- Guinea Ecuatorial se convirtió de la noche a la mañana en una potencia petrolera
- Su PIB se disparó en pocos años... pero en 2007-2008 comenzó la pesadilla
- El petróleo se agota y su mala gestión están hundiendo la economía del país
Las estadísticas hay que cogerlas muchas veces con pinzas porque de forma aislada no siempre reflejan la realidad. Este es el caso del PIB per cápita, el indicador más utilizado para comparar el nivel de desarrollo ('riqueza' hablando vulgarmente) de la población entre países. Atendiendo a este indicador, hace 20 años había un país en África que era más rico que España (otra historia bien diferente es cómo estaba distribuida esa riqueza) y que la mayoría de países del sur de Europa gracias a sus recursos naturales. El petróleo convirtió a Guinea Ecuatorial en la economía con mayor renta per cápita de África con diferencia. Sin embargo, una gestión deficiente, tanto de la industria como de los beneficios que generaba, junto al agotamiento (maduración en el argot petrolero) de los yacimientos del país, están llevando esta antigua colonia de España a sufrir una recesión económica que no parece tener fin. De los últimos 12 años, el PIB ha caído en diez de ellos. Esta es la historia del auge y caída de Guinea Ecuatorial.
Guinea Ecuatorial es un país único y singular por muchos factores. Por ejemplo, es la única nación de África que tiene el español como lengua oficial y que es ampliamente hablado. Además, este país tuvo una de las mayores producciones per cápita de petróleo del mundo, llegando a bombear 400.000 barriles de crudo diarios, con una población que apenas supera los 1,6 millones de habitantes. Esta es la historia del auge y caída de uno de los países que pasan más desapercibidos en el continente africano.
En los años 90, Guinea ecuatorial era una economía estancada y con una reputación desagradable por los constantes abusos contra los derechos humanos y la participación de funcionarios gubernamentales en actividades criminales, aseguraba Jedrzej George Frynas, profesor Middlesex University London, en un paper publicado en 2004 (el pico de esplendor de la economía de Guinea Ecuatorial). En este documento, el profesor explicaba no solo los 'males' de Guinea Ecuatorial, también detallaba el cambio radical de la economía de este pequeño de país gracias al 'boom' del petróleo.
Desde mediados de los 90 hasta 2004, Guinea Ecuatorial logró una transformación: este país fue una de las economías de más rápido crecimiento del mundo y se convirtió en un político muy solicitado en el Golfo de Guinea. La historia reciente del país se puede resumir en los éxitos petroleros y la posterior caída. Tras la independencia de España en 1968, este país basaba su economía en la producción del cacao, que aportaba hasta el 75% del PIB. Sin embargo, pronto comenzaron las exploraciones para extraer gas y petróleo. En los primeros años, con colaboración española, los resultados fueron un tanto decepcionantes. No fue hasta que entró la firma estadounidense Walter International, una filial de Walter Oil & Gas en los 90, cuando se comenzaron a alcanzar los primeros éxitos petroleros de renombre.
El gran hallazgo de petróleo
En diciembre de 1991, el campo Alba había comenzado a producir líquidos derivados del gas. La producción del campo Alba fue muy modesta y hasta mediados de la década de 1990 que Guinea Ecuatorial se unió al club de países productores de petróleo junto a otros países en África Occidental. En marzo de 1995, Mobi, la firma que más tarde se convertiría en el gigante ExxonMobil, encontró petróleo en su campo Zafiro y, en agosto de 1996, la producción había comenzado con 40.000 barriles de crudo diarios. Desde entonces, la industria petrolera de Guinea Ecuatorial comenzó a prosperar. Entre 1995 y 2004, la producción de petróleo se disparó, pasando de una producción diaria de 2.000 barriles hasta los 400.000 barriles de 2004.
Los datos demuestran que el producto interno bruto (PIB) creció a una asombrosa media del 41,6% anual entre 1997 y 2001, el más alto del mundo, y aumentó alrededor de un 20% en 2004. El país se convirtió en uno de los mayores receptores de inversión extranjera directa en el África subsahariana (alrededor de 5.000 millones de dólares invertidos en 1998-2003). Hasta 3.000 trabajadores estadounidenses llegaron a Guinea Ecuatorial, mientras que Estados Unidos reabrió su embajada en la capital Malabo a finales de 2003.
