miércoles, 15 de junio de 2011

Tres teorías sobre la condición mental de los dictadores


Foto from trianarts.com

¿Por qué los líderes se vuelven déspotas?
Las versiones modernas de los dictadores se dividen en dos tipos; aquellos que tras una revuelta se dan cuenta que su mejor opción es abandonar el poder como Hosni Mubarack y aquellos que parecen no estar dispuestos a abandonar el poder, sin importar el costo.
Moammar Gadhafi es uno de ellos, pues se niega a abandonar el país incluso en medio de las bombas de la OTAN sobre Trípoli. Por su parte el presidente de Yemen, Ali Abdullah Saleh también se niega a dejar el poder a pesar de meses de levantamientos, publica Time Healthland.com.
En 1943 la CIA publicó un perfil de Adolfo Hitler llamado Análisis psicológico de Adolfo Hitler. Algunos registros médicos anteriores de personajes como: Stalin, Mao, Saddam Hussein y Gadhafi han permitido que los investigadores encuentren patrones similares que expliquen las razones de este comportamiento, según Time Healthland.
Estas investigaciones publican resultados que explican el comportamiento dictatorial en al menos tres tipos.
¿Los dictadores son psicópatas?
Esta es la explicación más popular sobre los dictadores. El desorden de personalidad antisocial incluye mentiras, engaños, impulsividad y falta de remordimientos. Este tipo de conducta fue mostrada por Gadhafi,quien aseguró que la oposición a su régimen era igual a la oposición Libia y también afirmó que “la gente está con él y morirían para protegerlo”, según Time Healthland.
Sin embargo la clasificación de psicópata podría no ser correcta al describir a los dictadores. Si pensamos en un asesino serial, que con frecuencia mata y tortura a personas sin piedad, notaremos una diferencia con estos presidentes y gobernantes: la mayoría de ellos no realiza estos crímenes por su cuenta.
El psicólogo Scott Atran, quien ha estudiado líderes de grupos como Hamas y Jamaah Islamiyah destaca una diferencia con estos psicópatas: la moralidad. A pesar de cometer atrocidades, estos presidentes y gobernantes valoran sus propias ideas y las defienden en nombre del bienestar de sus pueblos.
Narcisistas paranoicos
Los dictadores buscan entre su equipo de apoyo personas incapaces de cuestionarlos, lo que altera su propia percepción. En un estudio publicado por Psychological Review tres investigadores descubrieron que la gente poderosa tiende a ver el mundo de forma automatizada y atribuirse logros y cualidades que no son suyas, según Time HealthLand.
Este comportamiento puede alterar el funcionamiento del cerebro. La corteza paralímbica, la región encargada de procesar las emociones y el auto control puede dejar de funcionar adecuadamente cuando deja de usarse. Con la oposición, los dictadores inhiben estos sistemas, por lo que sus discursos y realidades dejan de tener sentido para el resto de las personas.
Los dictadores también tienden a sentirse héroes liberadores de sus pueblos y cuando estas actitudes son cuestionadas pierden el control.
¿El poder corrompe?
La última teoría indica que los dictadores fueron personas normales en algún tiempo. Robert Mugabe, el dictador de Zimbabue era un jóven con una vida normal: se levantaba temprano, hacía ejercicio y no bebía, según recuerda Peter Godwin, autor de Fear: Robert Mugabe and the Martyrdom of Zimbabw.
Entonces ¿cómo corrompió el poder a Mugabe?
Un grupo de investigadores de la Universidad de Columbia publica que el poder no cambia la psicología de los poderosos sino su fisiología. La autora, Dana Carney dice a Time Healthland que una persona poderosa tiene menores niveles de estrés por lo que también muestran menores niveles de cortisol (una hormona relacionada con el estrés).
Sin embargo los dictadores se encuentran con muchos comportamientos que deben inhibir en su trato con otras personas: las normas sociales, la verdad y la consideración hacia los demás dice Carney. Lo que genera que estas personas se vuelvan inmunes al arrepentimiento, según Time Healthland.
En el estudio realizado en la Universidad de Columbia, los investigadores probaron su hipótesis con ejecutivos de altos puestos y subordinados. El grupo de más poder no sólo tuvo resultados más bajos en los medidores psicológicos de estrés, sino que tenían menores niveles de cortisol.
Estas explicaciones sobre las mentes autoritarias no justifican los crímenes cometidos por estas personas, pero explica que el cerebro no es capaz de soportar el poder absoluto.

From CNN.com 13/06/2011

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