miércoles, 13 de abril de 2011

Por las buenas o por ley: las empresas deberán aumentar su cuota femenina

Foto from empresaemergente.com

O las empresas comienzan a incorporar políticas que permitan un mayor acceso de la mujer a puestos de alta dirección, o serán los gobiernos quienes obliguen por decreto a implantar estas medidas. Éste parece el escenario que se avecina en la Unión Europa, cuya Comisión decidió hace una semana conceder a las empresas el plazo máximo de un año, hasta marzo de 2012, para que tomen medidas que se traduzcan en un incremento de las directivas femeninas, antes de decantarse por un mínimo legal.
El objetivo que se impone ahora Bruselas es un 30 por ciento de mujeres entre consejeras y presidentas de aquí a 2015, y un 40 por cien hasta 2020.
En Alemania, el gobierno de Merkel no ha tardado en sacar la mano dura y amenazar con los mismos términos, después de conocerse los últimos datos sobre el papel del liderazgo femenino en sus empresas. En 2010, apenas un 10,6 por ciento de los puestos como consejera o directiva de las 200 mayores compañías estaban en manos de las mujeres, y la cifra bajó hasta el 3,2 por ciento para los sillones de la presidencia.
Es más, cuanto más grande es la empresa, menos féminas tiene al cargo (casi un 22 por ciento en las de menos de diez trabajadores, frente al 10 por ciento para aquellas que superan los 500 empleados). Son los datos del último informe del Instituto de Investigaciones Económicas (DIW).
Noruega, a la cabeza
Se trata de una tendencia casi generalizada; en el mundo, el género femenino ostentó el año pasado alrededor de un 14 por ciento del poder en consejos de administración o juntas, en Europa un 10,9 por ciento y en España incluso menos, un 9,2, según publicó recientemente la CNMV (en las empresas del Ibex35 este índice sube al 10,2 por ciento).


No obstante, las cifras preocupan especialmente al gobierno federal germano -compuesto en una tercera parte por mujeres-, que a la vista de los exitosos porcentajes de países como Noruega (40 por ciento), Suecia o Finlandia (en ambos casos, en torno al 20 por ciento), se plantea la posibilidad de implantar por ley una cuota mínima de mujeres directivas.
Por las buenas o por la ley
El debate está abierto. La ministra alemana de Familia, Kristina Schröder, organizó recientemente un encuentro con los representantes de las 30 mayores compañías alemanas que cotizan en bolsa, para discutir con ellos la idea. "Quisiera saber exactamente cómo es posible que en el pasado no hayamos conseguido colocar a más mujeres al mando", declaraba Schröder a los medios para justificar el encuentro, en el que también participaron los ministerios implicados: la titular de Trabajo, Ursula von der Leyen, la de Justicia, Sabine Leutheusser-Schnarrenberger, y el de Economía, Rainer Brüderle.
El objetivo que pusieron las ministras de Familia y Trabajo sobre la mesa a las treinta compañías del DAX es que aumenten el número de féminas al timón, que en la actualidad es un 13,4 por ciento a un 19,8 por ciento hasta 2013. Como presidentas sólo hay un 2,2 por ciento. Dos años tienen de plazo las compañías para conseguirlo.
Schröder, cuya meta a largo plazo es alcanzar una cuota del 30 por cien en 2018, se mostraba confiada en que conseguiría su propósito: activar un mecanismo de obligación legal, como puerta de apertura al cambio. Sin embargo, las empresas se opusieron casi por unanimidad a que haya una cuota legal. "La preparación de un empleado cuadra con el puesto que ocupa, independientemente de su nacionalidad o género".
No rotundo a las cuotas
Muchos políticos, incluidos el propio titular de Economía, Rainer Brüderle, y la canciller alemana, también son detractores. Hasta algunas de las directivas de grandes consorcios se oponen; es el caso de la jefa de personal de SAP, Angelika Dammann, quien hace un llamamiento al Gobierno para que mejore las condiciones de trabajo, de modo que las mujeres puedan compatibilizar mejor vida familiar y laboral (a través, por ejemplo, de la creación de jardines de infancia o escuelas en las mismas oficinas). En su opinión, esta transición es el paso imprescindible para un cambio de mentalidad.
Muy pocos son los que recibieron la idea de la cuota legal con entusiasmo. Con todo, Schröder hace un balance positivo del encuentro. "No tendremos una cuota, pero vamos a sumar este año los 30 objetivos de las 30 empresas del DAX", afirmó, y repite que las compañías tienen hasta 2013, para subir el cupo al 19,8. Después, si eso no funciona, volverá a tratarse la obligación legal. La solución es clara: o por las buenas, o por la ley.
Por Patricia Baelo from elEconomista.es 12/04/2011

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