- Los inventarios de cobre son inusualmente altos para el momento del año
- Pekín puede usar el cobre como un 'as en la manga' para negociar con Occidente
- El cobre es un metal clave para la transición verde que buscan Europa y EEUU
Los indicios de que China está acaparando cobre como si preparase "algo grande" parecen ir a más. Mientras los precios del metal rojo han seguido experimentando un notable rally en los parqués occidentales ante los temores de escasez ante una era dominada por la transición energética (espectro donde abunda el uso de este metal), el 'gigante' chino ha seguido aumentando sus inventarios en una época del año en la que estos suelen menguar. La persistencia de esta dinámica ha alimentado las especulaciones y una de las teorías que ha cobrado fuerza es que Pekín está embarcada en una estrategia de acumular este esencial material como as en la manga para la venidera 'era verde' y poder así ampliar su dominio en las cadenas de suministro mundiales. Todo un 'golpe de Estado' que redoblará las preocupaciones en Occidente.
Una expresión similar usa el analista de mercados Andreas Steno Larsen, antiguo estratega de Nordea. En uno de sus últimos informes para clientes, el experto habla de una "toma de poder" en las cadenas de suministro globales para explicar estos movimientos de China con el cobre. "Nuestros gráficos sobre los niveles de existencias de cobre en China han circulado en las últimas semanas y hemos atribuido principalmente el aumento de los niveles de existencias a un plan de compra estratégica por parte de las autoridades", plantea.
Los inventarios (el stock total) registrado en la Bolsa de Futuros de Shanghai (ShFE) ascendía a 291.020 toneladas métricas a finales de la semana iniciada el 13 de mayo, en comparación con las existencias de la Bolsa de Londres (LME) de 105.900 toneladas y las existencias de la Bolsa Mercantil de Chicago (CME) de solo 18.244 toneladas, según datos publicados por Reuters. No obstante, en toda China, los inventarios han llegado a superar las 500.000 toneladas métricas de media en semanas recientes, lo que ha hecho saltar todas las alarmas del mercado, ya que, estacionalmente, la media habitual en esta altura del año ronda las 300.000. Todo ello está provocando cierto desasosiego en el mercado y generando incertidumbre con los precios.
Son tras las hipótesis que dibuja Steno Larson sobre este acaparamiento. La primera de ellas, escribe el analista nórdico, es la de acumular cobre antes de una eventual devaluación del yuan, decisión que facilitaría las exportaciones chinas y encarecería las importaciones. El horizonte de una nueva devaluación de la divisa, como ya ocurriera en 2015 o 2019, es barajado por numerosos analistas ante la perspectiva de recrudecimiento de la guerra comercial con Occidente, especialmente con EEUU.
Un yuan más débil significa que una cantidad sustancial de los bienes y servicios que exporta china son más baratos y pueden abaratarse aún más, lo que aumenta la competitividad de los productos manufacturados en sus fábricas. Si EEUU los encarece con impuestos en la frontera, con esta medida China los abarata. "Una devaluación podría incentivar la demanda externa y, de manera indirecta, también la producción interna", explica Pedro del Pozo, director de inversiones financieras de Mutualidad.
La segunda hipótesis que traza Steno Larsen es la de una importante revisión de la red eléctrica que justificase esta acumulación de cobre. La tercera es la citada 'toma de poder' global en las cadenas de suministro de vehículos eléctricos, turbinas eólicas y paneles solares, ya muy dominadas por el gigante asiático. "Una combinación de las hipótesis primera (yuan) y tercera (cadenas de suministro) parece ahora lo más probable", señala el analista.
"Hemos leído muchas malas interpretaciones de por qué China está acumulando reservas de cobre, pero muchos parecen ignorar la razón más obvia. China está construyendo una capacidad masiva dentro de la tecnología verde y especialmente los mercados europeos se verán inundados con paneles solares chinos subvencionados, vehículos eléctricos y turbinas eólicas hasta 2024/2025, ya que China ha asegurado brillantemente una fuerte cadena de suministro, lo que hace que sea difícil para las empresas europeas competir", elucidaba ya el analista hace unas cuantas semanas, cuando los inventarios de cobre permanecían en elevados niveles en vez de caer.
Ahora, los datos tienen que confirmar esta tesis. Las próximas semanas serán absolutamente vitales para los mercados del cobre, amplía Steno Larsen, ya que el cobre Yangshan -un indicador muy seguido del apetito de China por importar cobre- se negocia ahora con descuento (cotizando incluso en negativo) respecto al cobre al contado de la LME, algo excepcionalmente fuera de lo común, contextualiza.
"Esto básicamente significa que China se sienta sobre reservas marginales de cobre en términos sencillos, y como ahora están incentivados para exportar las existencias de cobre, vamos a ver si se deciden a exportar cobre o si se trata de hecho de una toma de poder estratégica y deliberada en las cadenas de suministro", desarrolla el estratega. "Nosotros apostamos por lo segundo", sentencia.
El cobre como arma comercial
En un artículo publicado por el diario británico The Telegraph en abril, los expertos ponían de manifiesto el riesgo que supone para Occidente esta acumulación de inventarios de cobre por parte de China. Un mayor control de Pekín sobre el cobre plantea una amenaza potencial para la transición energética de Occidente, una suerte de 'arma' para negociaciones futuras (aranceles a vehículos, cuotas...). "China tiene la mayor parte tarta del cobre necesario para la transición verde", asegura Kieran Tompkins, economista de materias primas de Capital Economics.
