Vladimir Putin visita el nuevo submarino de ataque nuclear Krasnoyarsk.
(EFE/Sputnik/Kirill Iodas)
Según los datos confidenciales obtenidos por el Financial Times, el umbral por el que Rusia lanzaría un ataque nuclear contra EEUU, China u otro país, es mucho más bajo de lo que pensábamos
Nuevos documentos secretos del gobierno ruso traen un oscuro futuro para la civilización. Según la información de esta filtración, la nueva doctrina impuesta por Vladimir Putin establece un umbral extremadamente bajo para el uso de armas nucleares tácticas, notablemente menor de lo que los analistas imaginaban.
Los documentos, obtenidos en exclusiva por el Financial Times, también muestran posibles escenarios de guerra con China planeados por las autoridades militares rusas. El gobierno de Putin parece extremadamente cauteloso, según esta documentación, y teme que el enorme poder militar de Pekín lleve a los chinos a invadir territorio asiático que históricamente ha estado en disputa aunque Moscú crea que es suyo.
No les falta razón aunque ahora sean “amigos y aliados”, como le gusta recalcar a sus gobernantes. No sería la primera vez que China y Rusia rompen una nueva alianza para entrar en guerra directa a los pocos años.
La doctrina nuclear rusa
Históricamente, Rusia ha adaptado su doctrina militar para reflejar la evolución de los desafíos percibidos en su seguridad nacional. Las doctrinas del año 2000, revisada en 2014 y nuevamente en 2020, muestran un gran cambio de la postura rusa sobre el uso de sus armas atómicas. La doctrina de 2020, por ejemplo, especifica cuatro condiciones para una respuesta nuclear: detección de misiles balísticos dirigidos a Rusia o sus aliados, uso de armas nucleares u otras armas de destrucción masiva contra Rusia y sus aliados, ataques críticos contra el estado y su infraestructura militar, y situaciones que amenazan la existencia del estado ruso.
Pero los documentos filtrados sugieren ahora que el umbral de Rusia para el uso de armas nucleares tácticas es más bajo de lo que se entendía anteriormente. Describen una variedad de escenarios en los que se podrían desplegar armas nucleares, incluidas batallas pérdidas durante incursiones militares convencionales en naciones enemigas.
Esto indica una disposición preocupante para usar armas nucleares en situaciones en las que respuestas militares tradicionales serían suficientes pero que, ante el desastroso estado del Ejército ruso, resultan ahora imposibles.
La estrategia —llamada de "escalada a desescalada"— indica que Rusia está dispuesta a utilizar un ataque nuclear limitado para evitar un conflicto más grande. Esto marca un cambio significativo en el pensamiento militar ruso. Si Rusia considera sus armas nucleares tácticas como una opción viable para la resolución de conflictos normales en una gama más amplia de circunstancias que las reconocidas públicamente, todos tenemos un gran problema.
El 'amigo' chino
Y con todos no sólo incluyo a occidente. Las implicaciones de estas revelaciones son significativas para las relaciones internacionales de Rusia, particularmente con Estados Unidos, la OTAN y la propia China, que puede ver cómo el gobierno de Putin tiene preparados varios escenarios para atacarlos nuclearmente ante cualquier paso en falso en sus fronteras.
Estos documentos muestran preocupaciones de seguridad de Rusia y su percepción de las alianzas y rivalidades militares, pero no sólo tienen un efecto ante posibles futuros conflictos. Pueden influir en las estrategias diplomáticas y militares de China y EEUU, afectando los esfuerzos mundiales de no proliferación nuclear y el mantenimiento de la paz y la seguridad internacional.
Los documentos filtrados también muestran que Rusia ya sólo tiene sus capacidades nucleares, cibernéticas y espaciales para compensar sus deficientes fuerzas militares convencionales. De ahí el papel de las armas nucleares tácticas y la disminución radical del umbral de condiciones en las que podrían utilizarse.