El PIB per cápita en paridad de poder adquisitivo (elimina la distorsión que generan los precios) de Guinea Ecuatorial llegó a tocar los 38.000 dólares, superando el PIB per cápita de países como España, que se encontraba por entonces en unos de 33.000 dólares. Esta estadística no tiene en cuenta que la desigualdad medida por el coeficiente de Gini en Guinea Ecuatorial era casi del doble que en España. Las estadísticas revelan que el PIB crecía mucho y rápido, pero este crecimiento solo beneficiaba a unos pocos que se encontraban cerca de los beneficios que generaba el petróleo.
Ya con la crisis financiera de 2008 algo cambió. Fue entonces cuando comenzó la pesadilla de este pequeño país africano. Una pesadilla que queda reflejada en el gráfico de PIB per cápita de este artículo, donde se puede ver una caída continua y constante que ha terminado abriendo una brecha de más de 30.000 dólares per cápita con España, por ejemplo.
Caída del petróleo de Guinea Ecuatorial
Con la bonanza petrolera tocando a su fin ya queda poco de la época en la que esta pequeña nación era la envidia de África. Desde 2013, el país encadenó nueve años consecutivos de contracción económica a medida que el crudo de sus entrañas se iba agotando y la producción caída de forma paralela. Este largo invierno de recesión se rompió en 2022 con un crecimiento del 3,8% en un despertar que generó una oleada de optimismo, pero que no tardó en revelarse como una ilusión. Los países africanos ricos en petróleo se enfrentan a grandes obstáculos para desarrollar su industria de forma sostenible ,tal y como revelan los problemas recientes de Nigeria.
Los economistas señalaron que aquel año se dio un importante efecto rebote mezcla de dos factores. Por un lado, desde el FMI señalan que "diversos sectores crecieron con confianza al calor del final de las medidas de confinamiento del covid-19". Al mismo tiempo, los altos precios de la energía espolearon sus ingresos petroleros.
El año 2023 la economía africana ha vuelto a caer de forma crítica un 8,8% y las previsiones del Fondo Monetario Internacional es que esta no sea más que una sucesión de descensos de cara a una auténtica 'década negra'. A voz de pronto para 2024 las previsiones de la institución apuntan a otra contracción del 5,5% para 2024. Para ese año, "con la economía promedio en recesión, el superávit que han vivido en su balanza de cuenta corriente se convertirá en déficit durante los próximos cuatro años"
Coincide Ken Opalo, profesor de la universidad de Georgetown. "La prueba de que la próxima década será dura es que el país solo exporta madera y poco más, al margen del crudo", explica el experto. En ese sentido lamenta que "la producción agrícola está en niveles de 1968" y al margen de esta vía "hay muy pocas alternativas, como el turismo, la petroquímica, la pesca y la logística", todo áreas que habrían sido infrautilizadas y sin apenas inversión. En ese sentido, Opalo culpa a la corrupción. "Las élites en vez de participar en este gran negocio (el petróleo) y conseguir un beneficio para el país con un plan, han hipotecado estos recursos a cambio de sobornos".
El FMI sentencia que "mientras, por un lado, se produce un crecimiento muy deslucido de la economía no petrolera por debilidades estructurales subyacentes", la situación "está claramente inclinada a un deterioro mucho mayor, pues vemos un agotamiento de las reservas de petróleo más rápido incluso de lo proyectado, una moderación de la demanda de hidrocarburos y retrasos en reformas clave".
La institución lamenta que Guinea no haya aprovechado los años de bonanza del crudo para diversificar su economía. Una verdadera advertencia a países como Catar, Emiratos Árabes Unidos o, en un nivel muy diferente, Arabia Saudí, que se ha lanzado en planes de inversión de miles de millones de dólares precisamente para lograr este objetivo. "Deberían haber aprovechado sus ingresos petroleros para basar su política fiscal en buscar negocios diferentes y consolidar sus finanzas públicas". Al no hacerlo, "crece la necesidad de hacer recortes bruscos a medida que los ingresos petroleros vayan desapareciendo".
