viernes, 21 de junio de 2024

Más sexo o más cariñitos. La relación de pareja abierta se abre camino en España con distintos planteamientos y los mayores de 45 lo tienen claro...

 

Fotos: Shutterstock



Las relaciones liberales se abren paso, sobre todo, entre 'zetas' y 'millennials'. El quid, dicen los entendidos, es desearlo (claro) y atreverse a romper las convenciones sociales.




La monogamia es una convención social con milenios a sus espaldas. Su regla es clara y admite pocos matices: las relaciones de pareja son de eso, de pareja, y nada más (ahí dentro, ya se sabe, tres son multitud). Romper esa inercia es casi como dinamitar la Gran Muralla China, aunque tímidamente se van visibilizando otras maneras de entender el amor y el sexo. "¿Otras, qué otras?", podrán preguntar algunos. Según la encuesta que Sigma Dos ha realizado para este número de YO DONA, el 5% de la población está en disposición de dar una respuesta con conocimiento de causa. Este es el porcentaje de españoles que admite mantener una relación liberal o abierta, esto es, un vínculo que discurre al margen de la idea clásica de fidelidad amorosa y/o sexual.

Es probable que este concepto le vuele la cabeza a más de uno, aunque poco a poco vaya popularizándose gracias a las redes sociales y a series de televisión como Machos alfa. De hecho, hasta el mismísimo Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) preguntó el año pasado a los españoles por estas cuestiones y casi la mitad respondió estar de acuerdo con que una persona pueda tener "dos o más relaciones afectivo-sexuales a la vez".

Por tanto, convenimos con que ese 5% de personas que actualmente mantiene un vínculo ajeno a los cánones convencionales es una cifra residual, pero quienes comprenden esta realidad son muchísimos más. Tanto es así, que el 20% ha pensado alguna vez abrir su relación y el 6% lo ha pensado muchas veces. Partiendo de estos porcentajes, surgen incógnitas como ¿qué les frena para lanzarse? La presión social para perpetuar la institución monógama suele ser la respuesta. Arola Poch, sexóloga de la red social liberal Wyylde, amplía: "Puede ser que la pareja no comparta esta visión, en cuyo caso es imposible abrirla de un modo honesto. El que es liberal a espaldas del otro es el infiel de toda la vida. También suponen un freno las inseguridades en la propia relación, pensar que tendrás celos, que no saldrá bien, etc.".


¿Hay brecha de género en las relaciones liberales?

Carmen Casado


Ese 5% que sí ha dado el paso (6% hombres, 4% mujeres) esgrime distintos motivos para haberse atrevido. El principal es el deseo de probar experiencias nuevas (63,3%), el aburrimiento propio o de la pareja (22,8%), como vía para evitar la infidelidad (22,7%) y, por último, por no creer en el concepto de monogamia (15,4%). En la mayoría de argumentos los hombres sacan ventaja a las mujeres. ¿Hay brechas por sexo? Cecilia Bizzoto, socióloga y embajadora de la plataforma sobre sexualidad abierta JoyClub, lo niega: "En general no hay grandes diferencias, aunque quizá sí vemos que ellos fantasean más con el sexo en grupo y tienen deseo de vivir más aventuras".

En cambio, cuando se les pregunta si consideran las relaciones liberales algo puntual (poco más que un escarceo) o un modo de vida, sí hay disparidad: uno de cada cuatro encuestados cree que forma parte de una filosofía, una opinión que sostienen más ellas (28%) que ellos (22,6%). "Las mujeres tienen parejas abiertas porque quieren vincularse con gente con su misma mirada sobre las relaciones. Aunque también buscan hacer realidad sus fantasías, no suele ser esta la motivación principal que las moviliza", afirma Bizzoto.

Añade la socióloga sus reservas con respecto al argumento del aburrimiento y, de paso, derriba algún mito: "Abrir la pareja no debe servir para salvar una relación de la rutina, porque rompe la monotonía al principio, pero no necesariamente revitaliza el vínculo. Es un error de base que lleva a muchas decepciones". También es decisivo cómo se llega a la decisión aperturista: "Hacerlo por presión del otro es un camino fatal. Los estereotipos dicen que son los hombres quienes empujan más, pero hay muchísimos casos de lo contrario", completa Arola Poch.


A partir de los 45, abiertos al sexo pero no al poliamor



Otro dato revelador sí señala una brecha más clara: la edad. A partir de los 45 años el número de personas que mantiene una relación abierta disminuye notablemente y la franja de edad más proclive es 16-29 años. Por tanto, sí existe un componente generacional: "Los 'millennials' y los 'zetas' tienen predisposición a romper la monogamia, algo en lo que han influido los discursos feministas y sus críticas al mito del amor romántico", analiza Bizzoto. No se trata de una moda, matiza, sino que los jóvenes tienen interiorizados de forma orgánica conceptos como el poliamor, el sexo en grupo, los tríos, etc.

No obstante, ambas expertas señalan con decisión un colectivo muy afín a las relaciones liberales: los mayores de 45 años. Ellos, con mucho más tiempo de socialización en convicciones clásicas, llegan a la apertura de las relaciones de un modo consciente, pero sólo desde el punto de vista sexual. "No se decantan tanto por el poliamor, que rompe más los esquemas. El perfil responde a parejas longevas, con mucha confianza, que deciden explorar juntos otra forma de vivir la sexualidad", añade la representante de JoyClub.

En este punto, los españoles (sobre todo hombres) prefieren abrir la pareja en asuntos de cama, dejando el corazón con un candado ("liberales en lo sexual, pero conservadores en lo afectivo", dice Poch). Así, cuatro de cada 10 personas no monógamas mantienen relaciones abiertas desde el punto de vista sexual y sentimental, algo que "requiere mucha más gestión emocional", explica Cecilia Bizzoto. Los que sólo buscan ampliar su sexualidad, en cambio, suelen tener como motivación la erótica y el deseo de llevar a cabo sus fantasías.


'Swingers' Vs. liberales: no son lo mismo

Y aquí, el abanico se vuelve a abrir: los 'swingers' practican sexo en grupo o con otros pares, pero siempre acompañados de su pareja. Otros, conocidos como liberales, gestionan de modo autónomo sus escarceos sexuales. Si abriesen su relación, en España son mayoría los primeros (44% frente al 33%), según los datos.

El intercambio de parejas es una fantasía que ha llevado a cabo el 6,3% de los encuestados y casi el 13% querría ir a un club para probarlo. Ojo, iría el triple de hombres que de mujeres. No obstante: "La idea de que los espacios 'swingers' son masculinos es viejuna. Se hacen muchos eventos para chicas. Es cierto que es más probable que vaya un hombre solo a una mujer sola, pero es por temor a sentirse incómodas o acosadas. Por eso el respeto y la vigilancia en estos lugares es fundamental", concluye Bizzoto.



Actualizado Martes, 11 junio 2024 - 01:56
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