolución en la forma en la que hacemos las transacciones domésticas.

Los cajeros automáticos forman parte del imaginario colectivo de cualquier ciudad. Tal como lo fue en su momento los teléfonos públicos, los también conocidos por la sigla en inglés de ATM (Automated Teller Machine) han estado presentes en millones de rincones en el mundo salvando la urgente necesidad de obtener efectivo o, ya en el último tiempo, para incluso hacer pagos y otros trámites.

Muchas veces se habrán tragado las tarjetas de los usuarios, causando el odio inmediato por su existencia, o habrán dejado de funcionar por temas técnicos o por intentos de robo. Sin embargo, el hecho de que tras 60 años sigan activos, nos da una referencia de su éxito e importante utilidad para los clientes de los bancos. Pero como lo hizo el móvil con los teléfonos públicos, el destino de los cajeros parece ser el mismo.

El chocolate en el nacimiento del cajero automático

Para conocer el fenómeno de los cajeros, toca remontarnos a 1965, a Londres, y dimensionar la experiencia que tuvo el escocés John Shepherd-Barron con su banco.

Este hombre vivía en el campo, y viajó durante varias horas hasta la capital británica para cambiar un cheque en la filial de su banco, pero se encontró con que ya había cerrado, tras llegar un minuto tarde.

Por culpa de ese contratiempo, el escocés empezó a pensar en cómo podía tener acceso a su dinero a cualquier hora, así tuvo un momento 'eureka' para no tener que vivir un episodio similar.

De esta manera, pensó en las máquinas dispensadoras de chocolates. Y lo mismo quiso que ocurra con el dinero en efectivo a cambio de un cheque autenticidad. Según relató el propio Shepherd-Barron a la BBC "se me ocurrió la idea de crear una máquina que entregara efectivo en lugar de chocolates".

Homenaje al primer cajero
Barclays instaló un cajero dorado en el lugar en el que estuvo el primero, como homenaje.

Ese mismo año, le llevó su invento a un directivo del Banco Barclays. Sin tanto preludio, le aprobaron el proyecto y le encargaron el desarrollo de esta creación. De esta forma, el 1 de junio de 1967 comenzó a funcionar en Enfield, un pueblo cercano a Londres, el primer cajero automático, creado por Sheperd-Barron y comercializado por la firma británica De La Rue.

Para activarlo, se utilizaba un cheque impregnado de una sustancia ligeramente radioactiva, el carbono 14, que era detectado por la máquina. La validación se efectuaba con un número de 4 dígitos y el monto máximo de dinero que se podía entregar era de 10 libras esterlinas.

El origen de la clave PIN

Para ingresar a esta máquina se requería un número o lo que se conoce actualmente como la "clave". A propósito de la idea de crear una contraseña de seguridad y para determinar la cantidad de dígitos que necesitaba el cajero automático, Sheperd-Barron le consultó a su esposa.

"Estábamos en la mesa de la cocina y le pregunté a Caroline el número máximo de dígitos que podía recordar. Ella respondió cuatro", relató al medio el creador de los cajeros. Así es cómo nació el PIN (Personal Identification Number) o clave personal de 4 dígitosque se ha convertido en un estándar mundial.

Desde ese primer cajero automático en Enfield, el invento del escocés ha evolucionado en todos los aspectos. Ya sea en seguridad con videocámaras integradas; para el acceso, ya ni siquiera se requiere una tarjeta física, existe el 'contactless'; y en funcionalidad, se pueden realizar depósitos, transferencias y pago de cuentas. Incluso, han surgido cajeros automáticos de bitcoin.

Cajeros a nivel global y la lucha por la inclusión financiera

En cuanto a cifras, los cajeros automáticos se han extendido por todo el mundo. Con datos de 2017, la red de ATM contaba con más de 3 millones terminales, la cual se extendía desde la estación antártica de McMurdo, en el sur, hasta el pueblo de Longyearbven, en Noruega, en el norte. Según el Banco Mundial, el país que más cajeros automáticos tenía por ese entonces era Brasil, con unos 160.000 seguido de Japón con casi 105.000.

El último estudio de Global ATM Market and Forecasts to 2026, realizado por el Retail Banking Research (RBR), de 2022 revela la constante de que el número total de cajeros automáticos ha disminuido ligeramente en todo el mundo. Sin embargo, a los pocos que quedan se suman nuevos terminales con una alta sofisticación que brindan una alternativa real a la apertura de sucursales en áreas no bancarizadas, con despoblación y en grave riesgo de exclusión financiera.

Este informe explica que la citada caída corresponde en gran parte a que China ha eliminado 50.000 máquinas, más de la mitad de las retiradas en todo el mundo. Mientras que, en el caso contrario, se encuentra Egipto, que ha incrementado un 12% el despliegue de cajeros automáticos en su territorio desde 2019. Según el documento, esto se debe a una campaña del Banco Central de Egipto, que promovió los cajeros automáticos como una forma de mantener los servicios bancarios y extenderlos a las personas no bancarizadas.

Desde RBR, Rowan Berridg asegura que "se prevé un crecimiento en varios mercados que vieron disminuciones en 2020, con la demanda de efectivo y los impulsos hacia una mejor inclusión financiera que continúen alentando el despliegue de cajeros automáticos. Por eso, se pronostica un incremento de terminales en África y Oriente Medio, América Latina, Europa Central y Oriental y Asia-Pacífico".

En la actualidad, en nuestro país, según los datos del Banco de España, a cierre del tercer trimestre de 2023 había 43.620 terminales, lo que supone un 3,68% menos que en el mismo periodo del año anterior. Unas cifras que dan una aproximación de su eventual desaparición, debido a la intención de los bancos de que los clientes dejen de utilizar en la medida de lo posible los cajeros y operen únicamente por internet, una práctica que ha crecido exponencialmente después de las restricciones y limitaciones de movilidad que llegaron con la pandemia ocasionada por el Covid-19. Sin embargo, como en las regiones antes señaladas, aún se siguen usando en la lucha por la "inclusividad" hacia las personas mayores o de entornos rurales.


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