Coinciden en este análisis los expertos del Banco Mundial, que explicar que "no se han generado reformas estructurales para construir una estabilidad fiscal a través de los ingresos petroleros". Para el organismo, el declive y agotamiento de sus reservas se ha mezclado con una enorme corrupción que ha limitado el crecimiento de todos sus sectores "limitando la eficiencia del gasto público". En ese sentido, a pesar de que el país puso en marcha una ley contra la corrupción en 2021, la realidad es que "los problemas de gobernanza detrás de sus ingresos han impedido que el país atraiga inversiones y empleo suficiente para lograr un crecimiento diversificado".
La región tiene un serio problema de seguridad, que tampoco está siendo precisamente bueno para su comercio. Las aguas del golfo de Guinea y en particular el sudeste de Malabo es uno de los lugares donde está más presente la piratería. De hecho, este mismo mes de enero dos miembros de una tripulación de un buque químico fueron secuestrados. De hecho, la Oficina Marítima Intencionalidad (IMB, por sus siglas en inglés) mostraron su preocupación por el crecimiento de la piratería en la región. Solo en 2022 ocurrieron 99 incidentes de este tipo.
Desde el FMI señalan también a fuertes problemas en su sistema bancario y pedía una reforma integral para solucionar su situación económica. "El sector sigue sometido a tensiones graves". A finales de julio de 2023, "los préstamos en mora superaban el 55% del total de préstamos debido a la morosidad interna". Hay un conjunto de bancos, que representaban el 60% de los activos totales, "que presentaban una descapitalización significativa". Todos estos factores suponen un riesgo permanente y, para la institución, estas firmas solo sobreviven conectadas la liquidez de su banco central.
Volviendo a la caída petrolera, raíz de todos los problemas para la república africana, el país ha optado por intentar frenarla a través de ambiciosos acuerdos con los que explotar nuevos yacimientos, pero nada está pudiendo detener la hemorragia. "Incluso firmando esos compromisos, la producción ya representaba menos del 50% del PIB y ha disminuido un 17% desde 2018". Las expectativas del FMI son realmente sombrías hablando de un desplome del 50% de la producción para 2028. Una caída imparable que se ha visto acelerada por un terrible accidente en su principal campo petrolero en 2022.
Los problemas del yacimiento de Zafiro
En aquel año, el gran yacimiento de Zafiro, comenzó a tener varios problemas de seguridad desde que una explosión dañó el casco del buque extractor, dejando problemas en la infraestructura que no se han resuelto. Estos problemas de seguridad han dejado tocado de forma permanente el proyecto y el FMI estima que dejarán de producirse en esta prospección cerca de dos tercios de todos los barriles que hasta entonces generaba.
La última prueba de la decadencia petrolera de Guinea Ecuatorial ha venido de la mano de ExxonMobil, la principal petrolera privada del mundo y que operaba precisamente esta plataforma. La estadounidense ha afirmado que abandona definitivamente el país este 2024 y transferirá todas sus inversiones al gobierno local el segundo trimestre. Este es un verdadero cambio de paradigma, pues entró en el país en 1999, antes del boom petrolero, y fue esta firma una de las grandes valedoras y protagonistas del boom guineano.
ExxonMobil explicó en el comunicado que precedía su marcha que el motivo por el que toma de decisión es que los yacimientos se estaban agotando y cada vez era más caro y complicado extraer 'oro negro'. En ese sentido, Exxon afirmaba que prefiere concentrar sus esfuerzos en jóvenes promesas como Guyana, que recuerdan al potencial que tenía la Guinea de inicios del milenio. Queda por ver si estas nuevas promesas petroleras son capaces de utilizar sus recursos para generar un crecimiento sostenible o 'la maldición de los recursos' les condena a un gran invierno de recesión como el que ha vivido (y que le espera) a la antigua colonia española.