- Tesla fue la última compañía en encandilar a los inversores
- Desde los máximos de 2021 se deja más del 50% en bolsa
- Los ratios del fabricante de chips son todavía razonables
La historia de Nvidia de encandilamiento del mercado no es nueva, ni tampoco antigua. Cualquiera con memoria bursátil recuerda la 'Teslamanía' que se desató con el fabricante de vehículos eléctricos en 2017. En esos momentos, los inversores descontaban que los coches eléctricos terminarían conquistando el mundo y Tesla iba a convertirse en el líder del mercado.
Siete años después, la compañía fundada por Elon Musk es un gran jugador en el sector del automóvil, pero ni el coche eléctrico es los modelo dominante, ni Tesla es el principal fabricante de coches. Pero el mercado siempre busca la próxima Apple con una enorme capacidad disruptiva para cambiar el mundo y que sea líder del sector.
Las lecciones de Tesla para Nvidia son claras. Los sueños de una transformación tecnológica pueden terminar rotos o, por lo menos, quedar lejos de las elevadas expectativas que crea el mercado. Por ejemplo, las acciones de Tesla han bajado más del 50% desde su máximo de 2021, y otras acciones de vehículos eléctricos que subieron con ella son unas sombras de lo que fueron.
"Hemos visto una y otra vez que cuando los inversores se enamoran de la idea de la innovación tecnológica del momento, la lógica pasa a un segundo plano", comenta Adam Sarhan, fundador y director ejecutivo de 50 Park Investments, a Bloomberg. "Y cuando la emoción se apodera de ti, el cielo es el límite". Las acciones de Nvidia han sumado un 66% este año después de triplicarse con creces en 2023.
Ni Jen-Hsun Huang es Elon Musk. Musk es una hipérbole en sí mismo y sus vehículos no dejan de ser artículos de consumo. Nvidia fabrica los componentes del futuro, entendido como futuro la Inteligencia Artificial (IA) que terminará en todos los sitios y sectores. Cuando Tesla superó los 1,2 billones de dólares, la tesis de inversión que se imponía era que la compañía iba a dominar el mercado.
El ascenso de Nvidia viene respaldado por esa premisa de que es líder del mercado de procesadores y chips para IA. La industria de los coches eléctricos atraviesa una ola de realidad. La demanda de vehículos eléctricos se está desacelerando, ya que la ola de primeros entusiastas ya ha comprado, y los consumidores más conscientes de los precios y reacios al cambio están tardando más de lo esperado en convertirse a una nueva tecnología.
El beso de la muerte de la tecnología
"En el mundo de la tecnología, la caída de la demanda es el beso de la muerte", indica Sameer Bhasin, director de Value Point Capital. Para Nvidia, ahora mismo está en el inicio del ciclo de exageración. La compañía, con sede en Santa Clara, California, ha entregado resultados extraordinarios durante cuatro trimestres consecutivos, impulsados por lo que parece ser una demanda insaciable de sus chips utilizados para entrenar grandes modelos de lenguaje que impulsan aplicaciones de IA como ChatGPT de OpenAI.
Hablar del uso generalizado de la IA en todas las industrias y empresas trae a la mente el entusiasmo en torno a internet y los años previos a la burbuja de las puntocom. Pero hay una gran diferencia con esa época, las nuevas empresas de internet se hundían en números rojos y quemaban dinero, mientras Nvidia nada en beneficios.
Esos grandes beneficios y ventas, junto con la capacidad de la empresa para superar continuamente las estimaciones, han ayudado a mantener a raya las métricas de valoración. Nvidia tiene la relación precio-ventas más alta en el S&P 500 con 18 veces. Pero, además, el PER, la relación de precio con los beneficios, también dice que la acción no está demasiada cara con las expectativas de ganancias anunciadas. La compañía bajará de un PER 71 a 34 veces. Para S&P 500, el PER previsto para 2024 se sitúa en 21 veces.
La lectura del mercado es que Nvidia termine en el centro del desarrollo de la IA. "Si realmente confías en la compañía, tienes que visualizar un futuro dentro de diez años en el que la IA esté integrada en muchos lugares, y necesites sistemas masivos que ejecuten chips que solo pueden ser entregados por Nvidia", remarca Bhasi de Value Point Capital.
La duda razonable es si los inversores ya están pagando por un crecimiento futuro que puede que nunca llegue. No dudar del poder disruptivo de la IA o el coche eléctrico. Cisco Systems fue una de las favoritas del mercado durante las puntocom y hoy es una buena empresa pero los inversores no han recuperado su dinero si entraron justo antes del pinchazo de las puntocom.
"La burbuja existe porque la idea subyacente es real", apunta Cole Wilcox, CEO y gerente de cartera de Longboard Asset Management. "Si la ola IA se convierte en realidad, pero no significa que todas estas empresas vayan a resultar ser buenas inversiones".