Foto por AFP from ABC.es
La «factura afgana» representa este año una sexta parte del PIB estadounidense.
Los «indignados» han llegado también a Estados Unidos. Puede que el reducido grupo de quienes ayer se manifestaban ante el Capitolio como «ciudadanos en paro airados» no acabe generando ningún movimiento, pero su reinvidicación de recortar los gastos de la guerra en Afganistán para mejorar la situación financiera del país ya está en la calle. «Tenemos que elegir entre reconstruir Afganistán o América. A la luz del peligro fiscal de nuestra nación no podemos hacer ambas cosas», se hizo eco en el Congreso el senador Joe Manchin, de West Virginia, una de las voces que más alto predican la rebaja de la factura económica de Afganistán... y también la de Libia.
La comparecencia de anoche de Barack Obama ante los estadounidenses, en una intervención desde la Casa Blanca emitida en directo por televisión, buscaba tranquilizar a un país que ve cómo las iniciativas bélicas de los últimos diez años han elevado la deuda norteamericana a niveles insostenibles. Desde que en 2001 se produjo la invasión de Afganistán, EE.UU. ha gastado en esa guerra y en la de Irak un total de 1.300 billones de dólares (900.000 millones de euros). Solo la factura por el conflicto afgano supone este año una sexta parte del PIB estadounidense, al alcanzar un máximo de 120.000 millones de dólares (83.000 millones de euros) en el presente ejercicio fiscal.
La persistencia de la crisis económica ha hecho que el comienzo de la retirada, que Obama ya situó en 2011 poco después de llegar a la presidencia, no sea únicamente un requerimiento político sino también financiero. Por tanto, doblemente electoral, cuando en 2012 se celebren los comicios presidenciales.
33.000 soldados en 2012
La retirada concretada por Obama deberá aligerar el lastre económico de la guerra. Entre julio y final de año saldrán de Afganistán 10.000 soldados estadounidenses. A ellos se sumarán otros 23.000 antes de septiembre de 2012. Así, a finales de 2012 los efectivos actuales de 100.000 soldados estadounidenses se habrán reducido exactamente en un tercio. Y en los dos años siguientes se retirará probablemente otro tercio, de forma que a partir de 2014, cuando la salida se dé ya por concluida, sólo quedarán en suelo afgano unos 25.000 soldados, dedicados a labores de formación y misiones antiterroristas.
La Conferencia de Alcaldes, la principal organización del poder local, ha reclamado al Congreso que reoriente el gasto presupuestario hacia necesidades domésticas. Su llamada a un pronto final en la guerra contra los talibanes es la primera incursión en política exterior por parte de esta organización desde que hace 40 años reclamaron la salida de Vietnam.
La Administración Obama ya ha rebajado el presupuesto que el año próximo se destinará a asistencia civil en Afganistán, que pasará de 4.300 millones de dólares a solo 3.000 millones. Ello a pesar de que el número de 400 civiles que asisten a las autoridades afganas se incrementará para compensar la menor presencia militar, llegando a unos 1.130 en 2014.
El volumen de algunas de las partidas destinadas a ese país también es cuestionado. Es el caso del programa de 100 millones de dólares que el Congreso aprobó en 2010 para promover las condiciones sociales de los talibanes que quieran reintegrarse en la sociedad afgana. Del total de insurgentes estimados —de 20.000 a 40.000— solo 1.700 se han acogido al programa, según «The New York Times».
El comienzo de la retirada en 2011 ya fue fijado por Obama en otoño de 2009, cuando incrementó en un tercio el personal desplegado en Afganistán con el objetivo de dar un impulso final a la guerra. La cifra se aproxima más a los planes de Defensa, que planteaban una marcha escalonada sin sobresaltos, que a la aceleración que reclamaban a Obama algunos de sus colaboradores en la Casa Blanca.
Una carga económica insoportable
1.300 billones de dólares (900.000 millones de euros) ha gastado EE.UU. en Irak y Afganistán en diez años
120.000 millones de dólares (83.000 millones de euros) le cuesta este año la guerra afgana
100.000 soldados estadounidenses actualmente presentes en Afganistán, quedarán reducidos a unos 66.000 a finales de 2012
2014 es el año en el que la retirada se dará por terminada. Solo quedarán unos 25.000 soldados, dedicados a formación y antiterrorismo
Por EMILI J. BLASCO / CORRESPONSAL EN WASHINGTON from ABC.es 23/06/2011
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