La cuestión es que este comportamiento estaría incrementando la tensión entre Occidente y Pekín. En este contexto, la escala de las reservas de China y sus motivaciones son importantes, incidían los analistas al diario británico. "No podemos decir con certeza si China ha estado acumulando existencias, porque realmente no tenemos una idea exacta del volumen de inventarios de cobre que tiene", asegura Tompkins. "Pero lo que podemos decir es que China realmente se ha consolidado como un productor muy dominante de cobre refinado".
Los datos de comercio internacional también revelan parte de esta posible estrategia: mientras que las importaciones generales se tambalean, China ha seguido comprando más materiales necesarios para producir cobre refinado. Todo el aumento de la producción mundial de cobre refinado en 2023 se debió a China, agrega Tompkins. En el centro de todo esto están las fundiciones de cobre del país, en constante expansión. La industria mantiene la producción en niveles casi récord, desafiando la escasez de materias primas, a medida que los precios más altos liberan más chatarra para su procesamiento.
Las fundiciones se habían comprometido a reducir la capacidad después de que sus tarifas colapsaran debido a una restricción de la oferta de las importaciones de mineral que utilizan como materia prima. La perspectiva de una insuficiencia de cobre en China es sólo uno de los pilares que sustentan el rally del cobre este año. Pero los recortes no se han producido y la tambaleante economía china no es capaz de absorber el exceso.
Según Liang Kaihui, analista de Shanghai Metals Market, la disponibilidad de chatarra procedente de ollas, tuberías y cables desechados ha aumentado rápidamente tras la subida de los precios del cobre. Los fabricantes han estado muy ocupados convirtiéndola en lo que se conoce como "blíster", una versión semiprocesada del metal, y devolviéndola a las fundiciones, donde se utiliza como sustituto del mineral de ultramar que ahora escasea. La abundancia de chatarra se refleja en su descuento respecto al cobre refinado, que la semana pasada alcanzó los 4.615 yuanes (637 dólares) la tonelada, el mayor en al menos ocho años, según SMM. El sector de la fundición, por su parte, sigue aumentando su capacidad. Mientras sean rentables, las empresas prefieren defender su cuota de mercado a costa de sus márgenes.
Aumentan la fundición de cobre pese al inmobiliario
"China ha estado impulsando realmente la producción interna de cobre y ha alcanzado niveles récord año tras año", asegura Ewa Manthey, analista de ING. Lo raro o lo que resulta desconcertante es que esta producción está aumentando justo cuando su sector inmobiliario (el gran consumidor de cobre) se encuentra en horas bajas, lo que está desembocando en un aumento de los stocks de cobre refinado en los almacenes chinos y las bolsas.
"Aunque el mercado inmobiliario se ha estabilizado a un nivel bajo, es poco probable que vuelva a contribuir de forma significativa a la demanda de materias primas. Por eso importan tanto otros sectores, como la inversión en redes y la producción de automóviles. Los sectores verdes han compensado la debilidad de la actividad inmobiliaria en los últimos meses. Sin embargo, si aumentan las barreras a la exportación, la demanda de cobre también podría verse presionada, a menos que el gobierno chino estimule la demanda interna, la demanda de las economías desarrolladas repunta (también porque se reconstruyan las cadenas de suministro) o la transición energética siga impulsando la absorción a nivel mundial", apuntan los estrategas de materias primas de Bank of America (BofA) en uno de sus últimos informes.
"Estructuralmente, el motor económico de China está pasando de la inversión inmobiliaria a la tecnología limpia y la fabricación avanzada, con la seguridad nacional como pilar fundamental. Este cambio se pone de manifiesto en la lenta recuperación del sector inmobiliario este año y significa que el crecimiento económico no se reacelera, y que la demanda de materiales de construcción y metales básicos será floja. El cobre, sin embargo, es una excepción debido a su creciente papel en la electrificación y digitalización de la economía, objetivos clave para el Gobierno", apoya el equipo de analistas de Société Générale encabezado por Tuan Duong Nguyen en una nota para clientes con perspectivas sobre el cobre.
"Actualmente, los inventarios de cobre en las bolsas globales están aumentando", aseguran desde BCA Research. No obstante, desde esta casa no realizan ningún análisis en el que estudien si esta cuestión responde a una necesidad estratégica o de seguridad nacional o si es resultado de los ciclos del mercado. Pero sí destacan que "hay una discrepancia en los inventarios entre las bolsas: los inventarios han aumentado año tras año en Shanghai, se han mantenido moderados en la LME (Londres) y se están contrayendo en Nueva York".
Pese a todo, los expertos de BCA Research confían en que el cobre acumulado en China salga al mercado y contribuya a moderar los precios: "Las elevadas existencias en China aumentan la probabilidad de que los envíos de metal rojo sudamericano sean desviados a EEUU. Dado que los inventarios agregados de cobre en las bolsas globales han estado aumentando rápidamente, hay muchas probabilidades de que el aumento del precio del cobre pronto se revierta. Un fuerte aumento simultáneo de inventarios y precios es insostenible".